Opinión

El Síndrome de Eróstrato

Eróstrato, fue un ciudadano de Grecia, le prendió fuego a un templo de la Diosa Artemisa, sin otro motivo que obtener fama y reconocimiento

 

Gloria Cuenca:

Descubro, repentinamente, el síndrome al que aludo en el título. Me interesa de inmediato, el personaje que le da el nombre a ese padecimiento. Eróstrato, fue un ciudadano de Grecia, le prendió fuego a un templo de la Diosa Artemisa, sin otro motivo que obtener fama y reconocimiento. (Se nota que lo obtuvo, han pasado siglos y lo recordamos) Otro caso, emblemático, fue Nerón, más conocido por haber incendiado a Roma, que por sus malas acciones. Quienes sufren esa “enfermedad”, (parece una patología) a menudo se ven envueltos en problemas graves, que los pueden llevar a la cárcel y complicarse o, comprometerse, con problemas jurídicos, profesionales, emocionales, políticos y éticos, entre otros. La esencia de esta situación, nos habla de un individuo,  también puede ser una mujer, quien quiere obtener notoriedad de cualquier manera, en su tiempo. Aún cuando sea cometiendo atropellos, violaciones a la ley y demás posibilidades al margen del orden establecido.

DE REGRESO AL SINDROME DE ERÓSTRATO | "FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

Puede ser que parezca algo extravagante, sin embargo, abundan los casos de gente que comete locuras, para “llamar la atención”. A veces “las locuras”, son hechas con la finalidad de que alguien, específicamente, se dé cuenta de su existencia; por más que ha insistido, no logra que el ser amado/a, se de cuenta de la presencia, de la pasión del interesado/a; menos del amor. La cuestión adquirió visos interesantes y trascendentes, con el uso de la publicidad y la propaganda. Se intensificó con la mezcla explosiva de ambas actividades. La imagen del humano ha sido super explotada. Cuando es la de una diva, un artista, algún personaje fundamental, resulta más o menos explicable, la necesidad de darse a conocer, y el deseo compulsivo de ser reconocido/a, por parte de los admiradores o fans. Resulta, incomprensible, al observarlo en gente que creemos común y corriente.

En medio de todo, surge una nueva profesión, la “Imagología”. Trata del estudio, proyección, prospección y demás, para cuidar, mejorar, exaltar, la imagen de la persona interesada. Se trata de  la asesoría de imagen. Imprescindible: especialmente, para políticos, artistas, deportistas y empresarios, entre otros. Es decir, para quien debe su fama y popularidad, a las masas, y responde a ellas. Tener una buena imagen en el mundo de hoy, (si no se tiene, hay que construirla), es fundamental para lograr éxito.

Pretendo ahora, ocuparme del análisis de quienes quieren fama a como de lugar. Auspician que se les conozca. Solo les importa que se hable de ellos/as.  Bien o mal, pero que hablen. Qué no los ignoren.

Adolfo Herrera E, (QEPD) fue de los pioneros en esta disciplina, aquí en Venezuela. Me aseguró que, había personalidades que afirmaban: “Prefiero, que hablen mal de mí, y no que me ignoren”. Sobre esto teníamos francas e interesantes discusiones. Finalmente, al saber del “Síndrome de Eróstrato” he llegado a la conclusión:  él tenía la razón. Tipificado el síndrome, ocurre, casi siempre, entre gente de muy baja autoestima y que se descalifica. Cuando por un hecho negativo alcanzan notoriedad, se sienten bien; lo prefieren a que se les ignore. Tienen tendencia a la depresión, especialmente cuando se sienten ignorados. Al día de hoy, tenemos por la vía de las redes sociales, muchas personas con el síndrome anunciado: lanzan “fake news”, (sabiendo conscientemente, que están divulgando mentiras y hacen daño) proponen retos peligrosos y, los hacen. Suben sus intimidades o las de sus seres cercanos, a las redes, con tal de sentirse “activos, vivos, tomados en cuenta”. Resulta impresionante, la cantidad de usuarios que recurren a este tipo de acción para tener “reconocimiento y fama”, aun cuando sea de forma negativa. Resulta preocupante la cantidad de gente que anda en la búsqueda de notoriedad negativa.

Complejo de Erostrato: Barbaridades para ser famoso

Recuerdo consejos de los pediatras cuando a los niños pequeños les da una “pataleta”: “Ignorarlos, es siempre la recomendación”. Muchas veces esa actitud infantil, se reproduce en adultos, (son cronológicamente adultos, pero tienen mentalidad infantil) buscan ser conocidos, aun cuando sea de mala manera.

Me he dado cuenta, que la patología señalada se ha extendido entre numerosas personas. ¡Existe tanta gente con baja autoestima! Fácilmente, caen en ese desastre. Mucho más corrientemente de lo que una se cree.

Es dramático el comportamiento descrito. Sin embargo, en mi opinión lo peor ocurre, cuando los adolescentes inventan esos juegos maléficos con el fin de hacerse “populares”, despertar la curiosidad de sus amigos y conocidos, pervirtiendo determinadas situaciones, que a la larga resultan dañinas y los perjudican a ellos mismos. También resulta insoportable, según mi opinión, cuando los políticos, con cargo importante o sin él, deciden llamar la atención por ese camino. En estos tiempos complejos y difíciles, para nosotros los venezolanos, aquí y allá, observamos a  dirigentes en el planeta, que pareciera sufren de ese síndrome.

Lo contrario de ese síndrome, se refleja en la frase, repetida, con frecuencia: “prefiero pasar agachado”. Es decir, son quienes no quieren notoriedad de ningún tipo. ¡Qué problema terrible! Los psiquiatras y psicólogos, tienen la palabra, deberán trabajar con los posibles “eróstratos”. Son una plaga. ¡Dios nos ampare!.-

 

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