Opinión

Hacia Otra forma de Hacer política: Cambiar al mundo sin tomar el poder

Frank Bracho:

 

Para los tiempos en que hemos vivido, la consigna “Cambiar al mundo sin tomar el Poder” suena a herejía !! (Hemos vivido en un mundo en el cual toda lucha parece en definitiva siempre definirse en torno a «una lucha por el «poder convencional» ).

Pero, tal tipo de inesperado proceder es lo que exactamente ha estado pasando en nuestro actual país !!. Con «un prodigioso dúo dorado» para un muy anhelado Cambio !-que ha generado «un masivo fenómeno nacional de movilización político-social», y que, en verdad, «debería ser objeto de reflexión e imitación para Todos !

Pero, en realidad, tampoco es históricamente algo nuevo en el mundo:  En la antigua India era una costumbre que cuando  «algún célebre gurú  santurrón» se le aparecía a «un rey local -o Marajá» , esté le cedía su silla de trono (!) y aquél, invariablemente, declinaba a su oferta. En reconocimiento de a quién o qué le correspondía lo mas Superior. Y nuestro gran Simón Bolívar lo resumió así: «La gloria no está en mandar, sino en ejercitar grandes Virtudes!»                                                                         

La noción “anti-poder”, de la que se deriva  la consigna “Cambiar el mundo sin tomar el poder” no desconoce, en verdad, al» poder político» y al «poder del Estado» –o a cualquier otro tipo de poder, incluyendo al notorio «poder económico» – como realidades… e incluso como instrumentos que pueden ser útiles para la búsqueda del bienestar humano.

Es más, en cuanto al «poder político» podría pensarse, en efecto, que en estos tiempos de tanta turbulencia, de tanto des-orden, hacen falta en el mundo gobiernos y Estados más “fuertes” que permitan «capear» mejor el gran temporal que asola a la humanidad, incluyendo a la actual «desbocada globalización» (aunque como hemos implicado antes, tanto los gobiernos como los Estados requieren hoy también de una sustancial redefinición).

Pero la «noción anti-poder» se rehúsa a ver al poder como un fin en si mismo, como una panacea, y de hecho considera funesto centrarse en la toma del poder en base a valores o relaciones para el dominio o la opresión de unos seres humanos por otros.

Ello no sólo sería un engaño, una desviación, sino también una traición a los altos fines del cambio deseado

Como también nos dejara dicho Bolívar, al final de su frenética y prolífica vida:  «El Poder sin la Virtud es un abuso y no una facultad legítima !»                                                                                 

La noción anti-poder nos enseña que «el poder» debe ser un servidor, no un amo. Y que «el poder por si sólo», es  «un poder sin dirección correcta» . Y termina, precisamente, convirtiéndose en un amo corruptor, incluso de quien cree poseerlo: “Los poseedores terminando poseídos… los tomadores del «poder» terminando tomados por éste”. El cumplimiento del viejo adagio: “El Poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.                                                               

Aún más: ¿ Para qué serviría la toma de una estructura de poder viciada hasta el fondo ? , como muchas en el colapsante mundo de hoy.

¿ No sería como la toma de un buque fatalmente agujereado que se está hundiendo? En tal sentido tendría mas sentido pensar en un barco nuevo….Y un nuevo barco, no se construye desde el mar, se construye desde tierra firme; no se construye desde sus mástiles o techo, se construye desde el casco o la base.

 

Ante esto, cobra pleno sentido la proclama indígena rebelde : “No queremos tomar este mundo, queremos un mundo nuevo”  (!!)…. Así como el clave aserto gandhiano: “Sé el Cambio que quieres ver en el mundo” (la responsabilidad personal como cimiento de la responsabilidad colectiva !)

Y Todo lo anterior, cobra particular vigencia en los actuales  -enormemente retadores- tiempos en que vivimos .

Pues, como bien ha dicho JM Vigil: «Los paradigmas mas profundos que han vertebrado la sociedad humana están a punto de caer. Concretamente el paradigma de la dominación de los otros, de la conquista, de la depredación, del endiosamiento nacional y del desprecio de los otros pueblos…Es insostenible a estas alturas de la historia, se esta cuarteando -a la vista de quien quiera ver- y se debate en retirada, acorralado. La batalla no es mediante las armas, ni el dinero, ni por el enfrentamiento. No es por la “toma del poder”, sino por la toma de la Conciencia: por el poder de la Verdad, de la Convicción, de la Persuasión, por la Fuerza de la Razón, contra la razón de la fuerza…Se trata, en suma, de un total Cambio Civilizacional.  

Un Cambio, en definitiva, que reivindique al “Ser” sobre el “tener”-incluyendo al «poder»…. y que nos reconecte con nuestra hechura esencial de El Espíritu ! – Como Entidad Común con Otros y La Creación toda…. Recordando la máxima  chamánica indígena de que “Todo es Uno y Todo está Vivo”  (!!).

Un Cambio que reivindique la primacía de la autodeterminación y la dignidad, por sobre el dominio y la sujeción. Un Cambio Genuino y Perdurable, en definitiva, superior a todo «poder», y  más allá de todo «poder».

24-6-24

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