El Papa a los periodistas: «Estén al servicio de la verdad y del bien común»
"Es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora"
A los fieles presentes en la Plaza de San Pedro para el rezo del Regina Caeli, Francisco pidió un aplauso para los periodistas en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!”
“En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil»
En la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, centrada en el tema «Hablar con el corazón», Francisco dirigió, desde la ventana del Palacio Apostólico, su saludo a los periodistas y trabajadores de la comunicación presentes en la Plaza de San Pedro y recordó que «Es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora»:
“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!”
Presente también en el «Regina Caeli» se encontraba una delegación de la Ucsi, Unione Cattolica Stampa Italiana (Unión Católica de Prensa Italiana), que esta mañana ha participado en una misa en el cercano Centro San Lorenzo y que en los últimos días ha puesto en marcha diversas iniciativas para celebrar la jornada.
En su mensaje difundido el 24 de enero, Francisco afirmó que “la llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación”.
“En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil. Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones”.
Fuerte es la invitación a ir contracorriente para apoyar las aspiraciones de paz siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales: “Su actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios”.-