Iglesia Venezolana

Güiripa: fe y esperanza a propósito de Mons. Raúl Biord Castillo

 

Horacio Biord Castillo:

Güiripa es más, mucho más, que un punto minúsculo en la geografía aragüeña, en los bordes del sur de Aragua. Es también mucho más, sin duda, que el nombre original de San Casimiro de Güiripa. Güiripa es tierra aragüeña, sí, pero una tierra refrescada por las brisas y los bosques mirandinos, una amable transición entre un estado y el otro. Güiripa es un caserío lleno de cafetales y conucos, cerros con yagrumos, palos de María, rosas de montaña, jobos, mamones y jabillos.

Güiripa es un punto minúsculo de tierra, pero un centro luminoso de cariño y afecto, de saberes y haceres, de costumbres, tradiciones y sueños. ¡Güiripa!!! Al solo nombrarla se nos llenan de lágrimas los ojos porque un güiripeño, aunque haga su vida cotidiana en otros lares, no deja ni un minuto de evocar los cielos y los suelos de Güiripa, tierra de nuestros mayores y de los más grandes afectos.

24 de julio de 2024, día del natalicio del Libertador Simón Bolívar, fecha importante para Güiripa porque repite otros 24: el 24 de mayo, día de María Auxiliadora, la patrona del pueblo; 24 de junio, día de san Juan Bautista y la batalla de Carabobo; y, por si fuera poco, en este año 2024 otros 24 se perfilan como efemérides güiripeñas hasta entroncar con el 24 de diciembre, víspera del hecho grandioso de la Natividad.

El 24 de julio de 1989, el recién ordenado sacerdote Raúl Biord Castillo, ungido pocos días antes, el 15 de julio, en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua en San Antonio de Los Altos (estado Miranda) por las manos de su tío materno, el cardenal Rosalio Castillo Lara, celebraba en Güiripa su primera misa güiripeña. El acto reiteraba una arraigada tradición familiar. Antes que él tres miembros de la familia (el padre Rosalio Rodríguez Castillo, primo del abuelo; monseñor Lucas Guillermo Castillo Hernández, hermano del abuelo, obispo de Coro y luego X arzobispo de Caracas; y el cardenal Rosalio Castillo Lara, güiripeños los tres por los cuatro costados) lo habían precedido en el ministerio sacerdotal.

35 años después, Raúl, arzobispo electo de la arquidiócesis metropolitana de Caracas, tras desempeñarse diez largos años como obispo de La Guaira, una tierra que lo vio y acogió niño y que luego le permitió aprender a ser obispo, celebraba los 35 años de su ordenación y de su primera misa güiripeña. En el acto del 24 de julio de 2024 fue bendecida la tumba del cardenal Castillo Lara, enterrado, como sus abuelos Manuel Castillo Arteaga y Ana Dolores Hernández Pérez de Castillo, bisabuelos de Raúl y fundadores el 31 de enero de 1896 de la capilla de ese santuario mariano. Se trata del primero de María Auxiliadora en Venezuela y muy probablemente entre los primeros también dedicados a esa advocación mariana en el continente americano.

Acompañaron a monseñor Biord Castillo, su eminencia el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, en la actualidad administrador apostólico de la arquidiócesis metropolitana de Caracas y su XVI arzobispo hasta el 28 de junio de este mismo año; el señor nuncio de su santidad, recién llegado a Venezuela pocos días antes, monseñor Alberto Ortega; monseñor Manuel Felipe Díaz Sánchez, arzobispo metropolitano de Calabozo; y monseñor Enrique Parrabano, s.d.b., obispo de Maracay, así como varios sacerdotes, entre ellos el padre Frank Riobueno, otro güiripeño que siguió la llamada del Señor hacia la vocación sacerdotal.

La misa fue un acto de renovación de la fe y la esperanza, además del cariño y la devoción. La comunidad de Güiripa se esforzó en organizar una ceremonia tan hermosa como emotiva, desde los cánticos que convocaron la emoción y la alegría, hasta los detalles de la celebración litúrgica. Todo estuvo en manos de güiripeñas y güiripeños. Constituyó, sin duda, una celebración de gran solemnidad en su sencillez y muy emotiva en los sentimientos de solidaridad, hermandad y sueño en una Güiripa y en una Venezuela solidarias, equitativas y risueñas ante un futuro amplio y promisor.

En su homilía, el cardenal Porras destacó el sentimiento especial que nos unía a todos los presentes, a los güiripeños, ya sea que lo seamos por la tierra o por la sangre, en esa invocación al Dios de Amor. Al final, después de haberse bendecido la tumba del cardenal Castillo Lara, el obispo de Maracay ratificó el anuncio ya hecho el 24 de mayo de la apertura de una obra de las Hermanas de la Divina Misericordia en Güiripa. Con su presencia se aspira a consolidar el fomento de la fe y la promoción social en la comunidad.

Fue, pues, un día bendecido por bondad de Dios. Para Raúl se acercan otros 24 que se tejerán en su vocación de servicio a los más necesitados. El 24 de agosto tomará posesión como XVII arzobispo de Caracas y recordará sin duda a su tío abuelo monseñor Lucas Guillermo Castillo Hernández, X arzobispo de la misma sede entre 1946 y 1955. El 24 de septiembre se celebra a la Madre de Dios en su advocación de Virgen de las Mercedes, importante devoción mariana de Caracas.

Güiripa, una vez más Güiripa, entre carnestolendas de áureo fulgor y orquídeas de variados coloresty formas, entre los cigarrones de la montaña y las parásitas de sus árboles, genera un mismo sentimiento de pertenencia desde Charco Azul hasta Guambra y El Socorro, desde Agua Fría y La Trinidad hasta Los Placeres y Tierra Negra. Güiripa perfuma, como óptimo grano de café aragüeño, los confines mirandinos; pero, sobre todo, Güiripa es un ejemplo de fe y esperanza.

Dios te bendiga y te cuide, Güiripa. Dios nos bendiga y cuide a todos los güiripeños.-

Horacio Biord Castillo

Escritor, investigador y profesor universitario.

Contacto y comentarios: hbiord@gmail.com

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba