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«Poner el lenguaje pagano al servicio de la fe», enseñanza del Concilio de Nicea 1700 años después

Entrevista al comisario de la exposición «Símbolo: luz de Nicea», Patricio de Navascués

«El concilio de Nicea nos enseñó a valernos del lenguaje pagano y ponerlo con un significado propio al servicio de la fe», dice el comisario de la exposición «Símbolo: luz de Nicea».

El próximo mes de mayo se cumplirán los 1700 años de la apertura del Concilio de Nicea. Un Concilio de importancia crítica para la Iglesia que sentó las bases del dogma de la trinidad y la divinidad de Cristo, remarcó la autoridad de la Iglesia y su magisterio y afianzó las bases doctrinales para rechazar y refutar el arrianismo.

Especial relevancia en el Concilio tuvo el obispo Osio de Córdoba, que presidió el concilio y redactó el símbolo o credo de Nicea. Para rememorar la relevancia del símbolo, el concilio y de su presidente, la diócesis de Córdoba inaugurará el próximo 5 de abril la exposición “Símbolo: Luz de Nicea”, que tendrá lugar en la catedral hasta el 5 de julio.

El portal oficial de la diócesis de Córdoba ha conversado con el comisario de la exposición, Patricio Navascués, en torno a una iniciativa que, a través de arqueología, historia, obras contemporáneas y contenido espiritual pretende llevar al público “a la luz que conduce al Padre”.

Navascués subraya que el mensaje fundamental de la exposición será “mostrar que lo sucedido hace 1700 años en el Concilio de Nicea no es un mero hecho del pasado”, sino “una reunión decisiva para la Iglesia universal” que “sigue siendo fundamental para los cristianos de hoy”.

“El discurso narrativo está dirigido a mostrar que el Credo o Símbolo que se compuso en aquella reunión proclama la fe en Jesucristo, que es la única luz capaz de iluminar la vida entera de los hombres de todos los tiempos”, detalla el comisario.

Patricio Navascués.

Patricio Navascués, comisario de la próxima exposición cordobesa, «Símbolo: Luz de Nicea».

La exposición está estructurada en dos apartados.

El primero de ellos, introductorio buscará aportar una instrucción rápida y ágil en los contenidos fundamentales de la celebración.

Con esa base, la exposición continúa en un segundo campo dedicado a “mostrar hasta qué punto la doctrina defendida y proclamada hace 1700 años, lejos de ser algo abstracto, se traduce, ayer, hoy y siempre, en una vida llena de confianza, de fuerza, de caridad y de esperanza”.

La novedad de Nicea, 1700 años después

Preguntado por la vigencia y novedad que ofrece el Concilio de Nicea a la Iglesia de hoy, Navascués expone cómo el lenguaje de la fe “ganó en nitidez y perdió en ambigüedad” tras el Concilio, que también enseño a “valerse del lenguaje pagano y ponerlo con un significado propio al servicio de la fe”, constituyendo “un ejemplo admirable de inculturación”.

Se refirió al Credo de Nicea en tercer lugar como un texto que “no está destinado a ser superado”, sino que “pone en relación con un misterio que nunca se agotará”, ayudando a los fieles “a disponer el corazón en la justa relación con el Dios al que adoran y con los hermanos a los que han de amar”.

Osio y su fe plasmada en piedra

El obispo Osio de Córdoba tendrá especial relevancia en la exposición, como también la tuvo en el concilio.

“Habla bien de él su fidelidad en tiempos de persecución, su servicio a la comunión eclesial, su lucidez a la hora de entender la importancia imprescindible del magisterio conciliar y, al mismo tiempo, la necesidad de actualización del mismo en cada época”, avanza el comisario.

Entre las piezas más relevantes de la exposición, Navascués destaca un icono bizantino con motivos del Concilio de Nicea, obras de artistas contemporáneos o una réplica del sarcófago dogmático a escala natural, “un monumento excepcional en el que quedó plasmada en piedra la fe profesara en Nicea”.

Antes de concluir, aborda cómo la ciudad de Córdoba verá enriquecido su patrimonio tras la celebración de la exposición.

“Habrá varias piezas que, en efecto, una vez terminada la Exposición, contribuirán a enriquecer el patrimonio de la Iglesia en Córdoba. Son piezas, por lo general, procedentes de artistas contemporáneos que han recibido el encargo de crear algo en el marco de esta exposición”, agrega. –

Jesús M. C.

/ReL

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