Opinión

Marcha del 23 de enero de 2004. Las crónicas de 26 años

El autor continúa con las Crónicas de 26 años, en esta ocasión describo y relato la marcha realizada en Caracas, el año 2004, para conmemorar la caída de la dictadura de Pérez Jiménez

 

      Ismael Pérez Vigil

                                                                                                                                        Politólogo

                                                                                                                         14de junio de 2025

Marchas y concentraciones formaron parte importante del quehacer político de la sociedad civil venezolana a principios de este siglo. Una de las conmemoraciones clásicas siempre fue recordar la caída de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958. Por eso, entre las muchas marchas realizadas en el año 2004, recuerdo particularmente la del 23 de enero de ese año, a la cual me referiré y de la cual fui testigo presencial, como un «Veedor» que era y con cuya Red, de Veedores de la UCAB, me identificaba en esa época.

Referiré el relato o crónica tal como lo escribí en esos días, solo con pequeñas adaptaciones –como siempre en letra cursiva y entre paréntesis– para explicar mejor algunos hechos y el ambiente que se vivía en ese tipo de actividades, que eran la principal actividad política de esa época para un numeroso sector de la población venezolana.

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La marcha del 23 de enero

(según relato original del 25 de enero de 2004)

Camino a la marcha.

A eso de las 10:30 a.m., después de ver por Globovisión escenas desde la Plaza de la Meritocracia(así se denominaba al espacio entre el antiguo edificio de Maraven, hoy UNEFA, y el C.C. Comercial Tamanaco, en Chuao), inicié mi recorrido hacia la marcha convocada por la oposición. Me fui directo hacia Los Chaguaramos, por Las Mercedes y Colinas de Bello Monte. Había poco tráfico y gente caminando con banderas desde Chuao.

Llegué a Colinas de Bello Monte justo cuando la policía de Baruta cerraba el paso hacia Las Mercedes desde la Principal de Bello Monte, en la bomba de gasolina que está al final de la Av. Miguel Ángel. Continué hacia Los Chaguaramos por la Av. Principal. Había grupos de gente en la Plaza Diego Ibarra, frente a la Alcaldía de Baruta; grupos de gente en el antiguo Maxy’s, hoy Ciudad Banesco, al final de la Av. Las Acacias; grupos de gente en Los Chaguaramos, por los alrededores del antiguo edificio de Lagoven, hoy sede de una Universidad Bolivariana. Del C.C. Los Chaguaramos, donde está Televen, salían muchachos con franelas y banderas verdes; era un buen grupo, de unos 50, que se quedaron por los alrededores del Centro Comercial, como esperando a alguien. De allí me fui a pie hasta la Av. Victoria, lugar de la concentración este año.

Otra vez, poco tráfico en el camino. Día soleado, despejado y fresco, incluso algo ventoso, ideal para este tipo de marchas. Durante el camino me acercaba a los grupos de gente que veía para escuchar qué conversaban y tratar de adivinar si iban a la marcha. No hablaban de la marcha, pero había algo que a todos nos indicaba que ese día no era como los otros.

La Avenida Victoria.

El lugar de concentración de las marchas (que salían desde diferentes puntos de la ciudad) es un sitio geográficamente céntrico, equidistante para todos, plano, con edificios en su mayoría de no más de seis plantas, lo que permite una mayor seguridad. En esta ocasión, el sitio de llegada se convocó para la Av. Victoria –Presidente Medina–, que es una avenida de unos 40 m de ancho, con edificios a ambos lados de la calle, contando los dos canales para vehículos a ambos lados, las aceras y los respectivos retiros de los edificios.

Algunas de las avenidas cercanas también son anchas: el Paseo Los Ilustres y muy cerca, pasando un túnel por debajo del Paseo Los Ilustres, está la plaza que forman el cruce de la Av. Las Aulas, la Av. Ciudad Universitaria y la Iglesia San Pedro, y que todos llamamos Plaza San Pedro, cuya modesta Basílica Menor (que por si no lo sabían, eso es lo que es) nos recuerda remotamente a la de Roma. Se especuló mucho en algunas listas de discusión por e-mail (no había WhatsApp en esa época) acerca de por qué se escogió la Av. Victoria; nunca me quedó claro. Quizás porque es parte del Distrito Capital y no el Este de la ciudad –esa era una buena razón–, quizás por lo espacioso, pero en todo caso fue muy grato que fuera allí.

Es una zona vieja de la ciudad, de clase media. Buena parte de los que allí viven, sobre todo en la Av. Victoria como tal, son hijos de inmigrantes, ya de segunda generación. Edificios de los años 50, con algunos más modernos, pero de los 70, y casas unifamiliares por los alrededores, sobre todo hacia la parte derecha de la Avenida, en las Colinas de Las Acacias. Amable gente, amables vecinos, que sufrieron embates inmerecidos y desproporcionados durante el paro de diciembre y enero del año pasado y principios de este, pero que ni por eso dejaron de «cacerolear» un solo día y de salir en las noches a hacer sus concentraciones y mini marchas. Fueron los gratos anfitriones, con banderas desde las ventanas y los balcones, cámaras de TV y microondas desde sus azoteas. En esa zona de Caracas, por las calles aledañas, están algunos de los más representativos y hermosos edificios de la Caracas de los años 40 y 50 del pasado siglo.

El sitio de la concentración. 

Es difícil medir el volumen de una concentración, sobre todo de la oposición, porque no son tales concentraciones, sino marchas con mucha gente circulando, que llega a un determinado punto y se retira de inmediato. La gente no está para escuchar discursos y menos ahora. Pero, en todo caso, no son ya aquellas grandes marchas del año pasado (2003), que culminaron en las gigantescas movilizaciones de diciembre y enero; los ánimos están más pausados, más reflexivos y a la expectativa de que se defina una fecha (para la realización del referendo revocatorio, ver:https://bit.ly/436iiXm y https://bit.ly/4jgAK4g)

El sitio escogido para la llegada o concentración de las distintas marchas estaba compuesto por un par de tarimas; una para los oradores, la otra, enfrente, para los camarógrafos y medios de comunicación. A esta avenida las calles le caen diagonales o perpendiculares y en desorden; mejor dicho, no asimétricamente; reciben nombres distintos a ambos lados y algunas no tienen continuación hacia el otro lado. La tarima principal estaba situada en la Av. Victoria −no logro decirle Presidente Medina−, a la altura de la Calle Guayana, justo enfrente de la bomba Shell (no sé si aún existe, con otro nombre) y dando la espalda, pero a unos largos 600 m, a la Basílica.

Primer recorrido.

Hice mi primer recorrido del área de la concentración, por la derecha, caminando hacia el Helicoide, desde la calle Guayana, donde estaba la tarima, hasta la Av. Nicaragua, pasando entonces por las calles: Gran Colombia, Valencia, Costa Rica, Centroamérica y Nicaragua; y por la izquierda, calles más perpendiculares: Av. Guayana, al inicio, hasta la calle Cuba, pasando por las Avenidas Gran Colombia, Cataluña y La Rambla. En su momento culminante, a eso de la 1:30 p.m., la concentración, muy tupida, llegaba a la Av. La Rambla en Las Acacias o Av. Centroamérica de Colinas de Las Acacias. A continuación, describo el desarrollo de la concentración:

La concentración.

·       11:00 a.m.: Inicié mi recorrido; los alrededores de la tarima estaban copados por gente de los partidos, claramente identificados con franelas, banderas y sus afiches en forma de «chupeta», con consignas alusivas al referendo y la lentitud del CNE. Pero la mayoría eran los símbolos y colores de los partidos; a esa hora destacaban los de Acción Democrática, en menor número Alianza Bravo Pueblo y Primero Justicia. Llamaba la atención la cantidad de pancartas de tela en los balcones y ventanas de muchos edificios, que indicaban afiliación o simpatía política de sus habitantes por Primero Justicia. Como dije, caminé en dirección al Helicoide, de la Av. Guayana hasta la Av. Gran Colombia, porque no era posible circular por el centro de la calle, había que hacerlo por las aceras. Más militantes de partido, de Solidaridad, grupos de Bandera Roja, algunos del MAS; caminando me encontré con algunos de sus dirigentes; dos de ellos, De Paola y el Catire Pozo (lamentablemente fallecidos, ambos antiguos compañeros y amigos de universidad, y amigos entre ellos de toda una vida)

 12:00 del mediodía: Por la calle Cataluña, viniendo de Las Acacias, entró la marcha de Santa Mónica; la calle se pobló de «chupetas» amarillas con el sol de Proyecto Venezuela y mucha gente con franelas amarillo canario con la cara de Salas Römer. Un grupo numeroso de Valencia venía con ellos y entremezclados con franelas de amarillo más intenso, gente de Primero Justicia; con ese grupo de Santa Mónica venía Américo Martín (también hoy lamentablemente fallecido) y la gente del Movimiento por la Democracia que apoyan su aspiración presidencial. El camión de sonido que acompañaba a estos marchistas cruzó a la izquierda en la Avenida y los marchistas a la derecha, cantando el Himno Nacional. Es emocionante en estas multitudes escuchar el Himno Nacional. Siempre hay un camión con un «voceador» o «animador» en estas marchas desde diversos puntos, que en un momento dado se les ocurre cantar el himno, no siempre de manera afinada.

Traté de regresar a la tarima para ver la llegada de las otras marchas, las que venían de Chuao y La Candelaria, pero no me fue posible hacerlo por la avenida. Tuve que seguir por las aceras laterales y caminar muy pegado de los edificios; rebasé la tarima y me fui en dirección de la Basílica de San Pedro, hasta que pude ver claramente su cúpula entre los edificios; allí decidí esperar, e impertinentemente desde la isla comencé a preguntar a los que llegaban desde dónde venían marchando. La mayoría venía de Chuao.

 12:15 – 12:30 p.m.: Vi llegar un gran grupo de COPEI y la gente del Frente Institucional Militar, con una gran pancarta que ocupaba dos canales de la avenida. Exmilitares, con sus cachuchas, del FIM y una gran bandera desplegada por la avenida. Detrás venía un buen grupo de Bandera Roja, nuevos grupos de COPEI y grupos del MAS. Entre los marchistas que llegaban vi a varios profesores de la UCV, incluido el Vicerrector Académico.

La tónica de la mayoría de la gente que llegaba de «este lado» era distinta a lo que había dejado en el frente de la tarima; las consignas eran las mismas, las pancartas y «chupetas» parecidas, pero allá estaban grupos identificados con banderas y colores de partidos; aquí el grupo más numeroso que se identificaba era de Gente de Petróleo, pero en general los grupos eran menos numerosos y más dispersos, parejas tranquilamente caminando, con «chupetas» y pancartas más artesanales e individualizadas: todas señales de que llegaba la sociedad civil.

·       1:00 p.m.: Sin encontrar a la gente que buscaba, que venía de La Candelaria, regresé hacia la tarima; lo tupido de sus alrededores me impidió continuar y decidí pararme a contemplar lo que pasaba. Algunas consignas de los carteles llamaban la atención: un afiche a colores con una tortuga y en el caparazón decía “CNE”; un señor con uno que tenía una soga con nudo corredizo y dentro de la soga, arriba, decía: “¡La Bicha!” (nombre popular de la Constitución Nacional de 1999); y abajo: “Revocatorio”; muchas con la frase: «con mi firma no te metas»; muchas franelas con una leyenda «así firmé yo», una línea con una «X» y una huella dactilar; una muchacha universitaria, muy sonreída y con un cartel en letras grandes: “Quiero llegar a vieja”; otra joven con una foto grande, a todo color, de una señora, que decía: «Abuelita yo quiero crecer en democracia»; otra señora con una «placa» de vehículo al cuello, con la leyenda: «Prohibido olvidar»; un anciano con un cartón y un letrero que decía: «Yo estuve el 23 de enero de 1958, me metieron preso y me torturaron, aquí estoy otra vez». Pero el espectáculo no fue solo las pancartas. También los encuentros entre amigos, que tenían tiempo sin verse, que prometen llamarse y reencontrarse, cosa que probablemente no ocurra, pero se van felices del encuentro y convencidos cada uno de que el otro le creyó. Muy venezolana esta actitud.

·       1:30 p.m.: Presencié otro episodio que nos retrata; en una acera frente al automercado, cerca de la tarima, veo un pequeño grupo y una agitación por alguien que llega, alejándose de la tarima, un dirigente de AD. Cuando estaba cerca de donde yo me encontraba, se le acerca una muchacha –con una franela amarilla y una especie de chaleco que decía por detrás: «mi firma está secuestrada en el CNE» y por delante su número de C.I.: 6.2##.### – muy sonreída y diciendo en voz alta, dirigiéndose al dirigente de AD: «Fulano, eres el hombre de mis sueños… yo soy de Primero Justicia, pero eso no importa, yo voto por ti… te conocí en…», besos, sonrisas; naturalmente me aparté de manera discreta, pero fue inevitable escuchar el comentario de la muchacha a sus amigas que la esperaban, muertas de la risa y de la pena, a las puertas del automercado: «¡Uy!, eso sí es un hombre…».

·       2:00 p.m.: Mientras hablaba un líder sindical, logré ubicar a mi grupo, que me esperaba cerca de la Central Madeirense y allí nos reencontramos para ver cómo comenzaba a dispersarse la manifestación. Nos fuimos también nosotros y allí quedó la primera marcha importante de la oposición después de casi ocho meses y después de la recolección de firmas (para solicitar el Referendo Revocatorio, ver: https://bit.ly/4jSHcPK)

Conclusión.

Allí dejamos una sociedad civil más reposada y unos partidos más activos y aguerridos. Un encuentro sereno y entusiasta, donde se comienza a notar dos cosas: la reposición de los «cuadros» partidistas, mostrando el orgullo de su filiación, y que no le son extraños los otros, que toleran su presencia, que no les resulta forzado mezclarse y compartir escenario. Hoy, no cabe duda, fue un día de militantes.

 

Conclusión actual. 

Esto es un simple relato de una de las actividades políticas de esa época –hace 21 años–, para que la recuerden quienes participaron y la conozcan los que aún eran muy jóvenes; que sepan lo que se hizo, que no ha sido poco, y cuál era el ambiente que se vivía en esas actividades.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

14de junio de 2025

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