Entrevistas

Schneider: «En nuestro tiempo de gran confusión doctrinal un obispo no puede callarse»

Aprovechando la visita a España de Mons. Athanasius Schneider para presentar su libro «Credo: compendio de la fe Católica», Javier Navascués ha entrevistado al obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán), quien ha señalado que su primera deber como obispo es enseñar la fe católica

Entrevista de Javier Navascués a Mons. Schneider en el canal Agnus Dei Prod de Youtube.

En primer lugar, monseñor, ¿qué supone para usted publicar este libro «Credo: compendio de la fe católica»?

Primeramente, debo decir que no era mi idea ni mi intención, pero me lo pidieron buenos laicos, padres de familia, que escribiera y publicara una especie de catecismo o compendio sobre la fe católica debido a la situación difícil y la confusión doctrinal actual. Estas familias, especialmente de los Estados Unidos, me han pedido insistentemente que publicara este compendio de catecismo.

¿En qué medida era importante sacar esta versión en lengua española?

El catolicismo es mayormente de lengua española, considerando toda América Latina. Para los fieles de lengua española es importante tener acceso a este libro. Yo pienso que es útil publicarlo también en español.

¿Cuánta responsabilidad siente como obispo al instruir al pueblo en las verdades de la fe?

Esta es la primera tarea de un obispo: ser doctor de la fe. Durante la consagración episcopal, cada obispo debe hacer un juramento de predicar, transmitir y defender integralmente la fe católica tal como fue transmitida por los apóstoles durante toda la historia de la Iglesia. Es mi primer deber enseñar la fe católica. En la misa, rezamos en el Canon que los obispos son llamados en latín catholici apostolici fides cultores, aquellos que cultivan la fe católica y apostólica. En nuestro tiempo de gran confusión doctrinal, un obispo cuya tarea es predicar integralmente la fe católica no puede callarse y debe ofrecer medios de doctrina y enseñanza católica a los fieles que tienen hambre de la verdad y claridad. Para mí, es un gesto de amor a los fieles, como pastor.

¿Por qué ha dicho que su público objetivo son los llamados «pequeños de Dios»?

Los pequeños de Dios son las familias católicas, los niños, los jóvenes, las familias que no pertenecen a las estructuras eclesiásticas o nomenclaturas eclesiásticas, que no tienen influencia en niveles de administración o burocracia eclesiástica. Estos simples fieles necesitan una ayuda clara en la instrucción de la fe.

¿Por qué decidió seguir el esquema clásico de los catecismos?

Porque es un medio muy didáctico y pedagógico, probado a lo largo de los siglos. Aprender cosas breves y sintéticas para memorizar es muy útil y ayuda a recordar estas verdades fundamentales de nuestra fe. El método clásico de preguntas y respuestas breves es también más fácil de leer que un tratado teológico. El Catecismo de la Iglesia Católica, escrito en un formato más de manual teológico, a veces usa un lenguaje difícil para los sencillos fieles. Por eso, intenté escribir de una manera más clásica y pedagógica, con preguntas y respuestas más fáciles de leer y memorizar.

¿Considera que su libro abarca todos los temas básicos que un cristiano necesita saber para salvarse?

Sí, seguí el esquema tradicional de los catecismos. La primera parte trata de lo que debemos creer (lex credendi), las cosas que debemos creer sobre la fe. Luego, lo que creemos debemos practicar en nuestra vida moral (lex vivendi). La tercera parte aborda cómo debemos rezar correctamente, con temas relacionados con la oración y la liturgia. Estos tres elementos están siempre unidos: la fe, la vivencia de la fe y la oración, que debe reflejar la fe.

Espero que el libro tenga buena difusión y haga bien a las almas durante muchos años.

Sí, espero que este libro sea útil para muchos fieles, proporcionando respuestas claras y citando a los Padres de la Iglesia, doctores de la Iglesia y el magisterio claro de la historia de la Iglesia. Esto nos da una convicción profunda de la verdad y amor a la verdad.

Para finalizar, sobre el libro: hay muchos catecismos clásicos y buenos. ¿Por qué merece la pena comprar este libro y no otro, como el de Trento o el de San Pío X?

Desde el Concilio de Trento o del Papa Pío X han surgido nuevas preguntas y realidades que no existían en aquel tiempo. Por ejemplo, hoy en día enfrentamos el problema de la teoría de género, la ideología mundial contra la familia y el matrimonio, el fenómeno del New Age, el yoga y religiones orientales gnósticas. También considero necesario explicar temas como la masonería, que no se encuentran en los catecismos pasados. Además, es importante explicar en detalle los diferentes niveles del magisterio, distinguiendo entre lo que es infalible y lo que no lo es. Este libro aborda cuestiones actuales y algunos elementos de la crisis actual de la Iglesia y de la fe.

Para finalizar, quería preguntar por la misa tradicional, que parece que va a ser más limitada y perseguida. ¿Le preocupa esta situación y cómo debemos actuar los fieles ante esta persecución o prohibición?

Debemos tener siempre una gran esperanza, porque un católico debe ser un hombre de esperanza sobrenatural. La Iglesia no es solo una organización humana, sino también divina. Está en las manos poderosas de Dios y de Cristo. La Iglesia de Cristo no es nuestra iglesia. Dios intervendrá para mantener la integridad y pureza de la fe y la liturgia. Debemos continuar amando y defendiendo la liturgia tradicional por amor a la Iglesia, no por contradicción o espíritu de revuelta. Con amor y la gracia de Dios, queremos permanecer fieles a la misa tradicional, incluso en situaciones de limitación o persecución eclesial. Todo esto con espíritu de amor por el Papa y la Santa Sede, por nuestra Santa Madre Iglesia, y por las generaciones jóvenes a quienes debemos transmitir este tesoro inefable de la liturgia tradicional de la Iglesia.

Muchas gracias, monseñor, por habernos atendido, por sus palabras de esperanza, y espero que quienes vean esta entrevista se animen a comprar el libro «Credo: compendio de la fe católica».

Gracias. Que Dios los bendiga.-

(InfoCatólica)

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