Opinión

Política y Globalización: nuevas perspectivas

Se habla de "delegación democrática", esto es, la idea de que, para obtener mejores resultados, hay ocasiones en las que el soberano tal vez prefiera circunscribir su poder (apelando a compromisos internacionales o delegando poderes a agencias autónomas)

Jesús Mazzei:

Concepto que sometido a constantes revisiones teóricas hoy aún más, debido a una realidad elástica, líquida, cambiante y compleja como la de mundo contemporáneo de hoy, no es un concepto-puente de las relaciones internacionales, lo es definitorio. Pues bien, para ubicarnos en primer lugar, en su centralidad conceptual, tomaré el concepto de globalización, que una vez nos legará y proporcionará ese brillante politólogo latinoamericano Luciano Tomassini, una definición que nos ofreció en forma lúcida hace unos años, conceptualización suficientemente abarcante que a mi modesto parecer goza de una sólida perspectiva, y estimo y reitero es una de las que tiene mayor consenso en la comunidad académica y de la cual pueden partir nuevas reinterpretaciones, él cual lo refirió como: «…un proceso de difusión de ideas, valores, formas de producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto, que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas las sociedades…». Añadiría, además, por las interconexiones e interrelaciones que la extrema movilidad que produce la globalización implica una fuerte competencia, que reduce drásticamente la capacidad de actuar de los gobiernos en muchos ámbitos, hoy las fronteras son más móviles, liquidas y complejas.

En ese sentido, una sociedad internacional globalizada en su faz o cara política, como una de sus múltiples dimensiones, como la actual es compleja por el tipo de relaciones que se dan entre las diferentes dimensiones de la globalización y por otra parte, por la sofisticación de las mismas en su definición, por su interdependencia y articulación, por los innumerables factores de las nuevas relaciones espacio-tiempo, por el dominio creciente de lo que es reflejo de la acción social, que mantiene la incertidumbre sistemática tanto en el plano individual como en el colectivo, ya que esto afecta de antemano las posibilidades de anticipar intereses, necesidades y comportamientos, por la politización de fenómenos no políticos el papel de fenómenos eminentemente políticos, en la escena internacional.

Así las cosas, una limitación selectiva de la soberanía puede mejorar el funcionamiento del sistema democrático, no está garantizado que todas las limitaciones implícitas en la integración de mercados vayan a funcionar, esta es una gran interrogante, también el surgimiento de presidencias absolutistas y líderes populistas de izquierda y derecha, que buscan menoscabar las bases de los diversos sistemas democráticos y los balances y contrapesos de los sistemas políticos de carácter democrático. Utilizan la poralización y división, para radicalizar sus diversas políticas públicas, es el absolutismo presidencial. El poder debe tener sus límites, pero los políticos populistas en esta era de la globalización en su fase política, no desean esos controles, contrapesos institucionales que limiten el uso del poder y siempre les da esa legitimidad, eso no sucede hoy en día, la legitimidad de funcionamiento, también se cuestiona hoy en día, por los vicios que hay.

De allí, que, en politología en ese sentido, se habla de «delegación democrática», esto es, la idea de que, para obtener mejores resultados, hay ocasiones en las que el soberano tal vez prefiera circunscribir su poder (apelando a compromisos internacionales o delegando poderes a agencias autónomas).

Por tal razón, consideramos a la globalización la consideramos efectivamente un proceso multidimensional caracterizado por seis principales vertientes interrelacionadas: La militar, económica con sus dos subdivisiones: la financiera y la comercial, la comunicacional/cultural, la científica,/tecnológica, la ecológica/ambiental y por última la política no por ser la última la menos importante, pero determinante de las relaciones internacionales actuales y el rol de los estados en la estructura internacional y de los diversos actores políticos que la componen internamente y su relación dialéctica con sus pares en otros lados de esa estructura nacional y subnacional (la sociedad civil y la política).

En efecto, en la globalización política reside el avance contemporáneo de las ideas de la democracia y de sus regímenes democráticos (hoy puesto en duda por la creciente autocratización y surgimiento de neopopulismos de izquierda y derecha) en una forma que deber ir más allá de la representación a una democracia participativa, más inclusiva como lo aspiraban los pensadores democratacristianos Mounier y Maritain y no la distorsionante democracia directa propuesta por neomarxista, que la utilizan en su manipulación. Esto se debe manifestar en la mayor defensa de los derechos humanos, transparencia, sistemas pluripartidistas con mayor competencia electoral, libertades civiles amplias entre otros elementos estructurales, que hacen una democracia más sana institucionalmente.

Como también afirmó en un brillante artículo publicado hace unos años uno de mis maestros en relaciones internacionales, el politólogo venezolano el Dr. Carlos Romero: «…El término es confuso, pero al popularizarse sirve para identificar un proceso no uniforme, contradictorio y complejo, el proceso mediante el cual, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista económico, se observan profundos cambios en la estructura internacional contemporánea…».

Desde el punto de vista político estos cambios se caracterizan por tres procesos fundamentales: se tiene en primer lugar la ampliación del número de actores internacionales que van más allá de los Estados y donde participan actores no estatales también. Esto no significa que el Estado desaparezca a corto plazo, pero tiene que convivir con un mundo con el cual se relaciona por varias vías, el mundo de los organismos multilaterales, y de las organizaciones transnacionales, el cual se ha denominado «la sociedad civil internacional». Por otra parte, siguiendo al autor la agenda de problemas mundiales se amplía hacia temas no políticos de suyo, pero que se politizan, tal como el comercio o el medio ambiente o cambio climático, terrorismo, el crimen trasnacional. En tercer lugar, es necesario mencionar el importante flujo de información internacional y la «cercanía del conocimiento», todo lo cual atenta contra la tradicional manera de tratar los temas diplomáticos y comerciales, como la idea del secreto y del manejo confidencial de las relaciones internacionales, amparado por ya obsoleta visión dicotómica de la política externa separada de la política interna (la soberanía puesta en discusión). Como se observa en su faz política, la globalización es rica, amplia y compleja y hoy se reinterpreta.-

jesusmazzei@gmail.com

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