Red Internacional de Católicos con Responsabilidades Políticas: Manifiesto por la dignidad de la política al servicio del bien común
Manifiesto por la dignidad de la política al servicio del bien común "En un momento de crispación política y polarización, queremos acabar con las trincheras que nos enfrentan"
Cristianos con responsabilidades políticas en América, Europa y África interpelados por el mensaje social de la Iglesia especialmente del Papa Francisco, convocados por la archidiócesis de Madrid y la Academia Internacional de Líderes Católicos declaramos:
En pleno cambio de época, en un momento de crispación política y polarización, abrumados por la crueldad de tantas guerras, un grupo de hombres y mujeres cristianos que militamos en sensibilidades políticas bien distintas, arraigados en tres continentes, nos hemos reunido varias semanas convocados por la Red Internacional de católicos con responsabilidades políticas de la Academia de Líderes Católicos, presididos por el Cardenal José Cobo Arzobispo de Madrid y después de dialogar con el Cardenal Christophe Pierre, con el Patriarca de Lisboa Mons. Rui Manuel Sousa Valério y con el arzobispo de México Mons. Rogelio Cabrera López.
Somos conscientes del desprestigio de la política y de los políticos y de la peligrosa desafección hacia las instituciones democráticas. Por nuestra parte, en la estela de la encíclica Fratelli tutti, que nos invita a la “mejor política” alejada del inmediatismo y capaz de “reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos” (FT 180) queremos acabar con las trincheras que nos enfrentan y desencantan a las generaciones que nos siguen. Aspiramos más a la fecundidad ética y social que a los éxitos de los “nuestros”. Somos conscientes de que, en esta hora, responsables políticos de todos los colores estamos urgidos a entendernos para construir un futuro en esperanza. Por ello, después de dialogar y trabajar juntos, queremos compartir con quienes ejercen el liderazgo social y político de nuestra sociedad la invitación a cultivar algunas ACTITUDES que, a nuestro juicio, salvaguardan la dignidad ética de la política:
Manifiesto por la dignidad de la política
1. Contemplar la realidad con profundidad, horizonte y amplitud de miras. Las democracias actuales, caracterizadas por su “liquidez”, necesitan estabilidad y fundamentos sólidos para ser sostenibles. La corrupción sigue siendo un cáncer que traiciona la ética y justicia social, destruyendo la confianza ciudadana. La cultura del descarte, donde los más vulnerables son excluidos, nos recuerda que el progreso no puede darse a costa de nadie. El ambiente de confrontación política, los comportamientos maniqueos, impiden el diálogo y la cultura del encuentro y la convivencia amable. Hay que superar el inmediatismo, la manipulación y el populismo.
2. Darle centralidad a las periferias. En un mundo donde las concentraciones de poder y recursos se agudizan, se vuelve necesario incorporar y encarnar una mirada y acción proyectada desde fuera de los centros de gravitación socioculturales y económicos. La opción preferencial por los pobres es un mandato que no deja de tener validez, en especial cuando los presentes recursos materiales y técnicos permitirían dar respuesta satisfactoria al escándalo de la miseria y el hambre y avanzar hacia el anhelado desarrollo integral que alcance a todas las personas.
José Antonio Rosas
3. Reflexionar sobre el trasfondo cultural. La sobrevaloración del individualismo debilita los vínculos comunitarios y exacerba la fragmentación social. Enfrentamos amenazas globales como el cambio climático y la guerra, así como una crisis de la verdad, el relativismo y el nihilismo que ponen en peligro nuestra percepción de la realidad y erosionan los fundamentos éticos y la búsqueda del bien común. Necesitamos más que nunca deliberar, dialogar y buscar juntos confluyendo en consensos y asumiendo cordialmente los desacuerdos. La minusvaloración del universo de lo religioso, además de despreciar un rico patrimonio cultural milenario, amenaza con dejar al ser humano huérfano de sentido en un momento de fuertes dilemas morales y ante la emergencia de cuestiones novedosas que carecen de precedente.
Una democracia meramente formal no basta; es esencial una democracia ética que promueva derechos humanos y valores. La polarización entre populismos y liderazgos extremos desfigura la noción de “pueblo” y distorsiona las bases de una sociedad inclusiva
4. Discernir el contexto político-social. A pesar de algunos avances democráticos, la regresión autoritaria y el populismo amenazan la estabilidad democrática. Una democracia meramente formal no basta; es esencial una democracia ética que promueva derechos humanos y valores. La polarización entre populismos y liderazgos extremos desfigura la noción de “pueblo” y distorsiona las bases de una sociedad inclusiva. Las visiones individualistas deben ser cuestionadas por su falta de atención a los vínculos comunitarios y el bien común. Hemos de asegurar el Estado de Derecho y la división de poderes como piezas clave para evitar el cáncer de la corrupción. Un poder judicial sometido al imperio de una ley justa e independiente de todo poder deviene en imprescindible. La polarización es consecuencia del miedo y de no saber quién es el otro que al final se acaba convirtiendo en un enemigo. Necesitamos recuperar la cultura del consenso y del abrazo con el divergente. Es preciso buscar pactos globales para salvaguardar la paz, la educación, el medio ambiente, el derecho a no emigrar o a hacerlo de forma segura y regular, evitando el drama humanitario que se produce en las rutas de migrantes como en el Atlántico y en el mediterráneo.
5. Juzgar con criterios sólidos desde una fe que no se impone. Los creyentes contemplamos nuestro tiempo con una mirada trascendente. Consideramos que la dignidad humana es innegociable y debe ser la piedra angular de cualquier acción política. Ello nos lleva a favorecer una cultura de la vida que la cuide en toda su evolución y que procure una calidad en toda su extensión. La religión no puede ser instrumentalizada con fines políticos en ninguna dirección. Reconocemos su papel elevador de los listones éticos de una sociedad y rechazamos cualquier forma de neoconfesionalismo así como cualquier repliegue al ámbito de la conciencia.
Por nuestra parte, hombres y mujeres cristianos con distintas responsabilidades en muy diferentes contextos, pero unidos por la pasión por dejar este mundo un poco mejor a quienes nos siguen, en la antesala del tiempo jubilar, “peregrinos de esperanza”, NOS COMPROMETEMOS A:
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6. Rescatar el valor de la verdad. Es verdad que “podemos buscar juntos la verdad en el diálogo, en la conversación reposada o en la discusión apasionada. Es un camino perseverante, hecho también de silencios y de sufrimientos, capaz de recoger con paciencia la larga experiencia de las personas y de los pueblos” (FT 50). Tiene que ver con la sabiduría y con posponer el interés personal y corporativo. Solo la verdad hace libres. Solo ella facilita un camino de fraternidad, local y universal, que pueda ser recorrido por espíritus honestos, veraces y libres, dispuestos a encuentros reales, a reconocer errores y éxitos ajenos. La verdad es el fundamento último de los consensos imprescindibles en política (cf. FT 212) y junto a la misericordia y a la justicia es imprescindible para construir la paz (cf. FT 227).
7. Actuar con compromiso y responsabilidad. Promoviendo los principios de la Doctrina Social de la Iglesia: dignidad humana, bien común, destino universal de los bienes de la tierra, solidaridad, subsidiariedad y participación. Comprometiéndonos en la defensa de la dignidad humana, procurando el efectivo ejercicio de los derechos de las personas más vulnerables. Fomentando la amabilidad y ejemplaridad en la política, recuperando su vocación de servicio con humildad y responsabilidad. Haremos del diálogo el motor para unir diferencias, priorizando la escucha y el respeto.
8. Activar la responsabilidad ciudadana. El principio de participación reclama no esperar todo de los estados; el tejido social, aliado con el Estado y el mercado puede generar transformaciones significativas hacia una sociedad más justa y en paz. Debemos generar pactos y procesos de educación en responsabilidad y compromiso ético que pongan en el centro a la persona humana escuchando la experiencia de nuestros mayores.
Debemos generar pactos y procesos de educación en responsabilidad y compromiso ético que pongan en el centro a la persona humana escuchando la experiencia de nuestros mayores
9. Apostar por “la mejor Política”. Posibilitando una política noble, que asume el pluralismo de opciones y que no demoniza a quien piensa diferente, la cual siempre apuesta por la libertad de expresión. Capaz de pactar los desencuentros. Dispuesta a “generar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra [… y la] convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales” (FT 196). Educando en la apertura y acogida, especialmente hacia los más vulnerables y buscando formas nuevas de economía y política al servicio del ser humano, protegiendo nuestra casa común con estilos de vida sostenibles.
En la festividad de Santa María de Guadalupe, 12 de Diciembre de 2024
Argentina – Lucas Fiorini, Ex Senador.
Colombia – Clara López Obregón, Senadora.
Costa Rica – Miguel Ángel Rodríguez Echeverria, Ex Presidente.
España – Gonzalo Robles Orozco, Senador.
España – Ángel Garrido García, Ex Presidente de la Comunidad de Madrid.
España – María Pilar Sánchez Álvarez, Concejala.
España – Ignacio de Benito Pérez, Concejal.
España – José Luis Nieto Bueno, Concejal.
España – Carmen Sánchez Carazo, Ex Concejala.
España – Carlos García de Andoin, Vicepresidente de la Liga Internacional de Socialistas Religiosos.
Guinea Ecuatorial – Teresa Efua Asangono, Senadora.
Haití – Joseph Harold Pierre, Consultor de organismos internacionales.
Italia – Rocco Buttiglione, Ex Diputado.
Italia – Paola Binetti, Ex Senadora.
México – Víctor Hugo Sondón Saavedra, Ex Diputado.
México – José Antonio Rosas Amor, Director de la Academia Internacional de Líderes Católicos.
Uruguay – Rodrigo Goñi, Diputado.