Monseñor Enrique Pérez en la Bajada Chiquinquireña: «Venezuela es sanable de las miasmas que la mantienen enferma»
"Las miserias morales y las calamidades que algunos creyeron incurables, son males reversibles", dice un pensamiento de monseñor Juan Bautista Castro, citado por Monseñor Pérez Lavado. El religioso también expresó que "tenemos que estar convencidos de que Venezuela es sanable, sanable de las grandes miasmas que hoy la mantienen enferma"
El tercer obispo de Maturín, monseñor Enrique Pérez Lavado, envió un mensaje de esperanza al pueblo venezolano durante la homilía de la Eucaristía Solemne de la Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
Ddurante su homilía recordó a la humilde lavandera que recibió la tablita de la Virgen Chiquinquirá un 18 de noviembre de 1709, y que es venerada por miles de feligreses cada año.
Lavado recordó un pensamiento de monseñor Juan Bautista Castro, quien promovió la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento hace 125 años, que decía:
«Las desgracias de todo orden que han afligido a Venezuela, las pestes, las guerras intestinas, los malos gobiernos, las miserias morales y las calamidades que algunos creyeron incurables, son males reversibles», precisaba Castro.
Por ello, el obispo de Maturín, oriundo de Maracaibo, concluyó: «Tenemos que estar convencidos de que Venezuela es sanable, sanable de las grandes miasmas que hoy la mantienen enferma».
Monseñor expresó que entonces, la fuente de toda sanación proviene de la Eucaristía y que no hay «nadie mejor» que la Virgen María para ser introducido en este Misterio.