Venezuela: desafío crítico
La situación crítica en Venezuela, marcada por la dictadura de Nicolás Maduro, exige que Estados Unidos redefina su política exterior en América Latina
Del portal Líneas Rojas:
La situación en Venezuela se presenta como un desafío crítico. La dictadura de Nicolás Maduro ha causado estragos, no solo en su propio pueblo, sino también en la seguridad de Estados Unidos. Con millones de venezolanos huyendo y un aumento del narcotráfico y la inmigración ilegal, es evidente que necesitamos un cambio.
Acompáñenos en este viaje para explorar cómo podemos apoyar a los líderes democráticos en Venezuela y trabajar hacia un futuro más seguro y estable para nuestra región. Juntos, podemos abogar por una política exterior que priorice la libertad y los derechos humanos.
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Después de cuatro años de política exterior titubeante bajo la administración Biden/Harris, es crucial que Estados Unidos redefina sus líneas rojas, comenzando en su propio patio trasero: América Latina y el Caribe. Renovar la casa es un esfuerzo fútil si el vecindario está en ruinas. Para crear un entorno saludable, es fundamental que los vecinos compartan valores similares, como la democracia, las elecciones justas y las libertades civiles. Afortunadamente, muchos países vecinos de Estados Unidos se adhieren a estos principios. Sin embargo, hay una nación que está arruinando este vecindario: Venezuela.
La dictadura de Nicolás Maduro ha sido una mancha en el Hemisferio Occidental durante demasiado tiempo. El régimen de Maduro no solo ha llevado a su pueblo a la miseria, sino que también ha generado múltiples efectos negativos para Estados Unidos, incluyendo la inmigración ilegal masiva, el narcotráfico y la trata de personas. De hecho, Maduro ha sido acusado de narco-terrorismo por el gobierno estadounidense, que ha señalado que «Maduro ha desplegado deliberadamente la cocaína como un arma… para socavar la salud y el bienestar de nuestra nación».
La fecha límite del mandato de Maduro, el 10 de enero de 2025, podría ser un momento propicio para que el dictador considere el exilio.
La Amenaza Regional
A lo largo de los últimos 25 años, Maduro y su mentor, Hugo Chávez, han colaborado con Cuba, cuya influencia ha reforzado el aparato represor del estado. Esta alianza ha traído a los principales antagonistas globales de Estados Unidos, como Rusia, China e Irán, a nuestras puertas. Este eje del mal ha trabajado activamente para socavar el liderazgo estadounidense en el mundo desde la desastrosa retirada de Afganistán.
La ayuda económica y militar de estos aliados permite a Maduro aferrarse al poder mientras el 90% de su población vive en la pobreza. Las mujeres venezolanas son traficadas y forzadas a la prostitución para sobrevivir, y muchos jóvenes se ven obligados a unirse a pandillas, muchas de las cuales ahora operan en Estados Unidos, amenazando la seguridad de los ciudadanos.
Desde 2014, casi ocho millones de venezolanos han huido de su país, y 615,000 han llegado a Estados Unidos en los últimos dos años. La administración Biden/Harris facilitó la llegada de 100,000 de ellos directamente a territorio estadounidense. Este fenómeno no solo representa un desafío humanitario, sino también un riesgo para la seguridad nacional.
La Elección Robada y la Resistencia
Recientemente, los venezolanos han sido despojados de otra elección el 28 de julio, donde la oposición, liderada por la valiente María Corina Machado, ha presentado pruebas sustanciales del robo electoral por parte de Maduro. En respuesta, el tirano ha intensificado la represión, con el apoyo de sus aliados cubanos y rusos, utilizando tácticas de asesinato, detenciones masivas y torturas.
María Corina Machado, una líder carismática y educada en Yale, ha sido forzada a la clandestinidad tras ser acusada de insurrección. A pesar de las circunstancias, continúa organizando protestas a nivel mundial, buscando apoyo para su causa. En 2012, confrontó a Chávez en la Asamblea Nacional, exigiendo un cambio profundo y verdadero en Venezuela. La situación actual es un eco desgarrador de aquellas luchas.
La Emergencia de un Nuevo Liderazgo
Las implicaciones de la situación en Venezuela son críticas tanto para América Latina como para Estados Unidos. La emigración se proyecta que aumentará en un 17% debido a la elección fraudulenta. Rusia ha enviado mercenarios de Wagner para ayudar en la represión, y si no hay consecuencias, el eje del mal concluirá que tiene carta blanca en el Hemisferio Occidental.
Donald Trump, si decide postularse nuevamente, debería dar un discurso de política exterior enfocado, similar al que ofreció en 2016. Debe explicar cómo su política se centrará primero en el patio trasero de América y por qué la reconstrucción de Venezuela no será una carga para los contribuyentes estadounidenses.
La Debilidad de la Administración Actual
La debilidad de Biden/Harris en política tanto doméstica como exterior ha puesto en peligro la seguridad de los estadounidenses de maneras sin precedentes. Su política de suavizar las sanciones petroleras sobre Venezuela, sin avances concretos hacia un orden democrático, ha permitido que el régimen de Maduro y su red criminal, alineada con Rusia, Irán y Cuba, continúen su intervención en nuestra región.
Además, la falta de control en nuestra frontera ha permitido que pandillas como el Tren de Aragua, originarias de Venezuela, se expandan por todo Estados Unidos, poniendo en riesgo a los ciudadanos. La solución requiere acciones decisivas.
La Estrategia para un Futuro Mejor
Al asumir el cargo, Trump debería cerrar la frontera y expulsar a los inmigrantes ilegales peligrosos. A partir de ahí, debe ser una prioridad de «América Primero» asegurar el Hemisferio Occidental. Los actores malignos, ya sean naciones, organizaciones terroristas o sindicatos criminales transnacionales, deben entender que no tienen lugar en nuestra región si continúan socavando los intereses estadounidenses.
Esto implica respaldar a María Corina Machado y a las fuerzas democráticas en Venezuela, cuya valentía y tenacidad son ejemplos de un verdadero liderazgo.
Un Enfoque Firme
En contraste con las políticas de Biden/Harris, Trump debe adoptar tácticas firmes contra Maduro. Al igual que los iraníes liberaron a los rehenes de la embajada de EE. UU. poco después de la inauguración de Ronald Reagan, Trump debe hacerle saber a Maduro que su tiempo se ha acabado. La fecha límite de su mandato presidencial, el 10 de enero de 2025, podría ser un momento propicio para que el dictador considere el exilio.
Si Maduro se aferra al poder después del 10 de enero, Trump debería dejar claro que no solo restaurará las sanciones petroleras, sino que también se emplearán métodos contundentes. La caída de la dictadura de Maduro, si las negociaciones y sanciones fallan, podría no requerir tropas estadounidenses; el contratista de defensa Eric Prince ha expresado su disposición a actuar.
Reconstrucción y Futuro
Trump debería dejar en claro que Estados Unidos no está en el negocio de construir naciones. A diferencia de Irak y Afganistán, Venezuela fue una vez una democracia y posee las reservas de petróleo más grandes del mundo. Su liderazgo democrático, junto con exiliados y líderes empresariales venezolanos, será clave para reconstruir el país.
Finalmente, sería prudente que Trump anunciara su intención de nombrar a Marco Rubio como secretario de Estado. Con su experiencia en política exterior y su conexión personal con la historia cubana, Rubio entiende mejor que nadie la dinámica de nuestra región.
El futuro de Venezuela es crucial no solo para sus ciudadanos, sino también para la seguridad y estabilidad de América Latina y el Caribe. Es hora de que Estados Unidos actúe con determinación y liderazgo, apoyando a aquellos que luchan por la libertad y la democracia en su búsqueda de un futuro mejor. La historia juzgará a aquellos que se quedan de brazos cruzados mientras el vecindario se desmorona.-
Texto e imagenes: Líneas Rojas