Gaza: El pueblo palestino reacciona por fin contra Hamás
Por primera vez en años, cientos de palestinos han salido a las calles de la Franja de Gaza para protestar abiertamente contra Hamás, el grupo que gobierna el enclave desde 2007. Las manifestaciones, que comenzaron en zonas como Beit Lahia y el barrio de Shujaiya, se han extendido en medio de una creciente desesperación provocada por la escasez de alimentos, la destrucción generalizada y el temor constante a los bombardeos

Las manifestaciones, que comenzaron en zonas como Beit Lahia y el barrio de Shujaiya, se han extendido en medio de una creciente desesperación provocada por la escasez de alimentos, la destrucción generalizada y el temor constante a los bombardeos.
Los manifestantes, desafiando el férreo control del movimiento islamista sobre la población, corearon frases como «¡Hamás fuera!» y «¡No queremos morir de hambre!». Las imágenes que han circulado muestran grupos de ciudadanos marchando por calles devastadas, con banderas blancas improvisadas y pancartas hechas a mano.
La situación humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles críticos. La falta de electricidad, agua potable, medicinas y alimentos básicos ha generado un clima de desesperanza. Muchos habitantes responsabilizan directamente a Hamás por su gestión y por haber provocado una guerra que ha dejado miles de muertos, heridos y desplazados.
Aunque las protestas no han sido masivas por miedo a represalias, el simple hecho de que se hayan producido en un contexto de guerra y bajo un régimen autoritario es, para muchos, una señal de que el control de Hamás comienza a resquebrajarse ante el sufrimiento de la población.
Analistas consideran que este tipo de movilizaciones podría marcar un punto de inflexión en la política interna de Gaza. La presión sobre Hamás no solo proviene de Israel, sino ahora también desde dentro, de una ciudadanía agotada por la violencia, la miseria y la falta de horizonte.
Las autoridades del grupo islamista no han hecho declaraciones oficiales, aunque testigos aseguran que algunas de las protestas fueron disueltas con dureza. A pesar del riesgo, el mensaje de los manifestantes fue claro: la población quiere vivir, no seguir pagando con su sangre los errores de sus gobernantes.-
(Agencias/InfoCatólica)