Albert Cortina: hablar de transhumanismo y Nuevo Orden Mundial «no es conspiración, es constatación»
Ante la Agenda 2030, llama a la esperanza y contrapone la 2033, el bimilenario de la redención
Como bloguero en Religión en Libertad, director del programa El mundo que se avecina (Fundación EUK Mamie -HM Televisión) y autor de multitud de publicaciones especializadas, la voz de Albert Cortina es una referencia en el ámbito hispano en todo lo referente al transhumanismo y la amenaza que este supone para la persona.
Entrevistado por el canal El rosario de las 11, Cortina ha sintetizado su libro ¡Despertad! Transhumanismo y Nuevo Orden Mundial (EUNSA), donde ofrece todo un manual para comprender, enfrentar e incluso soportar con esperanza cristiana las implicaciones de una «distopía» a su juicio en ciernes que apunta de lleno a la concepción cristiana de la persona.
Extraemos algunas de las claves principales:
1º La persona para el transhumanismo: ni cuerpo ni alma, solo mente
Para Cortina, la idea de persona que tiene el transhumanismo sería una síntesis ideológica entre Oriente y Occidente, según la cual «el ser humano tiene que dejar atrás esta etapa evolutiva en la que la Biología ha sido la esencia».
En ese proceso, la concepción cristiana se diluye y se nos dice que somos una inteligencia, una mente, que algunos de forma casi utópica dicen que podrán transmigrar y volcarla en otro sustrato que no sea el cuerpo humano».
Llegado un punto, agrega, se propone una visión «pseudo tecno-religiosa» que buscaría «conseguir la trascendencia de nuestra inteligencia y nuestra mente, incluso la inmortalidad».
2º La conexión del transhumanismo con el globalismo
Cortina alude a los representantes de esta visión con personalidades «vinculadas a una élite centrada en las grandes corporaciones tecnológicas, farmacéuticas y financieras» encargadas de mostrar «una ideología conectada con el Nuevo Orden Mundial y la construcción globalista».
La suya se trataría de una «visión low cost de la inmortalidad, la trascenencia y la religión» que contempla a la persona «como alguien que tiene que evolucionar hacia un transhumano, a alguien que incorpore tecnología en su cuerpo».
3º La única contención, la visión cristiana
Frente a dicha propuesta, Cortina alude a la visión de la persona como «reflejo del ser humano perfecto que es Cristo, perfecto Dios, perfecto hombre, que nos muestra hacia dónde tenemos que ir, cristificarrnos, asimilarnos cada vez más hacia esa inmortalidad del alma y ese cuerpo glorioso que nos espera si Dios quiere».
La propuesta por el transhumanismo, agrega, sería «una trascendencia que muestra la vida eterna como una «copia barata» de lo que el cristianismo ha ofrecido a la civilización y que sigue ofreciendo como la verdad, la alternativa más bonita que tenemos para construirnos como seres humanos respetando la naturaleza humana».
4º El engaño del transhumanismo
Los transhumanistas, advierte Cortina, dicen que se sorprenden de cómo un Dios creador ha hecho una humanidad que envejece, tiene discapacidad, fragilidad, que enferma y que es vulnerable.»El transhumanista te dirá: «¿Qué tipo de Dios ha creado a este ser humano? Nosotros, con la Ciencia, con la razón, con la tecnología, vamos a conseguir que no haya esa vulnerabilidad, que no haya sufrimiento que el envejecimiento se pueda revertir de forma médica e incluso que consigamos una inmortalidad de la mente«.
5º Una religión de sustitución
Cortina también considera que para la sociedad descristianizada, con una visión cada vez más alejada del Dios creador, el transhumanismo «es una es una propuesta muy atractiva y de ahí el peligro, porque va a ser utilizada por ese Nuevo Orden Mundial. Es una religión de sustitución, una alternativa de intentar dar sentido a los ciudadanos que ya han dejado de creer en una trascendencia desde la visión religiosa cristiana y a los que la técnica les está ofreciendo una solución, porque al final el ser humano sigue preguntándose ante el vacío de Dios».
6º «Es importante despertar, discernir y ver quién hay detrás»
El especialista también recuerda la importancia de «despertar» ante esta realidad, pero también a «discernir los desafíos positivos» que plantea la tecnología y saber diferenciar una buena aplicación de la misma. Para Cortina eso es bueno, pero apremia a «ver quién hay detrás [del transhumanismo] y cómo se organiza el poder que lleva esa tecnología hacia estructuras de pecado. Lo importante no es tanto que sea mala la Inteligencia Artificial o que haya prótesis que puedan ayudar, sino quién hay detrás, qué agentes, qué intereses, qué poder, qué economías hay detrás».
En `¡Despertad! Transhumanismo y Nuevo Orden Mundial´ (EUNSA), Albert Cortina desarrolla cada uno de los puntos expuestos en este artículo.
7º Nuevo Orden Mundial y religión global: «No es conspiración, es constatación»
A lo largo del libro Despertar y de la entrevista que comentamos, Cortina llama a entender qué es el llamado Nuevo Orden Mundial, su relación con el transhumanismo y a comprender que «no se trata solo de capitalismo o marxismo», sino «un híbrido muy sutil».
El escritor menciona que dichos argumentos «no son conspiración», sino «la constatación de que hay unos poderes políticos y económicos que quieren planificar el futuro. Algunos tal vez tendrán buenas intenciones, pero hay otros que no […] que se constituyen en una élite Global, van consiguiendo mayores cuotas de poder […] y que también quieren construir una religión global a la medida de ese nuevo imperio global».
8º Como más se controla a la persona es desde el alma
El entrevistado remarca que el objetivo de dicho orden es similar al de «construir una cárcel en la que vamos a ir perdiendo libertad, los valores cristianos de la dignidad del ser humano, de nuestra visión del mundo o de la Doctrina Social de la Iglesia, a favor de esa esos intereses no que no solo son ya económicos, culturales y políticos, sino que además son religiosos, espirituales. Porque, al final, el poder sabe que como más se controla a la persona es precisamente por su alma».
9º «Agenda 2033» y llamado a la esperanza
Los últimos puntos abordados por Cortina suponen un llamado a la esperanza, y remarca que aunque la «estructuras de pecado» descritas por los últimos papados «se van consolidando», eso «nos tiene que dar motivos de esperanza».
«No tiene que asustar. Tenemos que estar alerta, despiertos y con esperanza. Ya sabemos que vamos a pasar por una etapa muy difícil, pero nosotros también tenemos algo muy bonito que contrapongo a esa Agenda 2030. Los cristianos tenemos la Agenda 2033, el bimilenario de la redención. Cristo ofreció una solución y Él es la luz del mundo. Dejemos de ser pesimistas pensando que este mundo que se está construyendo va a ser horroroso, nosotros no podemos quedarnos en ese punto. Tenemos que fijarnos ya en el después, en el día de mañana, en el Salvador, la redención, la tierra nueva».-