«El pontificado de León XIV se distingue por su cristocentrismo, habla siempre del Señor y de su Iglesia»
El cardenal Raymond Leo Burke afirma en una entrevista al diario La Stampa que que el actual pontificado se distingue por su cristocentrismo y su compromiso con la paz. También valora positivamente el encuentro entre Donald Trump y Vladímir Putin, que abre un horizonte de diálogo.

En su entrevista al diario italiano, el cardenal Raymond Leo Burke valora positivamente el encuentro entre Trump y Putin, destacando su potencial para reactivar el diálogo entre Oriente y Occidente, como en la Guerra Fría. El purpurado da su parecer sobre la realidad de la Iglesia en su país
¿Qué Iglesia es la de EE.UU?
«Una Iglesia viva, con signos de esperanza y muchos desafíos. Hay una amplia búsqueda de lo sagrado, sobre todo entre los jóvenes. Muchos redescubren los sacramentos y la sana doctrina sobre la fe y la moral en una sociedad fuertemente secularizada. Hay muchos núcleos familiares numerosos como efecto del redescubrimiento del sentido de familia. Señales alentadoras pero también desafíos que hay que afrontar con sana doctrina y ayuda concreta. Está la lacra del divorcio. Un millón de abortos al año. La venenosa ideología de género que destruye la familia. La cuestión de la eutanasia y del final de la vida con movimientos en EE. UU., igual que en Italia y la UE, que promueven el ataque a la vida considerada ya no productiva y, de hecho, etiquetada como motivo de consumo injustificado de recursos. Una visión puramente mundana y carente de respeto por la inmortalidad del alma y la dignidad humana, que no puede atraer la bendición de Dios sobre una nación».
En cuanto al Papa, muestra su sorpresa por su elección a la vez que valora lo que está haciendo:
Se cumplen los primeros 100 días de pontificado. ¿Esperaba un papa compatriota suyo?
«No, también para mí fue una sorpresa. Pensaba que después de tres papas no italianos podía volver a haber un papa italiano. O quizá la novedad de un papa africano o asiático. León XIV sí es norteamericano, porque nació y creció en Chicago, pero es miembro de una orden presente en todo el mundo como la agustiniana. Y ha sido su padre general, por tanto tiene experiencia de la Iglesia universal y se identifica con ella. Durante treinta años fue misionero en Perú y obispo muy querido de la diócesis de Chiclayo. Prestó un largo servicio en América Latina y es muy conocido por los obispos latinoamericanos. En cierto modo, es uno de ellos. Su figura es auténticamente internacional, más global que estadounidense».
¿León fue elegido para la paz?
«Elegir al sucesor de Pedro es una gran responsabilidad y conocernos entre los cardenales facilita la elección. León XIV nos ha dicho que seguiremos celebrando encuentros frecuentes para compartir y debatir vivamente las cuestiones más importantes para la Iglesia. Es esencial que los cardenales digan la verdad de forma constructiva y con gran respeto por la figura del sucesor de Pedro. El pontificado de León XIV se distingue por su cristocentrismo, habla siempre del Señor y de su Iglesia. Es importante que la Iglesia no se reduzca a una ONG. León se toma su tiempo para nombrar personas capaces de ayudarle en las responsabilidades principales. El oficio de papa es imposible sin los colaboradores adecuados. Ya la elección del nombre, que remite a León Magno y León XIII, aclara su voluntad de ser un auténtico “padre de los padres”, verdadero pastor de la Iglesia universal. Debemos rezar por él y ayudarle cada uno desde nuestro papel».
También tiene un recuerdo para la figura de Benedicto XVI:
Usted estuvo muy cerca sobre todo de Benedicto XVI. ¿Qué recuerdo tiene de él?
«Tengo muchos recuerdos, como el de un coloquio durante el último Sínodo de los obispos que él presidió. Un hombre de inmensa ciencia teológica y de finísima dulzura. Pero más que un encuentro concreto, lo que impresionaba era su carácter, opuesto al descrito por los medios, que lo pintaban como una figura distante, dura, sin empatía hacia los que sufrían. Fue un gran Papa».
(La Stampa/InfoCatólica)