En términos de relaciones internacionales, Venezuela se ha convertido en una especie de paria, que solo cuenta con el apoyo decidido de otra dictadura, la Cuba de Miguel Díaz-Canel, en tanto los países democráticos exigen a Maduro el respeto a los derechos humanos y el regreso a la democracia. Al respecto, resulta interesante la declaración emitida por los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Guatemala, Paraguay y Uruguay, los que manifestaron su preocupación por el hostigamiento contra los dirigentes y partidarios de la oposición, que incluye la detención arbitraria de figuras ligadas a los detractores del régimen. Por lo mismo, pidieron el “inmediato cese del hostigamiento, persecución y represión contra activistas políticos y sociales de la oposición, así como la liberación de todos los presos políticos”. Aunque en entrevista al candidato, Andrés Oppenheimer planteó que el ambiente latinoamericano no es propicio para la oposición venezolana, se manifestó convencido de que la comunidad internacional –como lo ha hecho hasta ahora– apoyará un proceso de paz, elecciones transparentes y justas, que se respeten los resultados, en aras de una democratización de Venezuela (en «Oppenheimer Presenta», de CNN, 15 de julio de 2024).