Devociones y tradiciones

San Apolinar, mártir, el tenaz obispo de Rávena

Cada 20 de julio la Iglesia Católica celebra a San Apolinar, primer obispo de Rávena (Italia) y patrono de esa ciudad. El Martirologio Romano dice de él:

“San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)”.

Espíritu apostólico

De acuerdo a las actas de su martirio, Apolinar nació en Antioquía (actual Turquía), donde se hizo discípulo de San Pedro, quien después -según una antigua tradición- lo nombraría obispo de Rávena. Este santo fue uno de los mártires más famosos de la Iglesia primitiva, y la gran veneración que se le profesa desde la antigüedad puede ser considerada el mejor testimonio de su santidad y espíritu apostólico.

Tras su conversión y posterior bautizo, Apolinar se consagró al anuncio de Cristo entre sus coetáneos. Muchas conversiones fueron obradas en su ciudad natal gracias a su testimonio, lo que le valió ser objeto del repudio de las autoridades civiles. El santo terminó desterrado, por lo que se dirigió hacia la región de Bolonia (norte de Italia), donde el Evangelio había calado en muchas almas.

Como obispo de Rávena, ciudad costera en la ruta de Bolonia, volvió a ponerse en la mira de las autoridades imperiales y fue nuevamente desterrado. Durante la travesía hacia el exilio naufragó frente a las costas de Dalmacia, donde fue capturado y castigado severamente por declararse cristiano.

Firme como el amor de Dios

Apolinar volvió tres veces a su sede, y otras tantas fue capturado, torturado y desterrado. El emperador Vespasiano había publicado un decreto por el que condenaba al destierro a todos los cristianos. San Apolinar consiguió evadir la pena por algún tiempo más, pero fue descubierto y murió a golpes a manos de una turba.

San Pedro Crisólogo, ilustre sucesor del santo, lo llamó mártir, y añadió que Dios había preservado la vida de Apolinar durante largo tiempo para bien de la Iglesia.

Patronazgo e iconografía

Apolinar es patrón de Rávena y de la región italiana de Emilia-Romagna, donde también está Bolonia. Es reconocido como intercesor milagroso, especialmente efectivo contra enfermedades como la gota, las enfermedades venéreas y la epilepsia.

El obispo suele ser representado con atuendo episcopal, la palma del martirio y el palio. La historia de su vida está representada en los vitrales de la Catedral de San Pedro y San Pablo de Troyes (Francia).-

Aciprensa

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