La Comunidad Tomás Moro ante un delito abominable: el femicidio en Venezuela
El año 2023 contabilizó 169 mujeres asesinadas entre los meses de enero a octubre por parte de sus parejas o familiares cercanos. Esto es, un femicidio consumado cada 43 horas y uno en grado de frustración cada 39 horas.
La violencia de género y el femicidio son un desconocimiento extremo de la dignidad de la persona y por tanto moralmente inaceptables.
La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro sistema penal como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra la mujer y una de las manifestaciones más graves de la discriminación hacia ellas. Es una violación al derecho humano de las mujeres a una vida libre de violencia consagrado en las Convenciones Internacionales como la de Belém do Pará y en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Gracias al trabajo de organizaciones no gubernamentales se ha venido visibilizando el crecimiento alarmante de las cifras de violencia de género y su máxima expresión: El Femicidio. El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (CEPAZ) en Venezuela viene desde hace varios años evidenciando la violencia de género que aqueja la sociedad venezolana; y, particulamente, contabiliza y estudia los casos en los que finalmente la pareja, un familiar o allegado termina quitándole la vida a la mujer, caso de típico femicidio.
Otras ONG,s como Utopix vienen también haciendo un valioso seguimiento a estos delitos y arrojan importantes conclusiones para la investigación ante la falta absoluta de cifras oficiales y políticas públicas eficientes y efectivas para combatir este flagelo social. Según Utopix, el año 2023 contabilizó 169 mujeres asesinadas entre los meses de enero a octubre por parte de sus parejas o familiares cercanos. Esto es, un femicidio consumado cada 43 horas y uno en grado de frustración cada 39 horas.
Hay que denunciar que las autoridades competentes no llevan cifras oficiales ni publican los datos que corresponden por obligación al Estado. Esas cifras son las que permiten conocer a fondo la gravedad de la violencia de género en el país y su expresión más violenta: El Femicidio. Asimismo, permiten diseñar las políticas públicas necesarias y urgentes para su atención integral por parte de los diferentes entes gubernamentales que les corresponde intervenir.
2024, inició con cifras récords de femicidios constatándose una acción feminicida cada 21 horas. 24 femicidios consumados y 10 femicidios frustrados, muchos de ellos con lesiones graves a las mujeres. El Distrito Capital y el Estado Zulia cuentan entre los territorios más violentos con un mayor número de femicidios consumados. Más del 50% de las víctimas son niñas menores y adolescentes.
El femicidio es cometido generalmente por parejas o ex parejas de la mujer y es el caso que las cifras de Cepaz de enero, arrojan que el 65% de las víctimas conocía a su agresor. Un efecto colateral a todo femicidio es que en su mayoría las mujeres asesinadas son madres con hijos menores y su muerte deja atrás a niños y niñas en completo abandono sin que existan las instituciones adecuadas para atender esas criaturas huérfanas. Otros casos, dejan ancianos y ancianas que estaban bajo el cuidado de sus hijas asesinadas.
Hay que llamar la atención a las autoridades sobre la impunidad que existe frente a este delito atroz. Un 50% de los perpetradores se encuentran en fuga y por lo general el delito queda impune. Observamos también que el femicidio de mujeres venezolanas -por causa de la migración forzada- se ha extendido a otros países. Es el caso de Colombia que registró seis femicidios de mujeres venezolanas migrantes en enero del presente año.
Desde el año 2016 no se publican en el país estadísticas oficiales en materia de violencia de género, en particular sobre femicidios. Esta situación viola no sólo la legislación nacional, sino las obligaciones previstas en los tratados internacionales suscritos por el Estado venezolano, como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) En el año 2023, el Comité de la CEDAW advirtió, en sus observaciones finales con relación al noveno informe periódico de Venezuela, sobre la persistencia de actos de violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, especialmente femicidios, desapariciones, abusos psicológicos y sexuales.
Frente a esta situación, la CEDAW alertó, entre otros aspectos, sobre la falta de datos estadísticos oficiales sobre casos de violencia. Recomendó al Estado establecer un sistema de recopilación de datos periódicos sobre violencia contra las mujeres. Nada de esto se viene cumpliendo y es por ello que hoy, exigimos datos estadísticos y cifras científicamente recolectadas y estructuradas con un enfoque social que permitan una comprensión cabal del problema de la violencia hacia la mujer y el femicidio.
Tampoco se ha llevado adelante por parte de las autoridades del Estado un estudio sistematizado de las causas, efectos directos y colaterales asociados de estos delitos. Por ende, seguimos sin conocer la magnitud real de la violencia de género que permita diseñar políticas de prevención, erradicación y sanción adecuada.
Hoy, seguimos a ciegas y con un aumento de las víctimas de violencia, directas e indirectas que claman por protección y amparo del Estado. Exigimos comprender la gravedad del femicidio como un fenómeno social lo cual se obstaculiza por la falta de estadísticas oficiales, científicamente estructuradas y con un enfoque social holístico. Esto es lo único que permite conocer la verdadera magnitud de este delito y facilita la actuación coordinada de los entes de gobierno con competencia en la materia; y, permite asignar los presupuestos necesarios para su tratamiento.
Invitamos a las autoridades competentes a ocuparse de la prevención erradicación y sanción de la violencia de género; a estudiar a fondo las causas que terminan en lesiones graves y daños físicos y psicológicos permanentes a centenares de mujeres. Esta violencia atenta contra el derecho a la vida de más mujeres y altera la paz social de centenares de familias y comunidades. Cuando esta violencia se extiende y normaliza ello constituye una franca violación a derechos humanos. La violencia de género y el femicidio son un desconocimiento extremo de la dignidad de la persona y por tanto moralmente inaceptables.-
COMUNIDAD TOMÁS MORO