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Antonio LuisCárdenas: el Rector que la universidad pudo haber merecido
Bernardo Moncada Cárdenas:
El pasado 10 de mayo, cumpliéronse siete años del deceso de Antonio Luis Cárdenas Colmenter. Mérida es ciudad adoptiva de grandes personalidades y entre ellas descuella sin dudas este trujillano que se nos ausentó en hora menguada.
Cuando nos toca darlo todo por la sobrevivencia de la Universidad, llevada la a la Unidad de Cuidados Intensivos de la historia, es preciso aprovechar la memoria del ilustre educador que fue para que, sirviendo de ejemplo y guía, nos ofrezca el último de sus inmensos servicios.
Fue atraído a la ULA desde su cátedra en la Universidad Central, donde respondía a su vocación desde 1956.
Entre las novedades que acarreó la flamante democracia moderna en 1958, la «Serrana Altiva” tuvo nuevo Rector y éste hizo venir al Profesor Cárdenas Colmenter. Era geógrafo, fiel seguidor de Humboldt, Bompland, Cajigal y Pittier, y llamó la atención del Rector Pedro Rincón Gutiérrez para la visión que éste acunaba en el Alma Mater.
Aunque dedicado a la ciencia médica, el primer Rector de la democracia para la ULA soñaba desde el comienzo con la custodia del ambiente natural como destino para la institución, enclavada como está en los imponentes paisajes de nuestra Sierra Nevada.
Hombre de sueños y proyectos, pero también hombre de acción, el Rector se abocó de inmediato a la creación del Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales (febrero de 1959). Intuyendo las cualidades del andino circunspecto y formal, pero apasionado por su trabajo, encargó a Antonio Luis Cárdenas de conformarlo y dirigirlo. Éste convocó un verdadero “Think Tank”, y se empeñó, dentro de la naciente Facultad de Ciencias Forestales en gestar la Escuela de Geografía, la cual dirigiría un lustro después, dentro de la primera Facultad de Forestales de Latinoamérica.
Desplegó Antonio Luis Cárdenas una excepcional carrera de precursor y visionario, apto para romper fronteras y crear nuevas realidades. En 1969, le pidió el amigo Rector que tutelase la creación de otro de sus anhelos: la futura Facultad de Ciencias, de la cual se ocupó como primer decano en agosto de 1969.
Otro nuevo proyecto del Rector Rincón Gutiérrez fue puesto en sus manos y así retornó a su nativo Estado Trujillo para organizar algo mucho más ambicioso que las existentes extensiones universitarias: el Núcleo Universitario Rafael Rangel, inaugurado en 1972.
Cuando iniciaba estudios de secundaria en el Liceo Libertador, mi madre decía que teníamos una pariente enseñando allí. Se refería a la Profesora Elvia Rodulfo de Cárdenas, y también al Profesor Cárdenas mismo, pues este venezolano de tan versátiles intereses nunca abandonó la educación de la juventud venezolana, su primer amor desde 1946.
El presidente Luis Herrera Campíns le convocó a innovar el sistema formativo del magisterio, reconociendo la carrera docente como profesión universitaria y transformando el Instituto Pedagógico de Caracas en la Universidad Pedagógica Libertador. Como su primer Rector, en 1983, Antonio Luis Cárdenas articuló el vasto organismo de la UPEL en toda Venezuela.
Siguiendo propuestas de este trujillano, el primer gobernador de Mérida elegido democráticamente, Jesús Rondón Nucete, fundó las Escuelas Integrales, donde la idea de recobrar la dedicación de ocho horas diarias a la formación del escolar se complementó con nuevas concepciones y métodos didácticos. Tan exitoso experimento llevó a que Rafael Caldera, en su segundo mandato, le llamase a ser ministro de Educación a partir de 1994, llevando las Escuelas Integrales a escala nacional.
En su blog, manifestación de su visión crítica, escribió: «a las universidades autónomas se les ha limitado su autonomía y se ha pretendido quitarles el derecho constitucional de decidir sobre su organización con plena libertad.» (Febrero 12, 2013).
Por su mente pasó presentarse como candidato en elecciones Rectorales. Pero no llegó a ser el Rector que la ULA hubiera merecido.
En esta Venezuela, tan distinta a la que espoleó sus sueños y acogió sus logros, fue callando su voz profética y su mente siempre dispuesta a iniciativas. Hace siete años partió al reino definitivo de lo inalcanzable. Nos deja un valeroso y gallardo paradigma para quienes han de asumir las riendas de la Universidad.-