Trabajos especiales

La destrucción no es excusa

El desarrollo real de una nación se mide a través de la calidad de la educación y el trato, afecto, cuidado y prestigio que la sociedad le brinda a sus educadores

Casi tres millones de venezolanos excluidos del sistema educativo, cientos de miles de educadores inactivos y una alarmante cantidad de escuelas en malas condiciones dan cuenta del agotamiento del modelo de gestión basado en el Estado docente. Una alternativa superadora de esta crisis, que atenta directamente al desarrollo del país y sus ciudadanos, a través de un gran pacto social por la educación es lo que sigue

Carlos Calatrava y Yolanda López**

Convengamos en una idea noble, tarea que puede resultar imposible en una era marcada por la posverdad y su consecuente soberbia y polarización entre los miembros de una misma sociedad. Convengamos, pues, en aceptar que el desarrollo real de una nación se mide a través de la calidad de la educación y el trato, afecto, cuidado y prestigio que la sociedad le brinda a sus educadores. En consecuencia, una nación es más desarrollada en tanto su escuela rinda objetivamente bien en cualquier estándar o indicador de calidad, y sus educadores están socialmente reconocidos, valorados y respetados como los garantes ciertos de un destino común. Luego, una nación estaría condenada al atraso si va en sentido totalmente contrario.

Venezuela y su sistema educativo se encuentran en una larga hora menguada, dado el claro agotamiento del modelo de gestión del sistema nacido a partir de la tesis del Estado docente. Modelo que fue claramente el responsable de la evolución en positivo de nuestro país a la par del crecimiento y consolidación de su pujante democracia. Esta simbiosis inicial se mantuvo durante toda la era de la democracia de partidos, para quedar sometida a iguales crisis, espantos y pérdida efectiva de su vigencia. Esta idea no es una mera suposición.

De acuerdo a las estimaciones de crecimiento de la población venezolana realizadas por Calatrava (2022) —descontando el obvio saldo de migrantes—, en este país alrededor de 11 millones de niños y jóvenes se encuentran en edad escolar (0 a 18 años), y vienen a representar más de un tercio del total de ciudadanos que siguen en este territorio. De estos 11 millones, solo más de 6.5 millones están inscritos en la escuela, lo que significa que 2.9 millones son excluidos plenamente del sistema educativo, es decir, nunca han estado en un aula de clases. A ese grupo se le debe sumar más de un millón y medio de niños y adolescentes (Pernalete, 2023) que no se inscribieron en el año escolar 2022-2023 en todo el país, pudiendo ser calificados como desertores de los niveles educativos obligatorios.

A esta realidad, se le agrega la realidad del número de educadores en servicio activo. Asumimos que, en este momento, el país cuenta con más de 400 mil docentes en ejercicio, consecuencia de alrededor de 97 mil que migraron y unos 100 mil que abandonaron la carrera docente, ambas cosas por la precariedad de las condiciones para el cumplimiento de su trabajo y la realidad de un sueldo base que los condena al hambre.

Igualmente, la planta física escolar muestra claramente la imposibilidad material de cumplir con un proceso educativo en condiciones mínimas. A partir de los informes de la organización Con la Escuela (2023), en su monitoreo sobre 79 planteles a nivel nacional, se encuentra que 46 % de estos centros cuenta con servicios insuficientes de agua y 25 % no recibe el recurso. El 51,9 % no tiene baños ni otra forma de servicios sanitarios, 38 % presenta fallas del servicio eléctrico, 72,2 % no posee conexión ni servicio de Internet y 49,6 % no goza de servicio de gas, sea directo o por bombona. Siguiendo con este mismo informe, el 44,3 % de las escuelas reporta malas condiciones de las aulas de clase y el 50,6 % tiene pupitres en mal estado.

Este escenario no quedaría completo sin abordar alguna precisión sobre la calidad de la educación. De acuerdo a los datos del Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea (Secel) de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), para el año 2022 el promedio de estudiantes de Educación Media a nivel nacional llegó a 8.11 puntos en habilidad numérica y 8.62 en habilidad verbal, disminuyendo del promedio general de 9.44 tomado por el mismo Secel en 2021. Los datos refieren que quienes acuden hoy a la escuela no llegan ni siquiera a la nota mínima aprobatoria de diez puntos, por lo que no es una temeridad asumir que en Venezuela no existe calidad de la educación.

Esta radiografía del horror refleja que el camino emprendido por la nación en este siglo XXI, poco se aproxima hacia su desarrollo en democracia y libertad. Asumir la educación como derecho humano implica su aceptación como proceso fundamental para el logro de los fines del Estado democrático y social, la vivencia de los valores que justifican la organización política de la sociedad, pero conlleva al reconocimiento de su aceptada contribución al desarrollo nacional a partir de la formación de la ciudadanía responsable, que contribuirá con su trabajo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. En consecuencia, el mejoramiento de su calidad es una tarea de toda la sociedad.

Hoy día, el sistema educativo se encuentra en una fase de regresión expresada en el aumento estimado del 6,16 % de niños y jóvenes excluidos en los niveles de Educación Inicial, Primaria y Media para un periodo de diez años (Calatrava, 2022). Regresión expresada, también, en la estimación de 93.659 educadores que se agregan a más de cinco millones de migrantes, el paulatino vaciamiento de las Escuelas y Facultades de Educación a nivel nacional, así como la ausencia de nuevas aulas y centros escolares que acunen a quienes actualmente asisten a la escuela. Esencialmente, el sistema educativo sigue operando con los mismos centros escolares que quedaron del periodo de la democracia de partidos.

Una vía para avanzar en la reconstrucción de nuestra escuela desde la perspectiva de un gran pacto social por la educación, a todas luces incluyente y no sectario, implica la urgente atención pedagógica de calidad no solo de la matrícula actual del sistema educativo, sino del importantísimo reto de integrar a casi tres millones de niños y jóvenes excluidos. Integración que requiere de 18.461 nuevos centros escolares y 194.526 nuevos educadores. Acción que implica, a su vez, promover la matrícula escolar activa y cuidar los centros que ya existen, siendo esto lo mínimo indispensable para enrutar la reconstrucción de la escuela como institución social, además de comenzar con la ruptura del bucle de regresión en el que se encuentra el sistema educativo.

Ahora bien, no se trata solo de proponer la creación de nuevos centros escolares, o determinar el número de educadores necesarios para este proceso de reconstrucción; es igualmente importante la necesidad de mejorar el sueldo base del educador venezolano, con la intención de poder convertirlo en uno de los más competitivos de Sudamérica. En la tabla 1, se presentan los sueldos base del maestro de escuela pública en América del Sur para el mes de abril de 2023. En la segunda columna el monto en moneda local, en la siguiente la tasa de cambio oficial y en la última el monto expresado en dólares americanos (USD):

Tabla 1 Salario base de los maestros sudamericanos

País Local Cambio local/$ Sueldo en $
Argentina        48.500,00                96,25        503,90
Bolivia          2.200,00                  6,90        318,84
Brasil          6.460,00                  5,25     1.230,71
Colombia   3.698.271,00           3.950,43        936,17
Chile  1.877.442,00              767,29     2.446,85
Ecuador          1.086,00  –     1.086,00
Paraguay   2.502.847,00           6.800,00        368,07
Perú          2.400,00                  4,76        504,30
Uruguay        48.811,75                42,45     1.149,86
Venezuela             500,00                21,17          23,62
Promedio sueldos Sudamérica        952,03
Fuente: Sindicato de Docentes de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerio de Educación de Bolivia, Ministerio de Educación Federal de Brasil, Federación Colombia de Docentes, Ministerio de Educación de Educador, Colegios de Profesores de Chile, Ministerio de Educación de Paraguay, Tabla de Carrera Pública Magisterial del Perú, Administración Nacional de Educación Pública de Uruguay y Federación Venezolana de Maestros.

Tal como se demuestra, en Sudamérica el arco del sueldo base del maestro tiene el límite superior en Chile y el límite inferior en Venezuela. El cálculo de un promedio simple resulta en un sueldo base promedio de $952,03 mensuales. Sin mucha discusión, asumiendo el riesgo de calificar a quien suscribe como populista y demagogo, ese debería ser el sueldo base del educador venezolano. Solo así tendrá la seguridad de poder mantenerse a sí mismo y su grupo familiar ejerciendo su profesión. Solo así contará con un referente concreto de apoyo de la sociedad a la que sirve. Solo así estará en la capacidad de sufragar su autodesarrollo y actualización, recamada por el marco legal para cumplir con las diversas jerarquías y categorías que la docencia exige como carrera profesional.

El camino a recorrer es largo, lleno de obstáculos, empedrado y cada vez más atemorizante. Tan duro como la complejidad y el estado terminal de la crisis educativa que atravesamos. Como generación y como sociedad nos corresponde dar los primeros pasos hacia la reconstrucción nacional. La escuela venezolana no soporta un diagnóstico. Es momento de proponer, hacer y cumplir.

**Licenciada en Educación, Física y Matemáticas. Especialista en Sistemas de Información. Profesora a tiempo completo jubilada de la Escuela de Educación de la UCAB.

Referencias

CALATRAVA, C. (2022): De la urgencia a la necesidad. Texto autoeditado. Disponible en; www.amazon.com

CALATRAVA, C. (2023): “Un boceto para la reconstrucción” En: Revista sobre Relaciones Industriales y Laborales. Nº55.

Con la Escuela. (2023): Planteles venezolanos presentan gran deterioro en su infraestructura. [Documento en línea] Disponible en: https://www.conlaescuela.com/post/planteles-venezolanos-presentan-gran-deterioro-en-su-infraestructura

PERNALETE, L. (2023): “Un millón y medio de niños y niñas no están escolarizados”. [Entrevista en línea] Disponible en: https://talcualdigital.com/luisa-pernalete-un-millon-y-medio-de-ninos-y-ninas-no-estan-escolarizados/

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