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Un dardo de luz al corazón

Diálogo con el 2025

 

Acompañado de brisa y sol llega sonriente y algo preocupado por unos
vaporones que siente extraño. Se está inaugurando y aún no ha tenido tiempo de
hacer la introspección debida; en pocas horas ha echado un vistazo a los rostros
de la gente y han saltado en su corazón muchas preguntas.
Después de rondar y rondar toca mi puerta, abro, nos saludamos y entra con la
confianza de un viejo amigo:
– ¿Café? -pregunto sondeando sus gustos.
-Sí, si por favor y un vaso de agua porque vengo con unos vapores que no me
explico- responde con voz agradecida y preocupada a la vez.
-Ah! Eso debe ser lo que llaman cambio climático. – contesto- ¿sabes? Los
expertos dicen que tiene que ver con el calentamiento global.
Hace silencio, me mira fijamente y con mirada inquietante como quien está lleno
de pregunta, y, desvía la conversación.
-Por cierto, he visto a la gente de este país con mirada expectante y también con
mucha incertidumbre, no he logrado descifrar el enigma. – Pregunta con la
inquietud del visitante que quiere saber qué terreno pisa.
-Bueno, lo que pasa es que en este país en el que todos discurrimos dando
soluciones no acertamos el camino. Todos tenemos la solución y nadie tiene la
solución. Y, ahora llegas tú, nuevo, y nos preguntamos ¿qué será de ti? – Quedó
atónito y a la vez reflexivo ante mi respuesta y con un dejo de humor y realismo,
sonrió y concluyó:
– ¿Qué, qué será de mí? De mí será lo que ustedes acuerden y decidan hacer de
mí, mi historia está en sus manos.
Sentí su respuesta como un dardo de luz al corazón.
Nos miramos, sonreímos, y no nos despedimos, porque llegó para quedarse y
convivir con nosotros por un tiempo.-

Fraterno en el Corazón de Cristo
P. Alfredo Infante, S.J.

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