Mariano Crociata, presidente de COMECE: «Es hora de dejar de ver en la Iglesia un enemigo de la libertad y del progreso»
"El yihadismo y las guerras de Ucrania o Gaza afectan al futuro de Europa más de lo que se suele pensar"
«La fe cristiana de hoy es la que mejor interpreta una visión de la vida que está en el fondo de la conciencia de muchos, si no de todos; el cristianismo ha transfundido valores en el sentir común, que la cultura plural y complicada de hoy ha adoptado en gran medida sin llamarlos ni identificarlos como cristianos»
«COMECE quiere mantener un diálogo vivo con las instituciones europeas y elevar la conciencia europea de todos los católicos y contribuir a sus actividades por el bien de los pueblos y de todos los ciudadanos»
«Sin perjuicio de la libertad de toda mujer, el derecho a quitar una vida es la mayor amenaza que se puede plantear al complejo de los derechos humanos, ya que abre la puerta a la legitimación no sólo de la restricción de la libertad del otro, sino incluso de su derecho a la vida»
«La desaparición progresiva del cristianismo del horizonte de la conciencia común contribuye a la crisis de valores»
«El clima psicológico y moral de nuestras sociedades se ve muy lastrado por la sensación de inseguridad y peligro que desencadenan estas guerras. Por eso hay que apoyar la información y la opinión pública, apelando al diálogo y a los esfuerzos diplomáticos a todos los niveles para intentar alcanzar una tregua y la paz»
«Es hora de dejar de ver en la Iglesia un enemigo de la libertad y del progreso, y en la laicidad de las instituciones europeas un rechazo prejuicioso de toda forma de creencia». El presidente de COMECE, Mariano Crociata, responde en esta entrevista exclusiva con RD a los retos de la Iglesia en Europa, y al papel de los valores cristianos en la construcción del Viejo Continente, tantas veces puesta en cuestión.
El prelado italiano, que esta semana participó en un seminario organizado por la Fundación Pablo VI, habla en conversación con RD de la integración europea, el futuro del cristianismo, el aborto o el impacto del yihadismo o las guerras de Gaza o Ucrania en el futuro mundial. «En esto solo se puede estar de acuerdo con las intervenciones casi diarias que el Papa no cesa de hacer para llamar a la paz, invitando a la reflexión, al diálogo, a los esfuerzos diplomáticos, y no menos a la oración», recalca.
Su intervención en el congreso trató de las iglesias cristianas en la construcción de Europa: ¿una respuesta a la secularización? Háblenos un poco de ello
Me parece un tema estimulante. He intentado mostrar cómo en una Europa que se encuentra hoy más que nunca en una vía de integración inacabada y aún más urgente, la secularización se presenta como un hecho pero también como un desafío, ya que, sin cuestionar la laicidad y el pluralismo vigentes en nuestros países, es necesario sin embargo el crecimiento de una cultura y de una ciudadanía compartidas, de un ethos compartido.
¿Es hoy el cristianismo una respuesta válida para el Viejo Continente?
Depende de lo que entendamos por cristianismo y de qué cristianismo estemos hablando, es decir, en qué forma cultural y social se encarna y se realiza. Si pensamos en él como el de hace un siglo, sin duda difícilmente se entenderá. Pero la fe cristiana de hoy es la que mejor interpreta una visión de la vida que está en el fondo de la conciencia de muchos, si no de todos; el cristianismo ha transfundido valores en el sentir común, que la cultura plural y complicada de hoy ha adoptado en gran medida sin llamarlos ni identificarlos como cristianos. Hay un modo de sentir y de vivir como cristianos que corresponde a las expectativas más profundas de los hombres y mujeres de hoy.
¿Cómo debe participar la Iglesia en la construcción europea?
La Iglesia tiene una visión de la sociedad plasmada en lo que llamamos la doctrina social de la Iglesia. Es fácil ver cómo los grandes valores recordados en el artículo 2 del Tratado de la UE y en la Carta de Derechos de la UE están en perfecta consonancia con esa enseñanza. A veces uno quiere oponerse a algo que, en cambio, está en perfecta armonía. Es hora de dejar de ver en la Iglesia un enemigo de la libertad y del progreso, y en la laicidad de las instituciones europeas un rechazo prejuicioso de toda forma de creencia.
En este sentido, ¿cuál es el papel de la COMECE?
Ante una Iglesia católica que, a través de sus fundadores, ha contribuido de forma decisiva al nacimiento y desarrollo de la Unión Europea, este órgano de los obispos delegados por los episcopados de los países que la componen quiere simplemente mantener un diálogo vivo con las instituciones europeas y elevar la conciencia europea de todos los católicos y contribuir a sus actividades por el bien de los pueblos y de todos los ciudadanos.
-¿Qué supondría para la UE la inclusión del aborto en su Carta de Derechos Fundamentales?
Sería cuando menos paradójico pretender defender a la mujer, y por tanto a su persona y a su vida, convirtiendo en un derecho matar una vida inocente. Sin perjuicio de la libertad de toda mujer, el derecho a quitar una vida es la mayor amenaza que se puede plantear al complejo de los derechos humanos, ya que abre la puerta a la legitimación no sólo de la restricción de la libertad del otro, sino incluso de su derecho a la vida.
Europa vive una crisis de valores, ¿es posible entender Europa sin el cristianismo?
Estoy convencido de que la desaparición progresiva del cristianismo del horizonte de la conciencia común contribuye a la crisis de valores mencionada en la pregunta. Las causas de la profunda transformación cultural y social en curso son múltiples y complejas. Sin embargo, presentar como un peligro lo que al menos podría contribuir a superar la crisis tiene algo de contraproducente. Además, ésta no sería la única contradicción en estos tiempos confusos.
¿Existe un «ecumenismo europeo» en las grandes cuestiones? ¿Trabajan juntas las instituciones religiosas para construir la UE?
Las Iglesias cristianas de todas las confesiones colaboran sin descanso para aportar una contribución a la unidad y al crecimiento de la Unión Europea en una perspectiva coherente con los valores que constituyen el fundamento de la propia Unión. Deseamos que el diálogo reconocido por el propio Tratado de Funcionamiento de la UE no sólo progrese siempre, sino que se incremente y se lleve a cabo de manera cordial y concreta.
Yihadismo, guerras (Ucrania, Gaza…), ¿cómo afectan al futuro de Europa?
Mucho más de lo que se suele pensar o percibir. Conocemos bien los efectos económicos directos e indirectos de las guerras en curso, sólo nos damos cuenta de lo que ocurre en nuestros mercados y con los costes de los bienes y de la energía desde hace dos años. Pero es sobre todo la conciencia de las posibles escaladas lo que hace falta. Y luego, sin darnos cuenta, el clima psicológico y moral de nuestras sociedades se ve muy lastrado por la sensación de inseguridad y peligro que desencadenan estas guerras. Por eso hay que apoyar la información y la opinión pública, apelando al diálogo y a los esfuerzos diplomáticos a todos los niveles para intentar alcanzar una tregua y la paz.
¿Qué piensa el Papa Francisco de todo esto?
En esto sólo se puede estar de acuerdo con las intervenciones casi diarias que el Papa no cesa de hacer para llamar a la paz, invitando a la reflexión, al diálogo, a los esfuerzos diplomáticos, y no menos a la oración.-