Devociones y tradiciones

«Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor»

Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue

San León Magno, Sermón en la Natividad del Señor 1,1-3

Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el te­nor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eter­nidad prometida.

Nadie tiene por qué sentirse alejado de la participación de semejante gozo, a todos es común la razón para el júbi­lo: porque nuestro Señor, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a nadie libre de culpa, ha venido para liberarnos a todos. Alégrese el santo, puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador, puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, ya que se le llama a la vida.

Pues el Hijo de Dios, al cumplirse la plenitud de los tiempos, establecidos por los inescrutables y supremos de­signios divinos, asumió la naturaleza del género humano para reconciliarla con su Creador, de modo que el demo­nio, autor de la muerte, se viera vencido por la misma naturaleza gracias a la cual había vencido.

Por eso, cuando nace el Señor, los ángeles cantan jubi­losos: Gloria a Dios en el cielo, y anuncian: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Pues están viendo cómo la Jerusalén celestial se construye con gentes de todo el mundo; ¿cómo, pues, no habrá de alegrarse la humildad de los hombres con tan sublime acción de la piedad divina, cuando tanto se entusiasma la sublimi­dad de los ángeles?

Demos, por tanto, queridos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo, en el Espíritu Santo, puesto que se apiadó de nosotros a causa de la inmensa miseri­cordia con que nos amó; estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, para que gracias a él fuésemos una nueva creatura, una nueva creación. [Èfes 2,1-6; 2Cor 5,17].

Despojémonos, por tanto, del hombre viejo con todas sus obras y, ya que hemos recibido la participación de la generación de Cristo, renunciemos a las obras de la carne.

Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamiento indigno a las antiguas vilezas. Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. No olvides que fuiste liberado del poder de las tinie­blas y trasladado a la luz y al reino de Dios.

Gracias al sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio es la sangre de Cristo.

Jesús de Nazaret , nació en Belén de Judea en el año primero de la era cristiana. Fue rechazado por la gran mayoría del pueblo judío. Solamente una minoría le aceptaron cómo el Mesías. Todos huyeron cuándo fue arrestado , juzgado y condenado a muerte.

Gracias a Dios qué lo resucitó al tercer día; y al bautismo del Espíritu Santo a unos ciento veinte judíos fieles ,con la Virgen María ; fueron saciados de fuerza y poder de Dios .Un puñado de cristianos recorrieron el mundo entero arriesgando su vida predicando el Evangelio hasta nuestros días , dos mil veintidós años después.

Después de más de dos milenios ; seguimos esperando su » Segunda Venida » . Estoy convencido de qué la Segunda Venida de Jesucristo ,y la conversión del pueblo judío ; serán la misma » Nueva Noticia » para toda la Humanidad . !!!

Debemos orar con Fe para qué él Espíritu de Jesucristo amanezca sobre el Pueblo de Israel. Jesús ,la Virgen María ,San José ,y los Doce Apóstoles ; eran judíos . El Nuevo Testamento fue escrito por cristianos judíos ,inspirados por el Espíritu de Dios Padre , y de Jesucristo ,el Hijo de Dios.

Es posible que la Iglesia Universal esté en deuda con el pueblo de Israel ; y la conversión del pueblo judío ; dependa en buena medida de nuestra actitud y de nuestra oración.

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS !!!

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