Corriente Social Cristiana: «Una formidable maniobra electoral que busca la máxima motivación de los suyos y la demonización de los adversarios»
Declaración ante la actuación del Presidente del Gobierno
«Son muchos los que han desconectado hace tiempo del debate político, desengañados, cuando no asqueados, por el lamentable espectáculo en el que se ha convertido»
«En este contexto, España se topó el pasado miércoles 24 de abril con una carta abierta del presidente del gobierno, Pedro Sánchez; una forma de proceder impropia de un primer ministro»
«Todo esto lo hacía, además, en plena campaña electoral catalana y a poco más de un mes para las elecciones europeas»
«Rechazamos esta forma de proceder. Si el presidente considera que ha recibido un tratamiento objetivamente injusto, tiene mecanismos a los que acudir sin alterar el funcionamiento institucional»
Hace dos semanas, la Corriente Social Cristiana publicaba en su web y redes sociales una serie de reflexiones diarias ante las elecciones que se van a celebrar el día 12 de mayo en Cataluña, invitando a todos los ciudadanos a tener presentes algunas ideas a la hora de decantar su voto. Hablábamos, entre otras cosas, de la crisis devastadora que sufre nuestra política. Son muchos los que han desconectado hace tiempo del debate político, desengañados, cuando no asqueados, por el lamentable espectáculo en el que se ha convertido.
En este contexto, España se topó el pasado miércoles 24 de abril con una carta abierta del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, publicada en las redes sociales, en la que apelaba directamente a los ciudadanos. Esta es una forma de proceder impropia de un primer ministro elegido por el Parlamento; es a través de este como un presidente se dirige a la sociedad.
Sánchez denunciaba en su carta una campaña de difamación orquestada por la derecha y la ultraderecha hacia su mujer y acusaba a los medios de comunicación de difundirla. Ejercía así una presión también impropia de un presidente del gobierno sobre el juez de instrucción que abrió diligencias a partir de una denuncia. Todo esto iba seguido del anuncio de que cancelaba su agenda pública y se tomaba cinco días de reflexión para decidir si continuaba en el cargo u optaba por la dimisión. Tampoco es habitual este proceder: las reflexiones personales se hacen en la discreción del silencio y no en medio de manifestaciones de adhesión que nos retraen a otras épocas. Se comunica la decisión; no se anuncia el proceso previo.
Todo esto lo hacía, además, enplena campaña electoral catalana y a poco más de un mes para las elecciones europeas.
Ahora, tras cinco días de preparación mediática, nos ha anunciado a todos los ciudadanos que se queda para regenerar la política y acabar con el clima de crispación que la domina. Es lógico que, analizando en perspectiva el desarrollo de los hechos y los antecedentes del presidente Pedro Sánchez, consideremos que todo esto constituye una formidable maniobra electoral que busca la máxima motivación de los suyos y la demonización de los adversarios. Pedimos por esta razón la intervención de la Junta Electoral Central.
Rechazamos esta forma de proceder. Si el presidente considera que ha recibido un tratamiento objetivamente injusto, tiene mecanismos a los que acudir sin alterar el funcionamiento institucional. Al actuar del modo en que lo ha hecho ha dañado a la democracia, porque esta no puede existir si la oposición es deslegitimada como alternativa, como viene haciendo el presidente del gobierno.
Coincidimos con él en que es necesario regenerar la democracia, pero la condición necesaria para que esto sea posible es su dimisión. Condición necesaria, que no suficiente, porque a su vez la oposición ha de poner fin a esta lucha por el descrédito de las personas que llega en algunos casos hasta el insulto.
La democracia se basa en la amistad civil entre quienes la practican. Esto es lo que reclamamos. En la medida en que nuestra fuerza como Corriente Social Cristiana crezca, contribuiremos a ello con todo nuestro empeño.
La política democrática no debe ser una guerra sin armas entre amigos y enemigos, sino una competición entre adversarios para servir al bien común.-