San Bonifacio, patrono y apóstol de Alemania
Cada 5 de junio, se conmemora a San Bonifacio de Maguncia, mártir, “el Apóstol de Alemania», obispo de origen anglosajón que evangelizó la región central de la actual Alemania.
Bonifacio fue el gran organizador de la Iglesia en ese país, en el que dejó establecida una jerarquía bajo la jurisdicción directa de la Santa Sede.
Sus dotes de incansable misionero y reformador generaron importantes frutos de santidad en la Europa del siglo VIII. Además, su nombre quedó vinculado a la historia del árbol de Navidad.
Winfrido -nombre de pila del santo- nació en el año 680 en Wessex, Inglaterra. Se incorporó muy joven a la abadía de Nursling, en la diócesis de Winchester, donde fue nombrado encargado de la escuela de teología. Estando en Nursling San Bonifacio escribió la primera gramática latina en lengua inglesa.
El que obra el bien
A la edad de 30 años recibió el orden sacerdotal, concentrándose con mayor dedicación al estudio de la Biblia. En 718 el Papa San Gregorio II convocó a Winfrido para darle una misión muy concreta: llevar la Palabra de Dios a los pueblos paganos de Europa.
El Papa escuchó complacido la respuesta afirmativa de Winfrido y le dijo: «Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio». “Bonifacio” significa «bienhechor». El santo partió entonces con destino a Alemania, cruzó los Alpes, atravesó Baviera y llegó a Hesse.
Tiempo después, Winfrido envió una carta a la Santa Sede con un informe satisfactorio sobre el crecimiento de la Iglesia. Entonces el Papa lo llamó de regreso a Roma con la intención de confiarle el obispado.
El día de San Andrés del año 722, Bonifacio fue consagrado obispo regional con la jurisdicción general de Alemania. El santo regresó a Hesse y como primera medida, se propuso erradicar las supersticiones paganas que sometían al pueblo germano y que representaban el principal obstáculo para la evangelización.
Apóstol de Alemania
En el año 731, el Papa Gregorio III, sucesor de Gregorio II, envió a San Bonifacio la carta con su nombramiento como obispo metropolitano para todos los territorios germanos más allá del Rhin, con autoridad para crear obispados donde lo creyera conveniente.
En su tercer viaje a Roma, Bonifacio fue nombrado también delegado de la Sede Apostólica. San Bonifacio y su discípulo San Sturmi fundaron en el año de 741 la abadía de Fulda, que con el tiempo se convirtió en el “Monte Cassino” de Alemania.
El 5 de junio del año 754, el Santo se disponía a celebrar una confirmación en la víspera de Pentecostés cuando apareció una horda de paganos hostiles que atacó brutalmente al grupo de cristianos con lanzas y espadas.
«Dios salvará nuestras almas» se escuchó gritar a Bonifacio mientras alzaba con sus manos el Evangelio. Una espada partió el libro y atravesó el cuerpo del santo, dándole muerte. Sus restos descansan en el monasterio de Fulda hasta el día de hoy.
Sobre este santo, el Papa Benedicto XVI dijo en el año 2009 que “su incansable labor, su don para la organización y su carácter moldeable, amiguero y firme fueron determinantes para el éxito de sus viajes”.-
Aciprensa