Venezuela

Declaraciones del secretario de Estado de EE. UU. Antony J. Blinken en una reunión ministerial sobre la urgente situación en Venezuela

DEPARTAMENTO DE ESTADO DE EE. UU.
DECLARACIONES
ANTONY J. BLINKEN, SECRETARIO DE ESTADO

HOTEL PALACE
CIUDAD DE NUEVA YORK, NUEVA YORK

26 DE SEPTIEMBRE DE 2024

SECRETARIO ADJUNTO NICHOLS: Distinguidos ministros de Asuntos Exteriores, embajadores, altos representantes, Secretario General, Alto Representante: Buenos días y bienvenidos al diálogo ministerial de hoy sobre la urgente situación en Venezuela.

Me gustaría ahora ceder el turno al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, que pronunciará unas palabras para su apertura.

SECRETARIO BLINKEN: Brian, muchas gracias. Y buenos días a todos. Es estupendo estar con ustedes esta mañana. Y a mi amiga y colega, ministra de Exteriores Mondino, gracias por unirse a nosotros en la convocatoria de esta reunión y por su liderazgo respecto a este asunto.

El 28 de julio, más de 12 millones de venezolanos desafiaron una campaña de acoso, amenazas y violencia para votar en las elecciones presidenciales de su país. Si hoy tenemos un único objetivo, es garantizar que la voluntad y los votos del pueblo venezolano se respeten realmente, que puedan determinar su propio futuro.

Nicolás Maduro está haciendo todo lo que está en su mano para negarles ese derecho, para fortalecer su propio control del poder. Su régimen excluyó arbitrariamente a la candidata de consenso de la oposición y luego impidió que se presentara a la elección el sucesor elegido por ella.

Y después de que los venezolanos acudieran a votar en cifras históricas, el régimen se negó a hacer públicos los resultados electorales detallados. Manipuló los resultados electorales; declaró falsamente ganador a Maduro; reprimió brutalmente a manifestantes pacíficos y opositores políticos; emitió injustamente una orden de arresto contra el candidato de la oposición, Edmundo González.

Estas acciones represivas han sido posibles gracias a años de esfuerzos del régimen de Maduro por eliminar y erradicar sistemáticamente la independencia de las instituciones de Venezuela, incluido su poder judicial.

El mundo conoce los abusos de Maduro gracias a la documentación exhaustiva e imparcial de ONG internacionales, organizaciones multilaterales y regionales, y valientes periodistas locales, defensores de los derechos humanos, trabajadores electorales, ciudadanos; organizaciones como el Centro Carter, que determinó que las elecciones no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y que no pudieron verificar la afirmación de que Maduro ganó; como el Grupo de Expertos de la ONU, que concluyó que el Consejo Nacional Electoral carecía de medidas básicas de transparencia e integridad; y como los grupos venezolanos de derechos humanos que han documentado detenciones arbitrarias de más de 2.000 venezolanos y la matanza de docenas de manifestantes pacíficos desde las elecciones.

Venimos aquí unidos en el compromiso de defender los derechos humanos del pueblo venezolano, y comprometidos a lograr un esfuerzo inclusivo, liderado por venezolanos, para restaurar el futuro democrático de esa nación. Eso significa insistir en que Maduro entable un diálogo directo con la oposición democrática unida de Venezuela que conduzca a un retorno pacífico a la democracia. Estados Unidos y sus socios están plenamente dispuestos a apoyar este proceso.

Nuestra capacidad para permanecer unidos en este esfuerzo es crucial. Esa es la lección del Acuerdo de Barbados, que creó las condiciones para unas elecciones competitivas el 28 de julio. A pesar de todos sus desafíos, las elecciones mostraron al pueblo venezolano, disculpen, permitieron al pueblo venezolano expresar su voluntad en las urnas por primera vez en muchos años.

El régimen puede intentar ocultar los resultados, pero el pueblo venezolano ha hablado. Ahora, nuestro trabajo es asegurar que sus voces sean escuchadas.

Para eso hemos estado ejerciendo presión por medio de esfuerzos regionales e internacionales. Semanas después de las elecciones, los miembros de la Organización de los Estados Americanos adoptaron por consenso una resolución que insiste en que el régimen respete los derechos humanos del pueblo venezolano y pide la protección, la preservación y la revisión imparcial de los resultados electorales.

El 10 de septiembre, más de 40 países, entre ellos Estados Unidos, aprobaron una declaración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la que se condenaban los abusos generalizados del régimen y su erosión del Estado de derecho, y se hacía un llamamiento al régimen a que pusiera fin a su represión.

Dos días después, más de 50 países, desde África a América Latina, desde Europa al Indopacífico; se sumaron a la Unión Europea para endosar una declaración solicitando al régimen que dejara de violar los derechos humanos de los ciudadanos de Venezuela y emprendiera un diálogo inclusivo para restaurar las normas democráticas.

Es crucial sostener esta presión colectiva en los meses previos a la toma de posesión presidencial prevista para enero.

Debemos continuar haciendo llamamiento al régimen de Maduro para que frene la represión de los manifestantes pacíficos y de los opositores políticos, libere de inmediato e incondicionalmente a todos aquellos que han sido detenidos arbitrariamente, incluyendo niños.

Debemos ejercer presión para que el régimen permita el retorno de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Misión independiente establecida por la ONU de determinación de los hechos en Venezuela.

Así como Estados Unidos lo ha hecho y seguirá haciendo, debemos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para responsabilizar a los individuos que tienen la más alta responsabilidad por los graves abusos a los derechos humanos cometidos contra el pueblo venezolano.

Debemos incrementar la ayuda para los más de 7,7 millones de venezolanos desplazados y para los países que siguen mostrando una admirable generosidad al darles albergue.

Debemos exigir que Venezuela proporcione protección plena al personal y las instalaciones diplomáticas y a las personas que buscan asilo en tales instalaciones.

Y no podemos darnos por satisfechos con solamente declaraciones conjuntas. Debemos actuar conjuntamente. Esa es la única manera de cambiar los cálculos y la conducta de Maduro.

El 28 de julio los votantes estaban lejos de ser los únicos venezolanos en mostrar una admirable valentía. Durante los meses previos al día de las elecciones ciudadanos comunes se entrenaron para prestar servicio como testigos, para observar si se les permitía a las personas ejercer su derecho al voto, y actuaron.

Había más de 30.000 centros de votación en Venezuela y el 28 de julio los testigos de la oposición estaban virtualmente en cada uno de esos centros. Llegaron antes de que se iniciara el comicio. Se quedaron hasta mucho más tarde del cierre, hasta ver que las boletas eran entregadas a los funcionarios electorales; defensores de la democracia armados solamente con sus ojos y su voz. No es una pequeña hazaña porque gracias a esos voluntarios hemos sabido de la voluntad de la abrumadora mayoría de venezolanos: eligieron a Edmundo González.

En Venezuela hay mucha gente que ha asumido riesgos profundos para reclamar su democracia. Seguramente nosotros, las docenas de naciones en este salón, podemos sumar una fracción a su valor al mostrarnos junto a ellos en su lucha por su derecho a dar forma a su propio futuro.

Gracias.-

Department of State United States of America

Traducción cortesía del Departamento de Estado de los Estados Unidos

Para ver el texto original, ir a: https://www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-and-argentine-foreign-minister-diana-mondino-at-a-ministerial-meeting-on-addressing-the-urgent-situation-in-venezuela/

Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.-

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