Opinión

Victorias y derrotas

 

Gloria Cuenca:

Se lograron realizar felizmente las elecciones universitarias el 9 de junio. Como siempre nuestra Alma Mater, la UCV, dio nuevas instrucciones: hermoso aprendizaje y gran lección. Se efectuaron las votaciones y hubo quien ganó y quien perdió. Con  espíritu democrático, característico de nuestra historia universitaria, nuestro candidato el Dr. Amalio Belmonte, felicitó a quienes ganaron. No he visto ningún otro pronunciamiento. Tal vez lo hubo, pero no me ha llegado. He aprendido, en esta larga vida, qué  cómo se comporta una persona ante ciertas vicisitudes, -una derrota, por ejemplo- es un indicador claro, de cómo ha sido y como será su actuación al frente de un cargo, o al momento de dejarlo; en su trayectoria, académica y vital. Esto tiene que ver con, una buena autoestima, un claro auto concepto y, definitivamente el conocimiento de la auto identidad, sin conflictos de la persona en cuestión. Cuando se tienen valores humanos e individuales las personas pueden procesar las situaciones, positivas o negativas. Entonces surgen extraordinarias consignas como la del Dr. Belmonte: “Impermeables al desaliento”, allí esta comprendido todo. Solo así se puede trabajar con ahínco y dedicación; saber qué en la vida, a veces se gana y a veces se pierde. Además de que, muchas veces, creemos que perdemos y resulta que triunfamos; otras veces, ganamos y resulta puro fracaso.

Por eso la vida es tan compleja y rica, triste y alegre, activa y pasiva, apasionante y depresiva, hay de todo – y para todos- en la viña del señor. Asimilarlo, comprenderlo, entenderlo, a cabalidad forma parte de nuestro crecimiento, no cronológico. En oportunidades resulta un reto. La vida pone desafíos difíciles para vernos actuar. (Eso creo) De esos momentos, complejos y complicados, emerge una persona increíble por su comportamiento. En otras ocasiones, sale un pequeño monstruo que nos avergüenza como humano. Así se conoce a la persona.

Por supuesto puede cambiar, hay que estar atentos y observando. Interesa destacar aquí, la importancia de cómo se comporta la gente en determinadas ocasiones y circunstancias en la vida práctica. Son las lecciones, que no nos da la universidad, si nuestro paso por la experiencia vital. Sin embargo, pretender quedarse solo con el aprendizaje de la vida, no estudiar, no capacitarse, es decir no prepararse académicamente, es un grave error que se paga caro. Tampoco es sano quien solo se ocupa del intelecto y olvida todo lo que se requiere en la vida diaria para lograr objetivos y propósitos, además, crecer y madurar.

Saber, estudiar, conocer, aprender, resolver, luchar, padecer y disfrutar, darse cuenta de lo que implica todo el gran proceso vital, resulta fundamental para la existencia. Comprender que la forma y el contenido deben andar parejos, son complementarios, requiere de cierto convencimiento y madurez. Todos los líderes del siglo pasado que pretendieron eliminar de un plumazo revolucionario la civilización y la cultura fueron absolutamente derrotados y se encuentran en el basurero de la historia, aún cuando duela a unos cuantos “soñadores” todavía. La civilización, la cultura, el devenir de los pueblos esta ligado de manera incontestable al proceso de su historia. Las universidades, desde que se fundaron: Boloña y Salamanca, (las primeras en la Edad Media) han marcado hitos permanentes. Nuestra Tricentenaria UCV es determinante para los venezolanos. Todo lo que hacemos por conservar su autonomía, democracia y libertad, forma parte de su esencia. Cada vez que se lleva a cabo una acción, contraria al desarrollo y la civilización la respuesta, el rechazo es contundente.

Inmediatamente después, hay una reacción para poner las cosas en su lugar. Los chinos, (Lo siento, se nota que tengo una fijación con ellos) hicieron consignas muy hermosas que nunca aplicaron, ¿cómo se hace? Era solo para cantarlas en los festivales. Pragmáticos como son, dejaron la ideologización, es decir el comunismo en la economía, se volvieron capitalistas salvajes. Eso si, sin hablar de ello. 30 años después están con una economía capitalista que compite con los países más desarrollados. Por supuesto, sin importarles la terrible explotación que sufren los obreros, las mujeres, los niños. Un regreso al siglo XVIII. Es otro tema. Vuelvo a lo que nos motiva intensamente, esa posibilidad de la alternabilidad democrática, de ser capaces de elegir a quien nos parece el conductor adecuado para algo. ¡Ah la democracia representativa! ¡Qué gran conquista, necesaria y formadora! ¡Qué tristeza, qué lucha, empeñados en quitárnosla.

La Rectora Magnífica Dra. Cecilia García Arocha cumplió con su cometido y entregará, en el día designado, su cargo. Este escrito también es una manera de rendir homenaje y expresar mi agradecimiento al equipo rectoral que, con hidalguía, constancia y perseverancia permaneció firme ante los atropellos, intentos descalificadores y manipulación del presupuesto universitario a los que fueron sometidos. Hay un sector que no ha cesado durante 22 años  intentar destruir la autonomía, la democracia, la libertad. ¡Gracias a Dios han fracasado!¡Viva la UCV!     .-

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