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La Divina Pastora une a Venezuela

 

Noel Álvarez:

En Barquisimeto y Venezuela entera, el fervor religioso y la devoción se entrelazan en una celebración anual que se ha arraigado profundamente en el corazón de los venezolanos: el Día de la Divina Pastora. Cada 14 de enero, miles de personas se congregan en la ciudad de Barquisimeto para rendir homenaje a la Virgen María en la Advocación de la Divina Pastora: es una manifestación de fe que trasciende fronteras y que une a la comunidad en una expresión única de espiritualidad.

 

Aunque no existen registros exactos del año en que comenzó la veneración por la Divina Pastora en el estado Lara, historia y leyenda conviven en un hermoso relato cuyo origen se sitúa hacia el año 1740, cuando el vicario de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto solicitó para su iglesia una imagen de la Divina Pastora. Coincidió el entusiasmo del párroco con el del cura del pueblo de Santa Rosa del Cerrito, en ese momento Sebastián Bernal, quién encargó al mismo escultor una pieza, pero de la Inmaculada Concepción.

 

Equivocación o milagro, lo cierto es que, al abrir el cajón con la imagen encargada, consiguió el padre Bernal a la Divina Pastora y no a la Inmaculada solicitada. Al darse cuenta del error, mandó a cerrar la caja y enviarla a Barquisimeto. Entonces ocurrió un hecho insólito: ni la fuerza de mil hombres pudo mover el cajón. La noticia corrió de boca en boca y de otra cosa no se podía hablar. El padre Bernal comunicó el hecho al Vicario quien afirmó estar convencido de que la voluntad de la Virgen era permanecer en la iglesia de Santa Rosa.

 

Desde 1855, cada 14 de enero se inician las festividades y procesión en honor a la Divina Pastora. En las afueras del templo de Santa Rosa, miles de fieles, provenientes de todas partes del país se congregan para participar en esa ceremonia religiosa que marca el inicio de la jornada. La imagen de la Divina Pastora, bellamente vestida y acompañada por los cantos y rezos de los devotos, es llevada en procesión por las principales calles de la ciudad, convirtiendo las calles en un mar de emociones y fe.

 

El recorrido de la procesión alcanza un poco más de 7.5 km. La Virgen comienza su peregrinar por la Avenida Lara hasta la Plaza Macario Yépez, en décadas anteriores este era el sitio de entrada a la ciudad. Allí es recibida con una serenata de la orquesta Mavare. Después de este punto, el recorrido continúa por la avenida Morán, avenida Venezuela, en donde se celebran diferentes actos culturales y musicales. Culmina la jornada de fervor y fe mariana con la misa de llegada en la Catedral Metropolitana de Barquisimeto.

 

Esta peregrinación mariana es considerada la tercera más numerosa en el ámbito mundial, solo superada por la que se hace con la Virgen de Guadalupe (México) y la Virgen de Fátima (Portugal). Sin embargo, la venezolana tiene un toque auténtico y es que la imagen de la Virgen sale de su templo y recorre buena parte de Barquisimeto. Por lo tanto, se puede decir que es la procesión mariana más grande del mundo en lo que respecta a número de asistentes. Expertos en mediciones de asistencia a eventos apuntan que, en el año 2016 cerca de 4 millones de feligreses asistieron a la peregrinación.

 

La devoción a la Divina Pastora trasciende lo religioso; es un evento que une a las comunidades en un sentimiento de identidad y tradición. No solo es un día de oración, sino también de encuentro entre amigos y familiares, de compartir experiencias y de fortalecer los lazos que unen a los venezolanos.

 

Este año, que comienza a pesar de los desafíos que ha enfrentado el país en los últimos tiempos, la celebración de la Divina Pastora se mantiene como un faro de esperanza y es un recordatorio de la fortaleza espiritual que caracteriza a la población venezolana. La participación masiva en el evento demuestra la resiliencia de la comunidad y su determinación de mantener viva esta tradición ancestral.

 

La Divina Pastora es más que una imagen venerada; es un símbolo de unidad, fe y esperanza. En un país que atraviesa tiempos difíciles muy difíciles, la celebración de esta festividad no solo alimenta el espíritu, sino que también refuerza el tejido social que une a los venezolanos en su diversidad.

 

En el Día de la Divina Pastora, el país entero se une en oración, música y alegría, recordando que, a pesar de los desafíos, la devoción y la solidaridad son pilares fundamentales que sostienen la esperanza en el corazón de su gente ¡Que Dios bendiga a Venezuela!.-

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