Perspectivas de las Sanciones
No tiene ningún sentido para Estados Unidos ni Europa distanciarse de Venezuela mediante sanciones si los países del G7 sólo tienen reservas de hidrocarburos probadas por unos siete años más, al ritmo de producción actual

José Antonio Gil Yepes:
Las sanciones petroleras y financieras aplicadas por los gobiernos norteamericanos, desde Barack Obama hasta la fecha, no tienen sentido desde ningún punto de vista, sea éste principista-político- democrático, abastecimiento, anticorrupción, ni geopolítico.
Desde el principismo, las sanciones fueron utilizadas por el gobierno de Trump I para cambiar el gobierno de Venezuela, tan así que declaró que “no descartaba ningún medio para resolver el caso de Venezuela”. Llamando públicamente “Mr. President” a Juan Guaidó. Pero el gobierno de Venezuela no cambió. El enfoque de Joe Biden fue menos principista, no trató de cambiar al presidente sino sus políticas. Tampoco lo logró. Más bien, le dio curso a las licencias para hidrocarburos a cambio de que el gobierno de Venezuela cediera en ciertas condiciones políticas y electorales, no en todas. Tampoco logró Biden su cometido, más se benefició el gobierno de Venezuela. La historia de 180 casos de sanciones en el mundo durante los últimos 100 años muestra que sólo han cambiado gobiernos en siete países sancionados.
Desde el punto de vista del abastecimiento de hidrocarburos de Occidente, es obvio que, tanto los Estados Unidos como Europa necesitan del petróleo venezolano. El presidente Trump II, recién electo, declaró lo contrario. Pero eso es sólo una postura de negociación, aunque luego la endurezca con la suspensión de la licencia de Chevrón. Veamos: Los Estados Unidos consumen casi 20 MMBD y sólo producen 13 MMBD. Y hay que considerar que, no sólo necesita importar casi 7 MMBD, sino que buena parte de lo que produce proviene del fracking, pero éste tiene un costo de producción entre US $ 30 y 50 /B, el cual que crece en condiciones geológicas más complejas o menos infraestructura. El precio por litro de gasolina en las estaciones de servicio en Estados Unidos ronda US $ 1,8. Mientras que el costo de producción del petróleo en Venezuela ronda los US $ 15 /B. El aspecto de dónde viene el petróleo y quién lo produce se relaciona con la transparencia y la lucha contra la corrupción pues no hay petróleo más transparente que el producido bajo un régimen de licencia. Esa transparencia se perdería si Venezuela vuelve a tener que vender por “los caminos verdes” y las cripto.
En el caso de Europa, la necesidad de importar hidrocarburos es mucho más acentuada porque dependía demasiado de Rusia, hoy sancionada por la Unión Europea dada la invasión a Ucrania. Esta situación se agrava por el retiro del apoyo norteamericano a Ucrania y a Europa para defenderla, y por la reacción de dicha Unión de apoyar al país invadido, tanto por el principio de libre determinación, porque sabe que, después de la toma de parte de Ucrania por Rusia, pueden repetirse las invasiones del Oso contra Moldavia, Bulgaria, Rumania, Estonia, Lituania, Letonia, Finlandia, Suecia, si no Polonia también. Coyuntura que Viktor Orban aprovecharía para solicitar la reincorporación de Hungría a la heredera de la Unión Soviética.
La necesidad de Occidente de poder contar con un abastecimiento seguro se combina con el aspecto geopolítico del asunto. No tiene ningún sentido para Estados Unidos ni Europa distanciarse de Venezuela mediante sanciones si los países del G7 sólo tienen reservas de hidrocarburos probadas por unos siete años más, al ritmo de producción actual. Ni hablar si el desarrollo tecnológico, ahora exponenciado por la Inteligencia Artificial, acelera el crecimiento económico del mundo, y el consumo de energía, en especial en las potencias tecnológicas. Por su parte, Estados Unidos sólo tiene unos 13 años de reservas al ritmo de producción vigente. El vínculo del tema abastecimiento con el geopolítico se evidencia en que cada vez que una potencia ha sancionado a un país, otros países, inclusive aliados del sancionador, llenan el vacío que deja la potencia. Por ejemplo, los hoteles en Cuba son propiedad de empresas mexicanas, españolas y canadienses, países aliados de los Estados Unidos, y la dictadura cubana sigue en pie. En el caso de una supuesta nueva ola de sanciones de los Estados Unidos contra Venezuela, lo único que lograría es que ese vacío lo llenen sus aliados y sus enemigos jurados, como Rusia, China e Irán. Como ha venido ocurriendo.
Que Trump crea que puede rehacer relaciones con Putin, Xi, Kim y Jamenei para recuperar mercados o ventajas ante Rusia, China e Irán, es una ilusión. Está claro que las dos primeras están decididas a expandir sus respectivos ámbitos imperiales, mientras los Estados Unidos, más bien, se repliega. En particular, entregando Estados Unidos su zona de influencia en Europa, dejando este continente a merced de Rusia, y al lejano Oriente a la merced de China. La única excepción a esto último sería el mantenimiento de las relaciones norteamericanas con Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda, Filipinas y Australia. El futuro de Taiwán no está claro ya que China puede tomar el abandono de Ucrania por Estados Unidos como el mensaje que buscaba en el desenlace de la invasión rusa o podría “acordar” con Trump “prolongar” la situación actual y dedicar recursos al desarrollo de Siberia en acuerdo con Rusia, “por ahora”. Por otra parte, cualquier “acuerdo” con Irán es inútil por su odio religioso contra Satán e Israel.
El balance de estos cuatro aspectos del tema me lleva a concluir que lo más probable es que el gobierno de Trump reestablezca las licencias petroleras para que el gobierno de NM incremente las exportaciones de hidrocarburos a Occidente, en particular, a los Estados Unidos. El Trump de hoy es mucho más un pragmático, tipo Elon Musk, que un principista democrático, tipo Marco Rubio. Por lo que se puede suponer que la suspensión de licencias a Venezuela se debe a un gesto para lograr dos cosas: Primera: Amenazar para sacar ventaja de la contraparte, según confiesa el mismo Trump en su libro con Tony Schwartz, El Arte de la Negociación, 1987: “Lo peor que puede pasarle a uno en un negocio es tener una necesidad desesperada de hacerlo. Cuando esto ocurre, el oponente olfatea la sangre, y puedes darte por muerto. Lo mejor es negociar desde una posición de fuerza, … la que encierra una ventaja…Por desgracia, esto no siempre viene dado desde el principio, por lo que muchas veces la ventaja demanda imaginación y labia vendedora… En 1974, para convencer al municipio de la conveniencia de autorizar mi acuerdo de compra del hotel Commodore de la calle 42, persuadí a los propietarios de que anunciasen el cierre del establecimiento. Una vez hecho este anuncio público, no tuve reparos en señalar al …concejo municipal la catástrofe que supondría el cierre de un hotel para la zona de la estación Grand Central y para toda la ciudad.” Pág. 51.
En este caso, el declarar que no necesitaba el petróleo venezolano y luego cancelar la licencia habría sido para lograr mejores condiciones del gobierno venezolano para que las empresas eventualmente autorizadas por el gobierno norteamericano produzcan más hidrocarburos. Segundo, la cancelación (creo que temporalmente) de la licencia buscaría no perder los votos de Diputados radicales principistas en la aprobación del Presupuesto del Gobierno Federal. A partir de hoy, jueves 13 de marzo, comienza esta discusión en el Congreso norteamericano. Aprobado este Presupuesto, lo probable es que aparezca una nueva versión de licencias “Trump Style”.
Por su parte, el gobierno de NM ha sido muy parco en sus comentarios sobre la suspensión de la licencia de Chevrón y, más bien, en su cadena televisiva del 11 03 2025, se concentró en mostrar diversos aspectos de la cadena de producción de la industria petrolera venezolana, orientado esto a proyectar una imagen de que el país puede mantener y crecer en su producción y exportaciones de hidrocarburos, invitando, reiteradamente, a empresarios nacionales e internacionales a invertir y exportar hidrocarburos y otros rubros.-
@joseagilyepes