¿Acabar con la pobreza?
Inés Muñoz Aguirre:
¿Qué hacer por los más pobres? Si. Hay quién formula este tipo de pregunta. Hay países que se han ido a la quiebra porque sus gobernantes los utilizan como excusa y los dominan con falsas promesas para contar con sus votos. Hay empresarios maulas que se escudan en ellos para decir que hacen responsabilidad social. Hay los que reparten juguetes en Navidad y consideran que cumplieron con los más necesitados. Podría seguir hasta obtener una lista infinita de respuestas. Lo cierto es que los pobres lo que necesitan es educación y valores.
Inculcar el valor del trabajo y hacerles entender que con aprendizaje, educación, empeño y claridad de objetivos pueden mejorar sus condiciones de vida. La ideología que debe prevalecer es la de darles las herramientas necesarias para que produzcan y puedan vivir bien, porque a todo el mundo, sin excepción, le gusta vivir lo mejor posible.
Comer, vestirse, tener una propiedad no solo porque dignifica, sino porque construye legado para los descendientes. Claro que no es una tarea fácil, porque venimos de una sociedad que cree que la ayuda está en regalarles un plato de comida, un juguete en Navidad o la ropa que desechamos para que se vistan un poco mejor. Lo cierto es que el tiempo demuestra que la insistencia en dar momentáneamente como un paliativo, lo que consigue es inculcar la idea del merecimiento, la creencia de que no hace falta trabajar porque siempre habrá alguien que les dé.
La exigencia a quien tiene más y la consideración de que te consideren “rico” y en consecuencia, que se te menosprecie y se te mire con rabia. Esto último se da, porque cuando estimulas que el que más tiene es el que te tiene que dar se termina sembrando la idea de que lo que tienes te lo has ganado con facilidad. O es que nunca te han dicho: claro a usted no le importa porque como usted es rico. Cuando hablamos de formación como alternativa cierta, planteamos la necesidad de dar a las personas las herramientas necesarias para que puedan dominar un oficio que les permita el trabajo.
Apoyar la formación en un oficio, permite entender en primer lugar la definición de un objetivo, valorar el aprendizaje, la realización de tareas, la consecuencia y el compromiso. La formación por otra parte, es clave para entender que no todo el mundo tiene la capacidad para gerenciar, planificar y administrar.
El discurso de que todos podemos ser emprendedores no es real y como todo aquello que se fundamenta en palabras vacías y en acciones huecas, el intento se desmorona solo produciendo frustración. Prepararse es la clave, adquirir conocimiento es el camino para lograr una posición que satisfaga. Es el camino más seguro para contribuir a erradicar la pobreza. Eso sin contar que al disminuir la ignorancia se gana terreno para la ciudadanía, porque mientras más se sabe, hay menos posibilidades para el engaño.-