Opinión

5 de Julio de 1811

Francisco González Cruz:

Voy a destacar en negritas algunos párrafos del Acta de la Independencia de Venezuela.

“En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810…”

“…nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Venezuela, poniendo por testigo al Ser Supremo…”

“Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes…”.

Es evidente que lo que quiero resaltar es el hecho de que fueron las provincias las que declararon la independencia. Y estas deciden en razón de su soberanía constituirse en la Confederación de las Provincias Unidas de Venezuela. Esas fueron: Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo.

Quiere decir que las provincias (o estados que es lo mismo) existieron antes que la Confederación y que previamente habían declarado su autonomía, en el llamado “movimiento juntista” del año anterior, es decir 1810.

En el ejercicio de sus derechos designaron sus representantes al congreso que se reunió el 5 de Julio, y los autorizaron para constituir en ese acto la Confederación.

Algunas de esas provincias como Barinas, Mérida y Trujillo ya habían sancionado sus propias constituciones, previas a la constitución del Estado Nacional y a la “Constitución Federal de los Estados de Venezuela” sancionada el 21 de diciembre de 1811 redactada por el trujillano Cristóbal Mendoza y el guariqueño Juan Germán Roscio.

Otro hecho es que previamente a las provincias se habían constituido los Cabildos o Municipios y que de su seno nació el movimiento autonomista, como sucedió el 19 de abril de 1810 en Caracas, el 27 de abril en Cumaná, el 27 de abril Barcelona, el 4 de mayo en Margarita, el 5 de mayo en Barinas, el 11 de mayo en Guayana, el 16 de septiembre en Mérida y el 9 de octubre en Trujillo.

Los venezolanos debemos tener claro que nuestro país nació de sus municipios y de sus provincias o estados y no al revés. No fue que primero nació la República de Venezuela y luego esta se dividió en estados y estos en municipios. No fue así. Primero fueron los municipios o cabildos y las provincias o estados. De estos nació una “Confederación Federal de Estados” que tomó el nombre de Venezuela por ser la provincia más grande y más poblada. Y porque se escogió a Caracas que era la capital provincial como capital del nuevo estado nacional.

Fueron cuarenta y dos personas las que firmaron, muchos de ellos egresados universitarios como abogados, jueces, teólogos, canónicos, catedráticos, educadores y médicos provenientes en prestigiosas instituciones de Caracas, Mérida, Santo Domingo, Santa Fe y El Rosario de Bogotá, que ejercieron como periodistas, escritores, pedagogos, magistrados, filósofos, políticos, municipalitas, naturalistas, músicos y en general eran intelectuales de elevado prestigio. Tres rectores universitarios e igualmente comerciantes, agricultores y hasta un armador de barcos. Había nueve sacerdotes y tres militares.

Se reunieron para crear un nuevo “Estado – Nación”, independiente y soberana, y darse un gobierno liberal republicano, que según los propios redactores del Acta – Juan Germán Roscio y Francisco Javier Yanes – significa: “Ser una República Liberal implica comprender que la sociedad, libre y organizada, antecede al Estado. Es comprender que la defensa de la vida, la libertad, la propiedad y la seguridad exige establecer límites al Gobierno, a través del principio de legalidad, la supremacía de la Constitución, la separación de poderes y la promoción de los derechos humanos. Ser independientes, en fin, significa promover, cultivar y proteger a la libertad republicana”.-

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