El Papa prepara el relevo de varios altos cargos en la curia vaticana
Seis cardenales superan la edad de jubilación y abren paso a un recambio generacional en el equipo de Francisco
En una clara apuesta por la experiencia, la edad media de los responsables curiales es de 69,5 años.
Varios altos cargos del Vaticano han superado la edad de jubilación o están a punto de superarla, por lo que Francisco deberá empezar a buscar colaboradores con los que sustituirlos. Este año quedarán vacantes dos asientos del Consejo de cardenales y acaba el mandato de prefectos de grandes dicasterios y departamentos de la Santa Sede. Entre los nombres que se barajan para el nuevo equipo del Papa, se da por segura la presencia de un cardenal español.
Según el llamado «Reglamento de la curia», los cardenales prefectos de los dicasterios vaticanos, cargo equivalente al de ministro en un gobierno civil, deben presentar la renuncia a su cargo nada más cumplir 75 años. A partir de ese momento, el Papa puede aceptarla, de modo que comiencen inmediatamente la jubilación, o prorrogar el nombramiento. La ley les autoriza a seguir trabajando al máximo hasta los 80 años, y más allá de esa edad prohíbe que tengan cargos.
Entre los dieciocho prefectos de los dicasterios vaticanos, cuatro ya tienen más de 75 años, y otros dos los cumplirán en los próximos doce meses. El número aumenta si se tienen en cuenta otros organismos relevantes ligados a la Santa Sede, como el Consejo de cardenales, el gobierno civil del Estado Ciudad del Vaticano, la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro o la basílica de San Pablo Extramuros.
Francisco ya empezó a mover ficha el pasado 6 de abril cuando nombró un nuevo «Penitenciario Mayor», cargo que ocupaba hasta entonces el cardenal Mauro Piacenza, quien cumplirá 80 años en septiembre. Lo ha sustituido por sorpresa con el hasta ahora cardenal vicario de Roma, Angelo De Donatis, de 70 años. Ha explicado que se tomará un poco de tiempo antes de designar un nuevo «cardenal vicario» para la Ciudad Eterna.
Si no hay sorpresas, los primeros grandes cambios se producirán en el C9, como viene llamado el Consejo de cardenales, el grupo de nueve purpurados que asesora al Papa en el gobierno de la Iglesia. Dos de sus miembros cumplirán 80 años en los próximos meses y perderán automáticamente todos sus cargos.
El primero es Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston (EE. UU.), que los cumplirá el 29 de junio. En su caso, deberá ser sustituido también como presidente de la Pontificia comisión para la Protección de menores. El otro purpurado que alcanza la edad límite es el arzobispo de Mumbai (India), Oswald Gracias, quien cumplirá 80 años el 24 de diciembre.
Francisco podría optar por sustituirlos por cardenales de sus regiones; o por mantener estas plazas vacantes hasta que se definan mejor las tareas de su Consejo de cardenales y por tanto, el perfil que deben tener sus nuevos miembros. Aunque hasta 2022 trabajaron en el diseño de la constitución con la que el Papa reordenó la Curia vaticana, actualmente no tienen una misión tan clara.
Nuevo gobernador, o gobernadora, del Vaticano
En marzo del año que viene cumplirá 80 años el cardenal español Fernando Vérgez, que desde 2021 ha hecho un trabajo impecable y con gran discreción como gobernador del Estado Ciudad del Vaticano, cargo equivalente al de primer ministro. Francisco podría optar por sustituirlo con una mujer, pues no hay razones que obliguen a que el gobernador del Vaticano sea obispo o sacerdote.
De hecho, cuando en su entrevista a ABC el 18 de diciembre de 2022 adelantó que había individuado a una mujer para un alto cargo «que quedará vacante en dos años», muchos lo interpretaron como una referencia a Sor Raffaelal Petrini, actual mano derecha de Vérgez.
Aparte del gobernador y los dos cardenales del C9, la decisión sobre el resto de «jubilaciones» dependen directamente del Papa y de la situación del directo interesado.
En este caso, es probable que sea sustituido en los próximos meses el cardenal brasileño Braz de Aviz, quien acaba de cumplir 77 años. En 2011, Benedicto XVI puso en sus manos el dicasterio que supervisa a las órdenes y congregaciones religiosas, y el Papa Francisco lo renovó en enero de 2016 «hasta que se disponga otra cosa». A lo largo de estos años, ha conseguido que las congregaciones perciban a su dicasterio como un aliado y no como un vigilante. Entre los nombres que se barajan para ocupar su cargo está el cardenal español Ángel Fernández Artime, rector mayor de los salesianos. Francisco ya le adelantó que contaba con él para un cargo específico a partir del 31 de julio de este año, por lo que los salesianos están preparando la elección de un nuevo superior.
En julio cumplirá 78 años el cardenal jesuita Michael Czerny, prefecto del dicasterio para el Desarrollo humano integral. Sin embargo, se mantendrá en el cargo, pues el Papa lo nombró en 2022 «hasta que cumplas 80 años». Czerny es un actor fundamental en el departamento más emblemático de los primeros años del Pontificado de Francisco, del que partió por ejemplo la encíclica Laudato si’, la atención hacia las comunidades indígenas o la sensibilización por las víctimas de la crisis migratoria.
También seguirá siendo prefecto el cardenal Kevin Farrell, aunque el 2 de septiembre cumple 77 años. Tiene a su cargo un super-dicasterio que se ocupa de cuestiones ligadas a los laicos, la familia y la vida. No va a poder jubilarse pues su mandato está ya prorrogado hasta el 15 de agosto 2026.
Es además el cardenal «camarlengo», cargo que entra en vigor durante la «sede vacante» y que le convierte en responsable de velar por los intereses materiales de la Santa Sede. También presidirá hasta el 1 de enero de 2027 el Tribunal de Casación del Estado de la Ciudad del Vaticano, que se ocupa entre otras cosas de juzgar a cardenales por delitos penales.
En octubre cumplirá 75 años y podrá jubilarse el cardenal estadounidense James Harvey, quien durante catorce años fue prefecto de la Casa Pontificia de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, y que desde 2013 es arcipreste de la basílica de San Pablo extramuros. Su futuro está ligado a Roma pues en caso de cónclave es el cardenal «Habemus papam», encargado de anunciar desde el balcón de la basílica de San Pedro la identidad del pontífice que hayan elegido los cardenales. Sin embargo, eso no quita que con vistas al Jubileo de 2025, el Papa decida sustituirlo por otro purpurado.
En diciembre termina el mandato de cinco años que recibió el cardenal Fernando Filoni, gran maestre de la Orden del Santo Sepulcro. Podría ser prorrogado, pues se trata de un cargo delicado en la actual situación en Medio Oriente. Filoni coordina esta institución presente en muchos países, que sensibiliza a los católicos sobre la difícil situación de la minoría cristiana en Tierra Santa y recauda dinero para que no se vean obligados a escapar de allí. El cardenal, que acaba de cumplir 78 años, fue nuncio en Bagdad y número tres del Vaticano.
Ese mismo mes cumplirá 77 años el cardenal Marcello Semeraro, pero permanecerá en el cargo de prefecto del dicasterio responsable de estudiar las causas de canonización al menos hasta el 15 de octubre de 2025, cuando se cumplirán los cinco años de su mandato. Es poco probable que el Papa pretenda sustituirle antes. En una situación parecida se encontrará el cardenal británico Arthur Roche, que en marzo cumplirá 75 años. Como fue nombrado por cinco años el 18 de mayo de 2021, seguirá siendo prefecto del Dicasterio para el Culto Divino al menos hasta 2026, y es probable que continúe algunos años más.
El cardenal que lleva más tiempo con el mismo cargo en la curia vaticana es el suizo Kurt Koch, responsable de las relaciones con las demás confesiones cristianas. Koch, que fue nombrado prefecto por Benedicto XVI en julio de 2010, cumplirá 75 años en marzo del año que viene y su cargo vencerá cuatro meses más tarde, el 1 de julio de 2025.
Aunque no es de la curia vaticana, también supera la edad de jubilación el cardenal Peter Turkson, canciller de las academias pontificias de Ciencias y de las Ciencias sociales. En octubre cumple 76 años, pero su cargo no caduca técnicamente hasta abril de 2027.
La edad media de los jefes de la curia vaticana es de 69 años y medio. Significa que los pontífices valoran la experiencia de los candidatos y confían los dicasterios a eclesiásticos entrados en años.
Con jubilaciones y sustituciones, Francisco rejuvenecerá un poco su «squadra». Un poco, «ma non troppo».-