El púrpura es el nuevo verde: ese es el color más probable de la vida fuera de la Tierra
Las bacterias púrpura pueden prosperar en una amplia gama de condiciones, lo que las convierte en uno de los principales contendientes para la vida una amplia variedad de mundos
Si hay un color que aquí, en la Tierra, se asocia directamente con la vida, ese es el verde. Desde las plantas de interior a los jardines, los campos, los bosques y las selvas, amplias extensiones de verde cubren una buena parte de todas las tierras emergidas. No en vano en nuestro planeta las condiciones favorecieron la evolución de organismos que hacen la fotosíntesis, para la que utilizan el pigmento verde de la clorofila.
Pero las cosas no tienen por qué ser iguales ‘ahí fuera’, y el verde podría no ser el color más adecuado para descubrir vida más allá de la Tierra. Por ejemplo, un planeta similar al nuestro, pero en órbita alrededor de una estrella diferente del Sol, como una enana roja, podría estar plagado de bacterias que utilizan radiación infrarroja, y no la luz visible, para impulsar la fotosíntesis.
Buscando mundos morados
Ese tipo de bacterias no son desconocidas para los científicos, ya que existen también en la Tierra. Y resulta que sus pigmentos no son verdes, sino de un intenso color morado, de forma que si fueran las dominantes en otro mundo producirían una ‘huella luminosa’ muy diferente a la terrestre. Una huella púrpura distintiva y que, según explica un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell en un artículo publicado en ‘Monthly Notices of the Royal Astronomical Society’, podría ser detectada por la próxima generación de telescopios, tanto terrestres como espaciales.
«Las bacterias púrpura -explica Lígia Fonseca Coelho, primera firmante del artículo, titulado ‘El morado es el nuevo verde: biopigmentos y espectros de mundos morados similares a la Tierra’- pueden prosperar en una amplia gama de condiciones, lo que las convierte en uno de los principales contendientes para la vida y que podría dominar una variedad de mundos».
En palabras de la coautora Lisa Kaltenegger, «Necesitamos crear una base de datos de signos de vida para asegurarnos de que nuestros telescopios no pierdan la ocasión de detectar vida si no se parece exactamente a lo que encontramos a nuestro alrededor todos los días».
Un catálogo de colores
Los astrónomos han confirmado hasta ahora más de 5.500 exoplanetas, incluidos más de 30 potencialmente similares a la Tierra. Los nuevos observatorios de próxima generación, como el Extremely Large Telescope o el Habitable Worlds Observatory, explorarán la composición química de estos mundos, que se encuentran en las zonas habitables de sus estrellas (donde las condiciones son propicias para la existencia de agua líquida en la superficie) y analizarán su composición.
Para facilitar esa tarea, Coelho y su equipo, utilizando la vida en la Tierra como guía, elaboraron un catálogo con los colores y las firmas químicas que una amplia gama de organismos y minerales presentarían a la luz de un exoplaneta iluminado por una estrella diferente al Sol.
Así, los investigadores recolectaron y cultivaron muestras de más de 20 clases de bacterias púrpura que pueden prosperar en una amplia variedad de ambientes, desde aguas poco profundas, costas y pantanos hasta respiraderos hidrotermales de aguas profundas.
Lo que en conjunto se conocen como ‘bacterias moradas’ tienen en realidad una gama de colores que incluyen el amarillo, el naranja, el marrón y el rojo. Esto es así debido a los diferentes pigmentos que utilizan y que son responsables, por ejemplo, de que los tomates sean rojos y las zanahorias naranjas.
Todas estas bacterias prosperan con luz roja o infrarroja de baja energía, y utilizan sistemas de fotosíntesis más simples, con formas de clorofila que absorben los infrarrojos y no producen oxígeno. Según el estudio, es probable que este tipo de organismos fueran los más abundantes en la Tierra primitiva antes del advenimiento de la fotosíntesis tal y como la conocemos, y podrían ser particularmente adecuados para planetas que orbitan alrededor de enanas rojas más frías, el tipo más común de estrellas en nuestra galaxia.
«Ya abundan aquí en ciertos nichos -dice Coelho-. Imagínese si no estuvieran compitiendo con plantas verdes, algas y bacterias: un sol rojo podría brindarles las condiciones más favorables para la fotosíntesis».
El poder púrpura
Después de catalogar los distintos pigmentos de las bacterias púrpura y sus huellas de luz, los investigadores crearon modelos de planetas similares a la Tierra con diferentes condiciones y cobertura de nubes. En una amplia variedad de los entornos simulados las bacterias púrpuras produjeron firmas biológicas de colores intensos.
«Si las bacterias pùrpura realmente prosperan en la superficie de una Tierra congelada, un mundo oceánico, una Tierra bola de nieve o una Tierra que orbita una estrella más fría -afirma la investigadora-ahora tenemos las herramientas para buscarlas».
La detección de un ‘pálido punto violeta’ en otro sistema solar desencadenaría observaciones intensivas de ese planeta para tratar de descartar otras fuentes de color, como minerales coloridos, que los científicos también están catalogando. Para Kaltenegger, «simplemente estamos abriendo los ojos a estos mundos fascinantes que nos rodean. Las bacterias violeta pueden sobrevivir y prosperar en tal variedad de condiciones que es fácil imaginar que en muchos mundos diferentes, el violeta se haya convertido en ‘el nuevo verde’».-