¿Cuándo y dónde?
El año litúrgico nos permite repasar y vivir los principales aspectos de nuestra fe
Rafael María de Balbín:
El culto de adoración a Dios, que es la liturgia, tiene aquí en la tierra, a diferencia de la eterna liturgia celestial, unos parámetros espacio-temporales, un cuándo y un dónde.
Hay un marco temporal de la celebración. “El centro del tiempo litúrgico es el domingo, fundamento y núcleo de todo el año litúrgico, que tiene su culminación en la Pascua anual, fiesta de las fiestas” (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 241).
El año litúrgico nos permite repasar y vivir los principales aspectos de nuestra fe. “La función del año litúrgico es celebrar todo el Misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta su retorno glorioso. En días determinados, la Iglesia venera con especial amor a María, la bienaventurada Madre de Dios, y hace también memoria de los santos, que vivieron para Cristo, con Él padecieron y con Él han sido glorificados” (Idem, n. 242).
Una parte importante del culto divino se desarrolla como oración. “La Liturgia de las Horas, oración pública y común de la Iglesia, es la oración de Cristo con su Cuerpo, la Iglesia. Por su medio, el Misterio de Cristo, que celebramos en la Eucaristía, santifica y transfigura el tiempo de cada día. Se compone principalmente de salmos y de otros textos bíblicos, y también de lecturas de los santos Padres y maestros espirituales” (Idem, n. 243).
La acción litúrgica tiene también su ubicación espacial. “El culto «en espíritu y en verdad» (Jn 4, 24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo, porque Cristo es el verdadero templo de Dios, por medio del cual también los cristianos y la Iglesia entera se convierten, por la acción del Espíritu Santo, en templos del Dios vivo. Sin embargo, el Pueblo de Dios, en su condición terrenal, tiene necesidad de lugares donde la comunidad pueda reunirse para celebrar la liturgia” (Idem, n. 244).
Hay lugares especialmente destinados al culto. “Los edificios sagrados son las casas de Dios, símbolo de la Iglesia que vive en aquel lugar e imágenes de la morada celestial. Son lugares de oración, en los que la Iglesia celebra sobre todo la Eucaristía y adora a Cristo realmente presente en el tabernáculo” (Idem, n. 245).
Dentro de estos edificios sagrados hay lugares preferenciales. “Los lugares principales dentro de los edificios sagrados son éstos: el altar, el sagrario o tabernáculo, el receptáculo donde se conservan el santo crisma y los otros santos óleos, la sede del obispo (cátedra) o del presbítero, el ambón, la pila bautismal y el confesionario” (Idem, n. 246).-
(rbalbin19@gmail.com)