Opinión

Edmundo en el vecindario

Algunos gobiernos, para cuidar algunos canales de comunicación, autorizarán a sus embajadores a estar presentes, pero sus presidentes no quieren estar en esa fotografía  porque precisamente les resulta impresentable un régimen que se impone a sangre y fuego

Cesar Pérez Vivas:

Ha regresado a la región nuestro presidente electo Edmundo González Urrutia, luego de sus valiosas gestiones diplomáticas en Europa, emprendidas a partir del destierro que le impuso la camarilla roja.Su presencia en Argentina y Uruguay, en estas últimas horas, y las que sostendrá en Panamá y República Dominicana, para reunirse con los presidentes de esos países, evidencian el respaldo de la región a la causa de la democracia en nuestro país y el repudio que, en todo nuestro entorno latinoamericano, es decir en nuestro vecindario, ha producido la dictadura madurista y su reciente golpe de estado a la soberanía popular expresada de forma contundente el pasado 28 de Julio del 2024.

Cómo bien sabemos Edmundo debe jurar su cargo de presidente electo este viernes10 de enero de conformidad con los establecido en el artículo 231 de la Constitución. Nicolas Maduro ha decidido desconocer el mandato ciudadano, y se ha lanzado por el abismo de imponer un fraude a sangre y fuego, por “las malas”, como él mismo lo ha dicho.

Atendiendo la invitación de las naciones democráticas del continente asiste a importantísimos encuentros, en los que, de forma civilizada, se manifiesta la determinación de nuestra región a favor de la democracia y se rechaza el fraude lanzado por Maduro.  Se trata de una apuesta de América Latina a una transición pacífica del poder, acatando el mandato ciudadano. Los eventos ocurridos en estas últimas horas constituyen un mensaje político y diplomático al usurpador para que no persista en su camino al infierno del autoritarismo. Dado el comportamiento evidenciado y a la soberbia que los acompaña, la cúpula madurista con su obsesión de quedarse en el poder, probablemente desprecie los mensajes y gestiones de diálogo y paz que diversos gobiernos, incluidos los que hasta hace poco le apoyaban, le están enviando.

La camarilla usurpadora cree que pueden gobernar aislados del entorno geopolítico, que les basta con el apoyo de las tres dictaduras del continente y con los regímenes de Rusia, Irán y China. Y precisamente ahí está su grave error. Maduro puede llegar a montar su lúgubre evento este 10 de enero, pero no podrá sostener la gobernabilidad a partir del momento en que consume el delito de usurpación del poder.

Estamos en el siglo XXI, ya no son los días de la guerra fría. Vivimos en un mundo donde los países de mayores capacidades están en la línea de la democracia y de la vigencia de declaración universal de los derechos humanos.  Maduro piensa que puede declararse enemigo de su entorno, de su vecindario porque tiene unos aliados en otros confines del universo. Aliados que acaban de mostrarle en Siria, como a la hora de la verdad, lo dejarán en su soledad, en este entorno geopolítico, en el momento en  que las pistolas, los fusiles y los tanques ya no le permitan sostener esa estructura clientelar y criminal.

Su comportamiento soberbio, pendenciero y desafiante nos afectará a todos nosotros los ciudadanos venezolanos, su camino a la usurpación con el uso abusivo de las armas terminará impidiéndole gobernar; no sin antes dejar una mayor estela de muerte, represión y destrucción, con sus nefastas consecuencias de pobreza y estampida humana, hasta que ya sus propios cómplices en la usurpación terminen echándolo del poder, porque no les será posible vivir en esas circunstancias.

La gira latinoamericana del presidente electo Edmundo González Urrutia nos llena de confianza en que el rescate de la democracia está hoy más cerca, porque todo este continente está apostando por la libertad. A Maduro solo le quedan los colectivos de la muerte y la cúpula militar que está cohonestando su crimen contra la soberanía popular y contra nuestra República.

Sus antiguos aliados toman distancia. No le reconocen su fraude. Lo que es una fiesta en cualquier país, al que concurren los amigos y los vecinos, en Venezuela será, si finalmente se concreta, un evento lúgubre, al que nadie quiere asistir. Algunos gobiernos, para cuidar algunos canales de comunicación, autorizarán a sus embajadores a estar presentes, pero sus presidentes no quieren estar en esa fotografía  porque precisamente les resulta impresentable un régimen que se impone a sangre y fuego, porque perdió totalmente el respaldo y el respeto de su pueblo. Estos días, previos al 10 de enero, revelaran con toda nitidez la debilidad y la soledad que acompañan al dictador y a su entorno. Nos afirmaran en nuestra convicción de haber hecho y estar haciendo lo que nos corresponde  y de que el socialismo del siglo XXI ha entrado en fase terminal.-

Caracas, lunes 6 de enero del 2021

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba