Entrevistas

Pablo Caruso ayuda a las personas a no entrar o a salir del mundo de la New Age

Caruso, tras practicar el chamanismo, al convertirse, combate las prácticas esotéricas

Pablo Caruso es un psicólogo católico especialista en psicología clínica y en discernimiento entre patologías mentales e influencias demoníacas. Tras alejarse de la Iglesia pasó por el budismo, el reiki, y el chamanismo. Gracias a su actual esposa comenzó el regreso a la fe católica, desde la que ahora ayuda a quienes están atrapados por el esoterismo y el ocultismo.

Pablo Caruso. Licenciado en psicología. Psicólogo católico. Especialista en psicología clínica y en discernimientos entre patologías mentales e influencias demoníacas. Estudios en filosofía y teología. Docente universitario y coordinador de grupos. Conferencista.

 

¿Cuándo empezó a alejarse de la práctica religiosa?

 

Como muchos hoy en día yo tenía una fe heredada por “default”, es decir, bautismo y comunión, pero vacía en experiencia y entendimiento. Solíamos familiarmente ir a Misa los domingos sin entender que sucedía realmente allí y a lo largo del tiempo fui alejándome y encontrando falsos sustitutos que me enterraron en un agujero negro espiritual que Dios permitió para trasmitirme su misión (así lo entiendo hoy en día) e intentar, humildemente, llevarla a cabo. El alejamiento comenzó en la niñez, no teniendo interés por la religión, básicamente porque no la comprendía y no me la habían transmitido ni en la teoría ni en la práctica. Consistía solamente en un “deber” o un “tener que” carente de substancia, que me arraigara a la posibilidad de la práctica continuada. Pero la sed de Dios siempre estuvo allí…

 

¿Cómo a partir del vacío y búsqueda trascendente fue cayendo en el budismo, reiki, y chamanismo?

 

Siempre fui un buscador de la trascendencia, de la experiencia profunda y de la misión de vida. Hasta ese momento no había descubierto ninguna de ellos lo cual me dejaba sumergido en un malestar emocional permanente manifestado en diversas sintomatologías psicológicas como ansiedad y ataques de pánico por años. Tal es así que se me presentó la oportunidad de ingresar en el mundo “new age” a través de un psicólogo que había contactado para sanar esos temas emocionales, lo cual no dudé ni un instante. El gusto por el conocimiento sumado a las experiencias espirituales y grupales constituían un combo difícil de negar. Así es como entré en ese mundo, iniciándome en el reiki, estudiando astrología, teniendo una clarividente de cabecera con asistencia mensual, concurriendo a grupos de bioenergía, autoconocimiento y formación, sesiones de sanación energética, participación en comunidades chamánicas, etc., con un basamento filosófico budista. Todo esto sumado a los objetos aparejados que tienen estas prácticas como talismanes, piedras, lámparas de sal, libros, collares, sahumerios, budas y falsos dioses paganos que impregnaban todo lugar donde habitaba.

 

A estas prácticas, conocimiento y experiencia se sumaba mi profesión de base que es la psicología, soy psicólogo especialista en psicología clínica y lo que hacía, como muchos otros en la actualidad, es sumar estas técnicas a las consultas según demanda del paciente para poder ayudarlos mejor…si creía que estas prácticas podían ayudarle. De un momento para el otro mi cartera de clientes creció rápidamente y tenía mucho trabajo de ambas ramas, de psicología pura y de psicología/técnicas nueva era, como la carta astral o sesiones de reiki.

 

¿Qué supuso conocer a una chica católica, su actual esposa, para llevarle a la fe?

 

Al principio se me generaba un choque de lenguajes dentro del mismo lenguaje. Es decir, yo buscaba una persona con quien compartir la espiritualidad algo que en el mundo de hoy es cada vez mas difícil de conseguir, a eso me refiero con “dentro del mismo lenguaje”.Pero la diferencia radicaba en las particularidades de cada uno. Ella muy devota de Dios, muy practicante y yo acérrimo de la nueva era. Se daban conversaciones constantes acerca de estos temas los cuales tenían miradas completamente opuestas, pero todo dentro de un marco de comprensión y respeto, lo cual hizo que no “subiese la guardia” y que el proceso estuviese en marcha. Tiempo después me confesó que tenía como objetivo (además del vínculo amoroso) ayudarme a convertirme y que su estrategia radicaba en la comprensión y empatía mientras Dios se iba ocupando. Les dejo el episodio de mi Podcast Pensar Críticamente donde la entrevisto a ella y cuenta todo esto en profundidad.

 

¿Cómo fue germinando el proceso de conversión y cómo llegó a cambiar radicalmente de vida?

 

El proceso de conversión fue muy difícil desde el comienzo ya que no entendía bien que es lo que estaba pasando. Desde que comenzamos el noviazgo con mi actual esposa, como mencionaba en la pregunta anterior, empecé a ir a Misa después de mas de 20 años sin pisar una Iglesia y sin poder hacerlo (ya que me generaban cierta repulsión o aversión los curas). Eso causó movimientos psicológicos y espirituales manifestándose en llantos al comenzar una homilía o una sensibilidad muy grande al momento previo a la consagración o expresiones de incomodidad respiratoria en la oración personal, cambios de temperatura corporal en esos mismos momentos, entre otras manifestaciones.

 

El punto culminante fue cuando acudí a un retiro de Pascuas y ahí Dios se encargó de atravesarme de par en par, es decir, fue una experiencia única donde conecté con lo más profundo de mi ser y con Dios durante esos tres días. Todo empezó a tomar otro tono, pero yo seguía haciendo todo lo que venía realizando en mi práctica personal como profesional con la diferencia del agregado de la oración y los sacramentos. Intenté que coexistiesen los dos mundos, el de Dios y el del demonio, pero era imposible que eso sucediese.

 

Por ese entonces no tenía la formación necesaria para poder discernir que estaba bien y que no y el acompañamiento pastoral era muy deficiente, ya que desconocían que todas esas prácticas eran dañinas y anticristianas, por lo cual yo me encontraba en una encrucijada en la que no sabía bien para a donde ir. Poco a poco iba perdiendo el interés por las prácticas de la nueva era, que hasta entonces era lo que más hacía. A todo esto, hay que sumarle que todo mi círculo de amigos y colegas estaban todos metidos en el mundo de las terapias alternativas siendo su práctica cotidiana y su identidad. Los choques de a poco empezaban a venir definiéndome como “el convertido” entre otros términos con tonalidad despectiva y desvalorizante del camino que empezaba a tomar. Por obra de Dios, todos esos vínculos se cayeron lentamente hasta no quedar ninguno a mi alrededor, reemplazándose por nuevos vínculos mas saludables cercanos a Dios.

 

Además de perder todo, sufrió vejaciones del maligno… ¿Cómo fue la experiencia y cómo se fue liberando de ellas?

 

Así es, durante el tiempo en el que coexistían los dos mundos, el de Dios y el del maligno, tuve reiteradamente acciones nocturnas sobre mi cuerpo, sobre todo ahorques o sueños muy tétricos. Hice un discernimiento con mi terapeuta del momento, que también era new age y no le dio demasiada importancia. El tiempo pasaba y yo seguía con esos ataques nocturnos, dado que el mal espíritu estaba perdiendo terreno poco a poco y no quería que eso pasara (todo esto logré comprenderlo tiempo después). Otra de las cosas que sucedían era que, en simultáneo, lo que me pasaba a mí le ocurría a mi novia en dos barrios y dos casas distintas generando miedo e incertidumbre. Debido a todo esto, empezamos a buscar opciones para cortar con esta situación, por lo que recurrimos a Misas de liberación en primer término, teniendo varias manifestaciones corporales.

 

Eso estaba muy bien, pero me daba cuenta de que necesitaba algo más, así qué por providencia de Dios dimos con un sacerdote que es especialista en estos temas (y hoy es mi director espiritual) con el cual hice un proceso de liberación durante varias semanas. Luego me derivó a un exorcista para continuar con el proceso, ya que, las liberaciones solamente no alcanzaban. El proceso con dicho ministro fue aproximadamente de un año y medio de concurrencia mensual y me animó a dejar absolutamente todo contacto con prácticas, personas y objetos relativos a la new age. Fue bastante complicado hacerlo, ya que para mí constituía parte de mi identidad como persona y como profesional. Durante todo ese tiempo el maligno se encargó de dejarme casi sin trabajo, ya que cantidad de clientes dejaban de concurrir sin explicación previa alguna. Como sabemos el príncipe de este mundo ataca por esos lados.

 

¿Cómo valora el hecho de que a raíz de la conversión sus clientes dejasen de ir a la consulta?

 

Como mencioné anteriormente eran bajas sin explicación alguna, sin causa aparente, pero me dejaban en duda acerca del proceso que estaba haciendo. El demonio atacaba por allí, a través de la merma de trabajo, el impacto económico y la generación de dudas o cuestionamientos que le hacía a mi director espiritual, el cual supo acompañarme excelentemente en todos los ámbitos para que yo perseverara. De pronto me encontraba sin “marco teórico espiritual”, casi sin trabajo y con pocos vínculos… Fue una etapa muy difícil, que duró aproximadamente un año más o menos para volver a resurgir.

 

¿Por qué ahora se dedica a combatir todo el esoterismo y prácticas oscuras en las que cayó?

 

Todo lo que Dios permitió fue conectándome con mi misión, que justamente radica en la posibilidad de ayudar a las personas a no entrar o a salir del mundo del engaño new age, que tan peligroso es, además de los tratamientos psicológicos “convencionales”. Es de vital importancia en este tiempo, en donde está en auge la apostasía, la nueva era y el anticristianismo, que haya personas que combatan estos frentes desde distintos lugares. A mí me toca llevar adelante este apostolado .

 

¿A través de que medios se le puede seguir?

 

Me pueden seguir en los siguientes contactos en donde me dedico a dar la batalla cultural desde la psicología contra las ideas progresistas anticristianas y la nueva era.

 

📲www.pablocaruso.online

▶️ Youtube: Pablo Caruso Psicólogo

🎙Podcast: Pensar Críticamente

📸 Instagram: @pablofcaruso

Mail: consultas@pablocaruso.online

 

Javier NavascuésInfocatolica

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