Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
El primero de agosto de 2024 en horas de la madrugada falleció en el Hospital Universitario de los Andes el Padre Argenis después de una larga convalecencia de más de un mes en dicho centro hospitalario. Su salud se deterioró en los últimos años sufriendo una serie de operaciones y tratamientos en los que no le faltó la atención fraterna y a tiempo de la arquidiócesis.
El P. Argenis nació en La Azulita el 27 de diciembre de 1965 siendo sus padres Ulises Zambrano e Isolina Albarrán. Como consta en la partida de bautismo, el Padre Deogracias Corredor le confirió el sacramento de iniciación en la iglesia de la Inmaculada de La Azulita. Fueron sus padrinos Hilario Lacruz y Victorina de Lacruz. Sus estudios primarios y secundarios los cursó en su pueblo donde obtuvo el título de bachiller en ciencias en el Ciclo Combinado de La Azulita.
Ingresó en el Seminario Mayor San Judas Tadeo de San Felipe, recibiendo la ordenación diaconal el 7 de junio y el 28 de noviembre de 1992 el presbiterado en la catedral de San Felipe de manos de Mons. Nelson Martínez, recién llegado a la sede yaracuyana. Ejerció de párroco en la Divina Pastora de Saloa (1993-1997). Por razones de salud y para estar más cerca de sus seres queridos ya mayores y achacosos en la aldea San Pedro de La Azulita pidió regresar a su tierra natal. Primero como párroco de Santa Bárbara de Guaraque (1997-1999), luego como párroco de Nuestra Señora de las Mercedes de Zea (1999-2007), Santiago Apóstol de la Mesa de Ejido (2007) y concluyó como párroco de San Vicente Ferrer de La Playa de Bailadores. Su salud resquebrajada por diversos males lo obligó a retirarse al cuidado de familiares, sometido a lo largo de los últimos años a varias operaciones riesgosas y costosas, tuvo siempre el apoyo de la Arquidiócesis.
Gracias a la colaboración de diversas instituciones, Inpreclero, Caritas Nacional, la Clínica xxx, el Hospital Universitario de los Andes, y los aportes de particulares el Padre Argenis pudo superar en varias ocasiones los estados críticos de su enfermedad. A sus familiares en La Azulita y a los feligreses que le brindaron el calor de la amistad y la oración, que Dios les pague. Descanse en paz en el Panteón Sacerdotal de Mérida a la espera de la trompeta del juicio final.-
31.- 3-8-24(2350)
