El enfermero Strappetti, el verdadero ‘secretario del estado’ de Francisco
El Papa ha puesto su salud en las manos de este especialista en reanimación

Su nombre es Massimiliano Strappetti, es enfermero y se ha convertido en el verdadero ‘secretario del estado’ del papa Francisco. Es la sombra que le cuida día y noche y las manos que empujan su silla de ruedas y le susurra al oído si necesita algo o cómo se siente en cada momento. En esta nueva etapa del pontificado de Jorge Mario Bergoglio es también el único que no necesita pedir audiencia con el Pontífice
Su nombre es Massimiliano Strappetti, es enfermero y se ha convertido en el verdadero ‘secretario del estado’ del papa Francisco. Es la sombra que le cuida día y noche y las manos que empujan su silla de ruedas y le susurra al oído si necesita algo o cómo se siente en cada momento. En esta nueva etapa del pontificado de Jorge Mario Bergoglio es también el único que no necesita pedir audiencia con el Pontífice.
Desde su primera aparición pública, detrás del Papa, cuando Francisco se asomó al balcón del Gemelli al recibir el alta médica tras 38 días de hospitalización, el pasado 23 de marzo, Strappetti no se separa de él. En fotografías anteriores a este episodio de saludo se le puede ver también, discreto, en un segundo plano, portando el maletín o el bastón de Bergoglio.
Fue él también quien le condujo el pasado 6 de abril, en su sorpresiva aparición al final de la misa con motivo del Jubileo de los Enfermos, donde Francisco, él mismo un enfermo que en dos ocasiones ha estado al borde de la muerte desde el 14 de febrero, como reconocieron sus médicos, quiso cruzar también la puerta santa como uno más de los miles de enfermos que la atravesaron para ganar las indulgencias plenarias.

No era la primera vez que su enfermero estaba cerca de él en momentos delicados. Lo estuvo también en 2021, cuando Strappetti convenció a un siempre reacio Francisco a hacer caso a los médicos y a subestimar sus condiciones de salud a someterse a una delicada intervención intestinal que le mantuvo también confinado varios días en el Policlínico Gemelli de Roma.
Una figura determinante
Pero sin duda ha sido tras este último ingreso hospitalario -el más largo y grave que ha tenido que afrontar el Pontífice argentino- cuando la figura de su enfermero se ha vuelto determinante, hasta el punto de que algunas de las decisiones más trascendentes se tomaron con su directa participación.
Así lo confesó incluso en una entrevista el médico que atendió al Papa en aquellos delicados momentos, Sergio Alfieri, el internista que capitaneó al equipo sanitario durante casi mes y medio. Fue en uno de los instantes más críticos de la enfermedad, cuando Francisco sufrió una crisis respiratoria que hizo temer lo peor.

Fue entonces cuando Strappetti insistió en que se practicasen al enfermo todos los remedios al alcance, incluso con el riesgo de que pudiesen afectar a otros órganos y comprometer aún más el delicado estado. Era seguir peleando o dejarlo ir. Así lo confesó el galeno. El Papa le había dado a su enfermero su autorización para tomar decisiones. Y Strappetti, cuando parecía el final, dijo: “¡Seguimos adelante!”.
Desde entonces, el enfermo es su verdadero ‘secretario de estado’ de salud. Él vela por su salud, hizo cumplir el aislamiento al que estuvo sometido las primeras dos semanas en la residencia de la Casa Santa Marta y durante estos dos meses de convalecencia que le pautaron los médicos para darle el alta, dosifica las visitas que ya ha comenzado a recibir Bergoglio.

Strappetti, de 55 años y casado, no es sin embargo, un novato en el cuidado de los papas. El actual jefe de los servicios de enfermería en el Sistema de Salud de la Ciudad del Vaticano, ingresó en este servicio hace dos décadas, coincidiendo con la última etapa de la enfermedad de Juan Pablo II, el Papa sufriente que se abrazaba a la cruz; conoció también de cerca la enfermedad y paulatino deterioro físico de Benedicto XVI, y no sólo sabe de las dolencias de Francisco, sino, y lo que es más importante, Bergoglio confía plenamente en él. Tanto que ha puesto su salud en las manos de este especialista en reanimación.-
José Lorenzo/RD