¿Es pecado hacerse un tatuaje? Responde un conocido sacerdote
El P. Omar Sánchez Portillo, director de la Asociación de las Bienaventuranzas y conocido en el Perú por su vasta labor solidaria, responde a la pregunta sobre si es pecado hacerse un tatuaje, en el Día Internacional del Tatuaje que se celebra este 17 de julio.
“Yo no creo que esté mal tatuarse. Tampoco voy a decir que esté bien; simplemente no está mal. No es un pecado. En ningún lado la Iglesia enseña que tatuarse sea un pecado”, responde el sacerdote en una entrevista concedida a ACI Prensa.
Tras recordar que en la Biblia, concretamente en el libro de Isaías 49,15-16, se afirma “Yo te llevo tatuado en las palmas de mis manos”, en referencia a Dios, el también director de Cáritas Lurín reitera que “los tatuajes no son pecado, como los aretes de las mujeres tampoco lo son”.
17 tatuajes
Al ser preguntado sobre si los tatuajes pueden ser algún tipo de impedimento o condicionamiento para vivir la vida cristiana, el sacerdote es tajante: “¡De ninguna manera! Si no, no podría vivir la fe cristiana, ya que tengo 17 tatuajes. Es cierto que me arrepiento de haberme hecho algunos, porque me los hice cuando tenía 17 o 20 años, con el nombre de alguna persona o cualquier otra cosa que no tenga que ver con la fe”.
“Me arrepiento de esos. Ahora no me los haría, ninguno realmente. Pero no, tener tatuajes no es ningún impedimento para vivir la fe”, resalta.
“Nadie podría, ningún sacerdote, ninguna religiosa, nadie en una comunidad católica que conoce la Iglesia, que conoce la fe, podría separarte por ese motivo”, agrega.
Sobre la costumbre de tatuarse que tienen los cristianos coptos en Egipto o los eritreos, el P. Sánchez comenta que le “parece precioso que alguien se haga un tatuaje para recordarle al mundo entero que es cristiano, a pesar de estar en un lugar donde muchas veces son perseguidos. Entonces incluso tiene un valor martirial”.
3 recomendaciones antes de hacerse un tatuaje
El sacerdote explica a ACI Prensa que cuando un joven lo busca y le comenta que quiere tatuarse, él le brinda algunas recomendaciones.
“En primer lugar, que no se tatúen cosas que vayan en contra de la fe, como obscenidades o frases incorrectas, ya que hay costumbre de tatuarse imágenes que representan cosas contrarias a la fe o de otras religiones u otras creencias, otras ideas, incluso temas satánicos o diabólicos”.
Una segunda recomendación es que “piensen bien y pongan frases o imágenes poderosas para ellos que signifiquen algo para luchar en la vida o les recuerden algo importante en su vida”.
La tercera recomendación que ofrece el sacerdote es que quienes se los van a hacer “lo consulten con sus padres, incluso si son mayores de edad, porque los padres son buenos consejeros, aunque a veces no les hacemos caso”.
Una tarea pendiente de la Iglesia
En opinión del sacerdote peruano, “lo que tiene que hacer la Iglesia, más allá de los tatuajes, es aprender a dialogar con el mundo, lo que no quiere decir ‘acondicionarse al mundo’. La Iglesia tiene un problema serio comunicacional: No está llegando a la gente joven, no está llegando a la gente de este siglo”.
El P. Sánchez recuerda que “el Papa San Juan XXIII decía que la Iglesia tendría que ser ‘hija de su tiempo’, y no lo está siendo. Y eso no quiere decir, repito, acondicionarse al mundo, eso no quiere decir modernizar la Iglesia en el sentido equivocado de la palabra”.
“Ser hija de su tiempo —continúa— quiere decir tener la capacidad de sentarse en una mesa a dialogar con alguien que piensa distinto a ti, y estar tan preparado y tan firme en la fe que puedes dialogar con esa persona, debatir y dar razón de tu fe, más allá del tema: tatuajes, género, transexuales, política”.
“A cualquier nivel la Iglesia debería tener capacidad de diálogo, que no es aceptar todo lo que otro dice, sino escuchar y aprender lo que el otro dice para también reafirmar mi fe y mis creencias”, subraya.-