Opinión

Más Solidaridad…

Menos consumismo, menos pobreza e indigencia

Roberto Fermín Bertossi:

 

En realidad hay diversas fechas durante el año en las cuales se celebra el día de la solidaridad.

A propósito, cada 26 de agosto se celebra tal efeméride  para conmemorar el nacimiento en 1910 de Agnes Gonxha Bojaxhiu, más conocida como Madre Teresa de Calcuta, la consagrada que trabajó mundialmente a favor de los más necesitados en las periferias existenciales; no solamente en la India, lo que sumara y multiplicara para merecer mucho más que el premio Nobel de la Paz en 1979´

 

Con semejante ejemplo, convencida de “la destinación universal de los bienes” y de que la promoción de la cultura de la solidaridad y el espíritu de compartir o puesta en común, es definitivamente decisivo para la lucha contra la pobreza, Naciones Unidas (ONU) estableció al día 31 de agosto como día internacional de la solidaridad.

Al celebrarlo es propicio que tomemos conciencia de la importancia que representa brindar nuestra ayuda a quienes más la necesitan. Resulta un excelente ejercicio de empatía y cooperación acudir a las personas vulnerables. Para ello disponemos de ejemplos admirables:

Desde tal perspectiva, cómo olvidar la sensibilidad social y entrega de nuestros maestros y médicos rurales como Esteban Laureano Maradona, la Obra Bethel, la de los recordados curas cordobeses Brochero, Lucchese y Aguilera, con hogares para niños y adolescentes; Mariano Oberlín o el padre José María “Pepe” Di Paola quiénes -y muchos otros tantos anónimos- en sus complicadísimos ámbitos parroquiales de los conurbanos cordobeses y bonaerenses, se involucraron hasta arriesgarlo todo para abordar como pudieran, problemáticos consumos de drogas, indigencia e involución humana. Margarita Barrientos, con sus Piletones alimentarios, la fundación Manos abiertas, con su asistencia y acompañamiento a los más necesitados y vulnerables, fortaleciendo vínculos familiares y redes comunitarias trabajando con hogares, salud, promoción social, soledad, adultos mayores y más en todo el país.

Pero, antes que nada, este año debemos cincelar a la Solidaridad como el puente de plata maravilloso que asombrosamente logró amalgamar el DarSe de los argentinos en franca y milagrosa masa crítica civil, prodigioso punto de inflexión traducido en desbordante solicitud, socorros y asistencia a las víctimas de la inédita tragedia hídrica en Bahía Blanca, a partir del 7 de marzo ppdo.; un verdadero y desbordante manantial de Solidaridad e indiscutible hito sociológico memorable.

A renglón seguido, destacamos singularmente una sostenida y prolongada  “economía milagrosa del Voluntariado autóctono” mediante múltiples y diversos roperos, refugios nocturnos, desayunadores, comedores o merenderos, vecinales y parroquiales, clubes o redes de trueque, compras comunitarias, etc., como creativas e intuitivas expresiones cabales de activa solidaridad social, arropando, alimentando, acompañando, consolando, animando y sosteniendo, cotidianamente, la dignidad de los habitantes de la calle, de los viejos y nuevos desocupados, desalojados, relegados como la de otras muchas personas con sus necesidades físicas o emocionales básicas, insatisfechas.

Internacionalmente, lo categórico de una actitud activa, comprometida y generosa de los Estados miembros de las Naciones Unidas (ONU), y sus respuestas determinantes a la demanda, significación y desafío de nuestra Agenda 2030´ con sus 17 objetivos de desarrollo sostenible; será alcanzar oportuna y satisfactoriamente, cada uno de los mismos. La mejor manera posible de contribuir, a escala planetaria, con múltiples y diversas solidaridades hacia quienes nos rodean sin acepción de personas, ideologías ni geografías..

De una u otra manera, lo concreto es subrayar que la fecha relacionada con el natalicio de Madre Teresa, se corresponde con su ofrenda personalísima y hasta su último suspiro; las otras son en un punto, conmemoraciones suprainstitucionales impersonales, bienvenidas e imprescindibles a otra escala y en otro sentido.

El sentido práctico como mejor recordatorio para todos, es encarnar  agradecer, escuchar e imitar, activamente, a la Madre Teresa: «Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas».

Finalmente, ojalá esa «gota en el mar» de la Madre Teresa nos salpique con un diluvio regenerador y salutífero, que despierte e incremente eslabones preciosos de mancomunidades incombustibles, para solidarizar y sensibilizar la convivencia humana, más personal y comunitariamente, con menos consumismo, menos pobreza e indigencia; esto es, más señorío ciudadano.-

Imagen: ABC Color

Roberto Fermin Bertossi

Experto Coneau en Cooperativismo

Premios Gota en el Mar 2005 y 2007´

Al periodismo gráfico solidario

Madre Teresa de Calcuta

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba