Entrevistas

Mons. Houngbédji: la proliferación de grupos terroristas en el Sahel es consecuencia del desastre en que se ha convertido Libia

Mons. Roger Houngbédji, Arzobispo de Cotonou, Presidente de la Conferencia Episcopal de Benín atribuye en una entrevista al caos causado en Libia tras la caída de Gadafi la proliferación de grupos terrotistas en la región africaba del Sahel

La proliferación de grupos armados que siembran el terror en todo el Sahel es consecuencia del desastre de seguridad en el que se ha sumido Libia. Y la etiqueta de ‘yihadistas’ no debe aplicarse sumariamente a esas bandas, como suele hacerse en Occidente, sobre todo para no confundir a esos grupos con los musulmanes, que también son víctimas de su violencia y sus abusos. Así es como Mons. Roger Houngbédji describe con gran realismo a la Agencia Fides la situación de emergencia y dificultad que vive la Iglesia y todo el pueblo de Benín en la actualidad.

¿Cómo es la situación de la Iglesia en Benín?

La Iglesia católica de Benín está creciendo y en plena ebullición. El número de bautizados aumenta y los laicos animan diversas asociaciones, movimientos y grupos de oración. Por ejemplo, en mi diócesis hay muchas asociaciones de laicos comprometidos en la vida pastoral, en las parroquias y en las actividades sociales, o incluso en instituciones eclesiales como centros de salud, escuelas, centros de acogida.

Benín ha vivido recientemente la tragedia de la muerte de 35 personas que perecieron en la explosión de un depósito ilegal de combustible. ¿Qué puede decirnos al respecto?

No es la primera vez que ocurre un accidente de este tipo, ya han ocurrido varios con pérdida de vidas humanas. Quienes se dedican al contrabando de combustible entre Nigeria y Benín lo depositan en sus casas creando situaciones peligrosas para ellos, sus familias y vecinos. Los mismos establecimientos comerciales ilegales que venden el combustible de contrabando no toman medidas de precaución, por lo que accidentes como éste pueden ocurrir todos los días, con las consiguientes víctimas y daños materiales.

El gobierno ha aprobado una ley para impedir el contrabando de combustible e intenta ejercer controles para reducir los puntos de venta irregulares en carretera, al tiempo que multiplica las gasolineras normales. Pero sigue siendo un esfuerzo insuficiente. El problema de fondo es la situación de pobreza en la que vive la mayoría de la población: al no tener un empleo estable, muchas personas recurren a actividades irregulares como ésta, ignorando todos los riesgos que entrañan. Por tanto, hay que crear empleo para evitar estos dramas.

¿El fenómeno migratorio afecta también a Benín debido a la pobreza?

Nuestros jóvenes emigran en busca de trabajo sobre todo hacia los países vecinos, Nigeria y Costa de Marfil. No hay muchos benineses en las rutas migratorias del desierto y luego del Mediterráneo, pero nuestros jóvenes buscan empleo constantemente. Este es el principal reto al que se enfrenta nuestro país. Hasta que nuestros gobernantes no se movilicen para mejorar las condiciones de vida de nuestra juventud, siempre nos enfrentaremos a dramas como los de hoy.

Otro problema al que se enfrenta el país es la infiltración yihadista desde el norte…

En todo el Sahel proliferan los grupos terroristas. Yo no hablaría de yihadistas, que es un término que no aceptan los musulmanes porque ellos mismos lideran una lucha contra estos terroristas que también les amenazan. Los grupos armados se han multiplicado en toda la región del Sahel, sobre todo después de que Libia se convirtiese en un desastre de seguridad que ha abierto las puertas de par en par a estos terroristas. En el norte de Benín se han producido algunos atentados que han causado bajas entre nuestros militares. El gobierno nos ha asegurado que ha puesto en marcha dispositivos de seguridad para evitar que los terroristas nos invadan, causando daños como en Mali y Burkina Faso o Níger. Y esto preocupa mucho a la población.

¿Puede el diálogo ecuménico e interreligioso ser un instrumento de paz?

En Benín damos gracias al Señor porque vivimos en paz entre las confesiones religiosas. En general hay buenas relaciones entre cristianos, musulmanes y fieles de religiones tradicionales. Cuando hay revueltas populares vinculadas a acontecimientos políticos, los líderes religiosos se reúnen para trazar una estrategia de comunicación con el fin de hacer un llamamiento a la paz con una sola voz y promover la concordia y la cohesión. Una cohesión que existe entre nosotros, los líderes religiosos, que nos permite buscar juntos la justicia y la paz, especialmente cuando atravesamos crisis sociales y políticas.-

(Fides/InfoCatólica)

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