Cardenal Hollerich: «El Sínodo no ha planteado la ordenación sacerdotal de las mujeres, porque no se la ha planteado todo el mundo»
El cardenal Jean-Claude Hollerich, Relator General del Sínodo de los Obispos, concedió ayer a Vatican News una entrevista tras la presentación del Instrumentum Laboris que servirá de base para los trabajos de la segunda sesión del Sínodo sobre sinodalidad
El cardenal luxemburgués aborda algunos de los temas del documento, desde la eclesiología a la corresponsabilidad de los laicos y laicas, pasando por la misión evangelizadora de la Iglesia o el camino común, basado en el bautismo, con las demás Iglesias y comunidades cristianas.
Eminencia, ¿de dónde partimos? ¿Cómo se ha construido el Instrumentum laboris, que hoy se presenta, en comparación con los documentos anteriores, como Informe de síntesis e Instrumentum laboris de la primera sesión?
El instrumento de trabajo no se hace desde cero. Tenemos el Informe de síntesis de la primera sesión, luego tenemos de nuevo las reacciones de todas las Iglesias. Es una reflexión teológica sobre lo que se dijo en la primera sesión. Y todo junto forma el Instrumentum laboris, que es un instrumento de trabajo, no el resultado del Sínodo. Al principio del Sínodo, los miembros tienen sus ideas, y el Instrumentum laboris está hecho para estimular los debates necesarios durante la sesión del Sínodo.
¿Qué temas tratarán estos debates?
El tema de la eclesiología, cómo ser una Iglesia sinodal pero en misión. Esto es importante: estamos en misión, la Iglesia, el pueblo de los bautizados ha sido enviado por Dios para anunciar el Evangelio al mundo. Y esta es nuestra tarea. Y hemos descubierto, no sólo nosotros delegados en el Sínodo, sino todo el Pueblo de Dios donde hemos vivido de diferentes maneras, elementos de la sinodalidad, durante estos últimos tres años, que hay frutos de la sinodalidad y estos frutos son para la misión.
Para la misión, la Iglesia necesita laicos y laicas. Se habla mucho de responsabilidad, de valoración de los laicos. ¿Qué podemos esperar en este punto?
Sí, ciertamente. La Iglesia no es una Iglesia de clérigos, la Iglesia es una Iglesia de bautizados. Mujeres y hombres, todos estamos llamados por Dios a anunciar el Evangelio y a formar la Iglesia. Por tanto, hay una participación de todos y una corresponsabilidad en el anuncio del Evangelio. Esto no significa que se abandonen los ministerios ordenados, los obispos, los sacerdotes, sino que encuentran su pleno sentido en una Iglesia sinodal.
¿Hasta qué punto se puede responsabilizar a los laicos?
Para los laicos, no hay diferencia para la Iglesia, en cuanto a la participación y corresponsabilidad entre hombres y mujeres. Todo está abierto a mujeres y hombres. Ya lo vimos cuando el Papa abrió a las mujeres los ministerios laicales de acólito y lector, y luego en el nuevo ministerio de catequista hay igualdad entre mujeres y hombres. El Sínodo no ha planteado la cuestión de la ordenación sacerdotal de las mujeres, porque no se la ha planteado todo el mundo. Ha habido algunas Iglesias locales que han planteado la cuestión del diaconado de las mujeres, y existe una comisión para profundizar la reflexión teológica sobre este punto. Para comprender mejor lo que es el diaconado, que es la participación en un ministerio ordenado pero no sacerdotal, sino de servicio. Entonces la segunda cuestión, después de esta reflexión, sería si este ministerio ordenado puede estar abierto a las mujeres. Pero esto forma parte de un proceso y no hay que pensar que todos los procesos han terminado con esta sesión del Sínodo. La Iglesia avanzará de manera sinodal, el Pueblo de Dios atravesará la historia de manera sinodal. Y habrá preguntas que responder.
¿Caminar juntos de manera sinodal significa también con las Iglesias hermanas, por tanto en términos de relaciones ecuménicas?
Es obvio, porque si somos el Pueblo de Dios, y somos el pueblo de los bautizados, también tenemos bautismo en otras Iglesias y comunidades cristianas, y respetamos ese bautismo y a esas Iglesias y las amamos. Y vemos que el Espíritu Santo actúa también en esas Iglesias. Por tanto, esta tarea de la misión evangelizadora en el mundo es una tarea común a todas las Iglesias. Debemos anunciar el Evangelio al mundo juntos, en nuestra diversidad. Y creo que también los delegados fraternos de las otras confesiones cristianas se han mostrado muy abiertos en este Sínodo. Por su parte, hay una mayor exigencia de participación, y esto significa que también ellos se sienten implicados.-
(Vatican.news/InfoCatólica)