Trabajos especiales

Cómo la caída de Bashar Al-Assad reconfigura la geopolítica en medio de dos guerras

El fin del régimen que duró más de 50 años trae consigo cambios para Israel, que abrió un nuevo frente de guerra y para la invasión de Rusia contra Ucrania, por develar defectos de Vladímir Putin al intentar mantener sus recursos y su ejército de pie. Ahora que al-Assad no está, ¿cómo pretenden gobernar los rebeldes islámicos y quienes serán sus aliados?

Los ciudadanos sirios esperaron más de 50 años para que la dictadura llegara a su fin. Bashar al-Assad, quien llegó al poder en el año 2000 al reemplazar a su padre Háfez al-Assad (gobernante desde 1971), se refugió en Moscú. Mientras tanto, los rebeldes que lo derrocaron se preparan para repartirse el botín de la victoria.

La caída de Bashar al-Assad también trae consigo cambios en la dinámica geopolítica ya que la debilidad de la dictadura en los últimos días empeoró porque sus aliados, Rusia, Irán y el grupo terrorista Hezbolá dejaron de respaldarlo. Mientras el gobierno de Vladímir Putin se concentra en la guerra contra Ucrania, el régimen islámico y sus aliados tratan de sobrevivir en la guerra contra Israel. El resultado es que líderes mundiales están asomando lo que podría pasar a partir de ahora.

Una de las primeras novedades es que el gobierno de Benjamín Netanyahu añadió a Siria como cuarto frente de guerra sumándolo a Cisjordania, Gaza y Líbano. Por eso desplegó tropas en la zona desmilitarizada en la frontera de Altos del Golán para evitar que los rebeldes extiendan sus actividades. Con eso también llegó una afirmación del primer ministro israelí: “La caída del régimen de Bachar al Asad en Siria podría a ayudar a promover un acuerdo para el regreso de los secuestrados”. Sin dar mayores detalles, agregó que los enfrentamientos del Estado judío contra el terrorismo de Hamás y Hezbolá contribuyeron a lo que el mundo hoy observa en las calles de Damasco. Casi al mismo tiempo, publicó X un mensaje a las minorías religiosas que podrían estar en peligro por la llegada al poder de los rebeldes islámicos.

Trump: “Rusia ya no estaba interesada en protegerlo”

Las palabras de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, también destacan en medio de la caída de Bashar al-Assad. En consonancia con el descuido que tuvieron Putin y el régimen islámico hacia la dictadura de Siria, el próximo mandatario republicano explicó las razones:

“[En Rusia] perdieron todo interés en Siria debido a Ucrania, donde cerca de 600,000 soldados rusos están heridos o muertos en una guerra que nunca debió haber comenzado y que podría durar para siempre”.

Las siguientes palabras son importantes porque llegan horas después de que Trump se reuniera con Volodímir Zelenski en París, previo a la inauguración de la catedral de Notre Dame, un evento útil para marcar su regreso a la política mundial. “De igual manera, Zelenskiy y Ucrania estarían interesados en llegar a un acuerdo y detener esta locura. Han perdido ridículamente a 400,000 soldados y a muchos más civiles. Debería haber un alto al fuego inmediato y comenzar negociaciones”, agregó el futuro mandatario en su mensaje publicado desde Truth Social.

No está de más mencionar que Rusia tiene en la ciudad siria de Tartús su base naval más importante fuera de su país, la cual tiene salida al mar Mediterráneo. Es decir, un lugar estratégico importante militarmente hablando. La inteligencia militar ucraniana (GUR) asegura que los barcos de guerra están siendo retirados. Mientras tanto, Moscú pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Cómo será el próximo gobierno de los rebeldes sirios?

La gran pregunta —luego de la toma de Damasco, la huida del dictador, la celebración de la población y el paulatino regreso de muchos exiliados— es, ¿cómo pretende gobernar el grupo de rebeldes que tomaron el poder?.

El Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), la fuerza rebelde que encabezó el derrocamiento, es una antigua filial de Al Qaeda y es considerado una organización terrorista por la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos. Sobre su líder, Abu Mohammad al-Jolani, hay una recompensa de 10 millones de dólares por datos que contribuyan a su captura.

También hay temores por las minorías religiosas como cristianos que habitan en Siria. Al tener una ideología basada en una interpretación radical del islamismo suní, el grupo defiende un estricto sistema de gobierno islámico basado en una interpretación literal de la sharía. Entonces, ¿a quién adoptará como sus aliados internacionales? Es la pregunta que próximamente será respondida.-

Oriana Rivas-PanamPost

 

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