Lucio Ruiz: “La comunicación no es una actividad de la Iglesia, sino su esencia”
8º Encuentro Nacional de la Pastoral de la Comunicación en Brasil
“Interrogarnos sobre la manera de transmitir el Mensaje que transforma la historia en una época donde la fe, en todo el mundo, viene puesta en discusión y, como se suele decir, las Iglesias se vacían”
“Toda la Iglesia se ponga a la ‘escucha’, que tengamos la valentía de descubrir la ‘carne sufriente de Cristo’ y que seamos todos en primera persona los ‘buenos samaritanos’ que curen las heridas de la historia, con el amor salvador y redentor de Jesús”
“No basta predicar, ¡nos deben entender!”
“¿Porque todavía la Iglesia no termina de reconocer y asumir a la cultura digital como un espacio de evangelización y de misión?”
“Anunciar el Mensaje en el lenguaje, los tiempos, las dinámicas, la narrativa, la forma propia de esta cultura, para que el hombre y la mujer de hoy lo puedan comprender y vivir”
El Centro de Eventos Padre Vitor Coelho de Almeida, en Aparecida (SP), acogerá del 12 al 14 de julio el 8º Encuentro Nacional de la Pastoral de la Comunicación (PASCOM Brasil), con el tema «La Pastoral de la Comunicación en un tiempo de cambio: desafíos y perspectivas».
Ser signos de la buena noticia
Según el obispo de Campo Limpo y presidente de la Comisión Episcopal para la Comunicación de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), Mons. Valdir José de Castro, el encuentro permitirá «compartir nuestras experiencias, alegrías y desafíos, pero sobre todo renovar nuestro compromiso con el Evangelio de Jesús, ser signos de la buena noticia en el mundo de la comunicación, ser instrumentos de comunicación que construyan puentes y generen una cultura del encuentro».
El secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Mons. Lucio Ruiz, definió a los participantes como “un gran don para la Iglesia”, reconociendo “cuanto hacen y como lo hacen, la dedicación, el empeño y la sabiduría con las que caminan la Evangelización desde la Comunicación son una riqueza, no solo para la Iglesia que peregrina en Brasil, sino para toda la Iglesia”.
Cómo transmitir el Mensaje
En la conferencia de abertura, en la que reflexionó sobre el tema central del encuentro, llamó a “interrogarnos sobre la manera de transmitir el Mensaje que transforma la historia en una época donde la fe, en todo el mundo, viene puesta en discusión y, como se suele decir, las Iglesias se vacían”. Ante eso propuso “responder con coraje y creatividad para anunciar, aun con mayor entusiasmo, lo que ha cambiado nuestras vidas, lo que ha dado sentido a nuestras existencias, lo que ha cambiado la historia, porque, como los Apóstoles ‘nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído’”.
A partir del Informe de Síntesis de la primera sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad, resaltó que “todo ser humano construye su identidad individual en un entorno cultural que le aporta el marco para comprenderse a sí mismo, su papel en la sociedad, una jerarquía de valores y un propósito deseable para desarrollar su vida”, algo marcado en la actualidad por “la inmersión en procesos digitales que afectan a la manera en que las personas adquieren información, forman sus pensamientos, intercambian expresiones de afecto, asumen unos valores y comparten diversos momentos”, lo que se llama “cultura digital”, que configura diversos elementos, creando un ecosistema cultural complejo, que el Papa Francisco llama “un cambio de época”.
Ponerse a la escucha
Reflexionando sobre la necesidad de la inculturación del Evangelio, Mons. Lucio Ruiz recordó que Francisco llama a que “toda la Iglesia se ponga a la ‘escucha’, que tengamos la valentía de descubrir la ‘carne sufriente de Cristo’ y que seamos todos en primera persona los ‘buenos samaritanos’ que curen las heridas de la historia, con el amor salvador y redentor de Jesús”. Partiendo de la importancia de Pentecostés, destacó que los apóstoles, con la presencia del Espíritu, predican y la gente los entienden, afirmando que “al ‘miedo’ se contrapone el coraje de la ‘predicación’; al estar ‘encerrados’ se contrapone el ‘salir’; al entenderse solo entre ellos, se contrapone ‘los escuchaban hablar en su propio idioma’”.
Desde ahí insistió en que “no basta predicar, ¡nos deben entender!”, considerando ser entendidos “un signo de la presencia del Espíritu”, para lo que se debe “inculturar la predicación para que pueda ser entendida en la lengua de la gente”. Desde esa perspectiva, señaló que “los procesos de inculturación son necesarios para establecer un diálogo efectivo con cada cultura, y así poder identificar las necesidades de cada entorno”, algo que refirió a la realidad digital, que “no es simplemente un instrumento, sino una cultura, la nuestra”.
Conciencia de inculturación
A partir del Vaticano II, con el decreto Inter Mirifica, se ha llegado a considerar la comunicación como espacio, mostrando los pasos dados por el Magisterio pontificio, que “siguiendo la evolución cultural, también ha caminado y ha ido profundizando la encarnación del Mensaje en la cultura comunicacional”. Algo que le llevó a cuestionar “si esta conciencia de inculturación, para que el Mensaje sea ‘predicado y entendido’, diseña estructuralmente nuestras homilías, nuestras catequesis, nuestras confesiones, nuestras enseñanzas, nuestra pastoral y nuestro currículo académico…”.
Lucio Ruiz considera la cultura digital como un desafío misionero para la Iglesia, todavía más si se tiene en cuenta que el 68% de la población mundial se encuentra sumergido en la “cultura digital”, lo que demanda que toda la Iglesia se implique, lo que presenta desafíos, dada la vertiginosidad de los cambios. Eso demanda un cambio de perspectiva, y ver que “la comunicación no es una actividad de la Iglesia, sino su esencia”, lo que demanda volver a los orígenes, “a la esencia teológica de lo que para nosotros es constitutivo”, llamando a “pasar de tecnología a kerigma”, lo que cambia todo.
Asumir la cultura digital como espacio de evangelización
“¿Porque todavía la Iglesia no termina de reconocer y asumir a la cultura digital como un espacio de evangelización y de misión?”, preguntó el secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. A ello respondió que “este fenómeno se debe a que todavía no se ha superado la visión instrumental de lo digital”, considerado una amenaza, algo superficial, un espacio de ocio, con lenguaje frívolo, ligero, incapaz de generar una comunicación valida, para encontrar a la persona y transmitir el Mensaje. Eso demanda, insistió nuevamente Lucio Ruiz, “pasar de instrumento a cultura”, que se comparte, entiende del espacio y del tiempo, se evangeliza.
La necesidad de pasar de instrumento a cultura busca evitar “una pastoral que usa el digital para realizar un camino paralelo mientras el mundo vive sumergido en una realidad diversa”. No es solo “digitalizar la pastoral”, sino hacer una “pastoral digital”, es decir, “Anunciar el Mensaje en el lenguaje, los tiempos, las dinámicas, la narrativa, la forma propia de esta cultura, para que el hombre y la mujer de hoy lo puedan comprender y vivir”, recalcó, relacionándolo con la misión, “porque si la cultura es nueva, y esa cultura va habitada, entonces la cultura va misionada”. Para ello se necesita usar el lenguaje nativo de la gente, “para que conozcan, comprendan y vivan el Mensaje que realmente responde a las preguntas existenciales de cada hombre y mujer, y que realmente cambia el curso de la historia”.
Inteligencia Artificial y Pastoral de la Comunicación
En la reflexión sobre «Inteligencia Artificial: el futuro en el presente», Everthon de Souza Oliveira y Aline Amaro da Silva abordaron las Aplicaciones e Implicaciones Sociales de la Inteligencia Artificial y su uso en la Pastoral de la Comunicación. El primero presentó brevemente qué es la Inteligencia Artificial, algunas de sus técnicas y tendencias y hasta dónde puede llegar, afirmando que «al intentar unir Pastoral e Inteligencia Artificial debemos valorar si realmente tenemos una Pastoral Inteligente o una Evangelización Artificial«.
En cuanto al segundo elemento, se señaló que la Iglesia se ve impactada de diversas maneras por las plataformas tecnológicas. De hecho, las plataformas de IA se utilizan en la evangelización, mostrando sus beneficios y potencialidades, sus riesgos y desafíos y su aplicación. Esto requiere pensar en el futuro, desde la necesidad de formación, la producción de contenidos, el fortalecimiento de la articulación y la garantía de la integración espiritual.-