Opinión

El Sueño de la Nueva Venezuela

Para tener éxito necesitamos cooperar

José Antonio Gil Yepes:

La mayor renovación que podemos plantearnos los venezolanos es conformar el Equipo Venezuela. Su ausencia es la principal explicación de por qué, teniendo tantos recursos, somos pobres.

Para tener éxito necesitamos cooperar. Necesitamos construir el sueño contrario a la concentración del poder en un pequeño grupo que se crea el mesías, al estatismo, al odio de clases, al revanchismo, al colectivismo impuesto y al reparto como modo de vida y sometimiento político que hemos vivido por cinco siglos. Necesitamos construir el sueño de la interdependencia entre ciudadanos y sectores capaces, cuyas libertades y derechos sólo tengan como límite las libertades y derechos de los demás y el principio de la Solidaridad. Necesitamos un gobierno horizontal, efectivamente pluralista que se proponga escuchar, respetar e enriquecernos a todos.

Según Yuval Harari, en su obra, Sapiens: De Animales a Dioses, el Homo Sapiens se hizo más inteligente y poderoso que otras especies humanas debido a la cooperación, producto de: 1. La flexibilidad en la combinación de palabras o signos. 2. La utilización de esa flexibilidad para emitir juicios sobre las circunstancias y personajes, hablar del pasado y el futuro, o chismorrear, a través de lo cual nos decimos en quien confiar, etc. 3. Construir sueños, creer en cosas imaginarias que no existen; tales como la protección del león sobre la tribu; el valor del oro o del dinero; el otorgar créditos por valor 10 veces mayor a los depósitos recibidos por la banca; los Derechos Humanos; las leyes; y las religiones. Especialmente los sueños, nos dieron las capacidades de ser más inteligentes y cooperar entre grupos grandes, logrando ser más poderosos.

Los mayores niveles de vida se concentran en los países desarrollados, los cuales se caracterizan por compartir tres sueños: la Educación, la Democracia Pluralista y el Capitalismo Responsable.

Aunque estos sueños presentan fallas, la mayoría de los habitantes de los países desarrollados creen en ellos. Por el contrario, en todos los países subdesarrollados sólo minorías creen en esos sueños y ninguno tiene una Democracia pluralista ni un capitalismo responsable, sino dictaduras demagógicas, democracias limitadas, desconfianza entre sectores, empresas del Estado, controles exagerados y, por ello, la mayoría son pobres.

Si Venezuela se ha encontrado históricamente entre los países subdesarrollados, lo inteligente y sensato es cambiar inventando un mejor sueño, un sueño de cooperación entre seres inteligentes. En este sentido me imagino esta Nueva Venezuela:

– Ciudadanos, orgullosos de ser venezolanos, hablando de lo bueno de nuestra historia, de personajes destacados mundialmente, recursos, productos, y dejando de criticarnos tanto.

– Respetando a los personajes y regímenes que han sido factores de cambio en nuestra historia. Nos gusten o no, son parte de lo que somos. Necesitamos políticos que propongan mejores soluciones, en vez de descalificalificaciones.

– Dándole vuelta al sueño del petróleo: En vez de creernos que somos ricos, propongámonos que tenemos que “Sembrarlo” para dejar de ser una país rentista, monoexportador e inestable. Este vuelco induciría la riqueza y nos haría más democráticos porque la diversificación de las fuentes de poder económico acarrea la diversificación de las fuentes de poder político

– Sustituyendo el mito de los “Ajustes de la Economía” mediante restricciones monetarias, empobrecedoras, por el de la “Reestructuración de la Economía”, enriquecedora. Así lucharíamos contra la inflación incrementando la productividad.

– Para ello necesitamos invertir y producir más, liberando el crédito, democratizando el capital de las empresas del Estado, orientando el comercio exterior según aranceles comparables a los de los países con los que comerciamos o según tratados de libre comercio; no en cero aranceles ni en contrabando apadrinado por personajes influyentes.

– Rescatando la descentralización para potenciar las sociedades regionales, su producción, servicios públicos y la rendición de cuentas.

– Siendo un país multimoneda, bajaría la inflación “de la noche a la mañana” y podríamos prestar las divisas depositadas en cuentas en custodia.

– Generando alianzas entre empresas; por ejemplo, la alianza entre Puríssima y FarmaTodo para producirle marcas propias; o el caso de la leche La Pastora y Convelac; hasta ejemplos de nivel mundial, como el de ASOPROCO, la asociación de productores de camarones cuya exportación anual supera los US $ 1.000 MM/Año.

– Desarrollando alianzas regionales entre empresas y múltiples sectores, públicos y privados, mediante proyectos de Mercadeo de Localidades para estimular las exportaciones de las cadenas más competitivas de cada región.

– Reactivando el movimiento “Compra Venezolano” y su complemento “Marca País” con base en nuestras excelentes marcas.

Pero la clave para formar el “Equipo Venezuela” es que cada uno crezca en inteligencia emocional para superar la verticalidad e individualismo que genera nuestra alta motivación al poder, sustituyéndola por la horizontalidad que genera la motivación al logro compartido.

@joseagilyepes

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