Lecturas recomendadas

¿Respeto y confianza?

Rafael María de Balbín:

 

El máximo respeto que merece Dios, Creador Omnipotente, no es obstáculo para que tratemos con confianza de hijos a quien tanto  nos ama y nos favorece. A ello nos animan el segundo y tercer mandamientos de la Ley de Dios.

Segundo mandamiento: no tomarás el nombre de Dios en vano. Honrar el nombre implica honrar a la persona. “Se respeta la santidad del Nombre de Dios invocándolo, bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de evitarse, por tanto, el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un crimen, y todo uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que por su misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la infidelidad a las promesas hechas en nombre de Dios” (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n.  447).

Jurar es poner a Dios por testigo de una afirmación. “Está prohibido jurar en falso, porque ello supone invocar en una causa a Dios, que es la verdad misma, como testigo de una mentira” (Idem, n. 448).

«No jurar ni por Criador, ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia» (San Ignacio de Loyola).

La lealtad hacia Dios se quebranta con el perjurio. “El perjurio es hacer, bajo juramento, una promesa con intención de no cumplirla, o bien violar la promesa hecha bajo juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel a sus promesas” (Idem, n. 449).

Tercer mandamiento: santificarás las fiestas. “Dios ha bendecido el sábado y lo ha declarado sagrado (Ex 20, 11), porque en este día se hace memoria del descanso de Dios el séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto y de la Alianza que Dios hizo con su pueblo” (Idem, n. 450)

“Jesús reconoce la santidad del sábado, y con su autoridad divina le da la interpretación auténtica: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27)” (Idem, n. 451).

Pero los cristianos lo sustituyeron por el domingo. “Para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo, porque éste es el día de la Resurrección de Cristo. Como «primer día de la semana» (Mc 16, 2), recuerda la primera Creación; como «octavo día», que sigue al sábado, significa la nueva Creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Es considerado, así, por los cristianos como el primero de todos los días y de todas las fiestas: el día del Señor, en el que Jesús, con su Pascua, lleva a cumplimiento la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios” (Idem, n. 452.

“¿Cómo se santifica el domingo? “Los cristianos santifican el domingo y las demás fiestas de precepto participando en la Eucaristía del Señor y absteniéndose de las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma y del cuerpo. Se permiten las actividades relacionadas con las necesidades familiares o los servicios de gran utilidad social, siempre que no introduzcan hábitos perjudiciales a la santificación del domingo, a la vida de familia y a la salud” (Idem, n. 453).

Conviene mucho que el domingo sea reconocido por la legislación civil. “Es importante que el domingo sea reconocido civilmente como día festivo, a fin de que todos tengan la posibilidad real de disfrutar del suficiente descanso y del tiempo libre que les permitan cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social; de disponer de tiempo propicio para la meditación, la reflexión, el silencio y el estudio, y de dedicarse a hacer el bien, en particular en favor de los enfermos y de los ancianos” (Idem, n. 454).-

(rbalbin19@gmail.com)

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