«Rusia hoy no se avergüenza de su fe»
El P. Luis Geovanny marchó a la misión siguiendo el ejemplo de los grandes misioneros, buscando los «lugares más difíciles» y con el deseo de que «muchos hombres conozcan el amor de Dios» y de llevar a cada corazón de Rusia la consagración que pidió la Virgen en Fátima

El P. Luis Geovanny Arbeláez Vargas, IVE, que fue ordenado en Colombia en 2013 y actualmente está destinado en Rusia, ha tenido la amabilidad de responder algunas preguntas de InfoCatólica sobre su misión allí.
– Se ordenó usted hace doce años e imagino que entonces no soñaría con desempeñar su ministerio en Rusia. ¿Ha sido algo providencial?
La verdad es que, desde mi vida en el seminario y desde el inicio de mi consagración religiosa como religioso del Verbo Encarnado, siempre fui movido e inspirado por los grandes misioneros, especialmente por San Francisco Javier. Es por eso que, al inicio de mi formación, apenas ingresé al Instituto, me presenté a mi fundador y superior general y le dije: «Padre, yo me ofrezco para ser misionero en China». Él me miró y me dijo: «¡Bueno! Lo anoto, pero Dios nos irá mostrando».
Siempre tuve un interés particular por China. Pero en los últimos años de nuestra formación apareció un libro –y varios libros– sobre Segundo Llorente, sacerdote jesuita que fue 40 años misionero en Alaska. Entonces, como diáconos, gozábamos contando las historias y aventuras de este gran misionero. De hecho, durante mi tiempo como diácono, mis compañeros me conocían por predicar frecuentemente sobre la vida y obra del P. Segundo Llorente. Pero nunca me imaginé que en el futuro desempeñaría una misión parecida a la de este gran misionero. Además, Segundo Llorente tenía ese espíritu de ir a esos lugares más difíciles, lugares donde nadie quiere ir, que es, de algún modo, uno de los elementos no negociables del carisma de nuestro Instituto: «elegir los puestos de avanzada de la misión».
Terminada mi formación, fui enviado a Perú a desempeñar una misión más académica, pero siempre en mi corazón estaban esos deseos misioneros. Es por eso que un día le escribí a mi superior general diciéndole que me fascinaba la misión en Perú, pero que quería ser misionero en tierras de avanzada, y que renovaba mi ofrecimiento para cualquier lugar al que él quisiera enviarme.
Un día, yo estaba rezando en Cartagena de Indias delante de las reliquias del gran misionero San Pedro Claver, pidiendo por esta intención. Parece que el santo me escuchó y fue bastante eficaz, porque un día después recibí una llamada en la que el Padre me ofrecía la posibilidad de ser misionero en Rusia. Yo estaba predicando los Ejercicios Espirituales de San Ignacio y acababa de terminar de exponer los puntos sobre la santa indiferencia; entonces tenía, providencialmente, toda la disposición interior para responder a esta invitación. Respondí sin dudar ni siquiera un instante: que sí, que estaba dispuesto. El Padre me pidió que les preguntara a mis padres para ver qué les parecía. Ellos me dieron su bendición, y aquí estoy.
Ciertamente, considero que todo esto es fruto de la Divina Providencia, como otro de los elementos no negociables de nuestro carisma, que es «la visión providencial de toda la vida».
Ser parte de la Providencia para servir en esta gran nación es un honor; un país que el Papa San Juan Pablo II consagró a la Virgen y del que habló la Santísima Virgen en su aparición en Fátima. Es decir, ser misionero de la Virgen para llevar la consagración pedida por Ella a cada corazón, especialmente en la nación por la que Ella expresamente pidió.
– El Instituto del Verbo Encarnado tiene unas siete parroquias en Rusia, según creo, en las zonas de Omsk, Irkutsk y Kazán/Ulianovsk. A la mayoría de los españoles, estos nombres solo les suenan a Miguel Strogoff, el correo del zar, de Julio Verne. ¿Cómo se les ocurrió ir tan lejos a anunciar el Evangelio?
La fundación de la misión en Rusia tiene sus comienzos en los años 90, después de la caída del comunismo y la restauración de las comunidades católicas en Rusia y la ex Unión Soviética. El pedido llegó por parte del entonces sacerdote Clemens Pickel, hoy obispo de la diócesis de San Clemente en Sarátov. Él conoció a nuestros padres en las universidades romanas y, como algunos de nuestros sacerdotes sabían alemán, les pidió ayuda para atender a las comunidades alemanas que se encontraban en la ribera del Volga.
Algunos de nuestros padres empezaron, entonces, a ayudar desde Roma, y después se destinaron algunos para empezar con la primera comunidad en Rusia y, así, a lo largo del tiempo, realizar diferentes apostolados, empezados con gran ardor y empeño por la jerarquía católica, como ayudar en el seminario y en Radio María, además de atender las parroquias de Buguruslán, Naberezhnye Chelny y Kazán. Más tarde, se abrieron las otras misiones en Ulianovsk, Omsk, Jabárovsk y, además, hoy también se atiende pastoralmente la ciudad de Samara.
– ¿Sus parroquias son de rito latino o de rito bizantino? ¿De qué rito son la mayoría de los católicos en Rusia?
Nosotros servimos en el rito latino y, en la ciudad de Omsk, también en el rito bizantino. La mayoría de las parroquias son de rito latino, pero muchos de nuestros católicos, hablando con rigor, son de rito bizantino o armenio. Pero en la práctica, practican su fe según el rito latino al no tener misioneros de sus ritos de origen.
– Cuéntenos algunas de las cosas que hace el IVE en Rusia, por favor.
Nosotros, actualmente, atendemos pastoralmente las ciudades de Kazán, Ulianovsk, Omsk y Jabárovsk, además de Samara, donde estamos ayudando a tiempo completo hasta que el obispo pueda proveer un sacerdote de modo permanente. Realizamos todas las actividades propias de cualquier parroquia; además, realizamos apostolados propios de nuestra Familia Religiosa, como la consagración a María según el método de San Luis María Grignion de Montfort, la consagración al Sagrado Corazón con la adoración continua de reparación de los primeros viernes de mes. Predicamos los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, la dirección espiritual, campamentos, oratorios festivos, peregrinaciones, el encuentro anual de formación para jóvenes y universitarios, y la atención del Grupo “Voces del Verbo”. Además, desarrollamos el trabajo de atención de la Tercera Orden, el grupo de estudio de Santo Tomás y llevamos adelante el canal «КАТОЛИЧЕСКИЙ ГОЛОС», un canal similar a nuestro canal en español “VOZ CATÓLICA”. También ejercemos, en la medida de nuestra posibilidad, las obras de misericordia, como el trabajo en Cáritas, la atención a los presos, el cuidado de enfermos terminales, y damos algo de consuelo a los pobres.
– ¿La totalidad de los fieles con los que trabajan son inmigrantes o también hay numerosos católicos rusos?
Para responder a esta pregunta tenemos que hacer varias distinciones, y esto depende un poco del lugar. En términos generales, podemos decir que los católicos con los que trabajamos son, en su mayoría, inmigrantes, pero también tenemos muchos fieles rusos.
Además, como decía un sacerdote amigo, aquí también somos como arqueólogos, porque a veces descubrimos que tal o cual persona era católica solamente después de su muerte, cuando nos vienen a buscar para que les hagamos el responso y bendigamos la tumba.
– ¿Son difíciles las relaciones con las autoridades rusas y con los ortodoxos?
Las relaciones con las autoridades rusas y con los ortodoxos son muy buenas. Hay interés por un trabajo mutuo, siempre y cuando se responda a los principios tradicionales –esos principios que nos hacen humanos y abiertos a lo trascendente–.
– A veces da la impresión de que los ortodoxos tienen una mayor prevención contra los católicos que a la inversa. ¿Es así?
Puede ser.
– En España se tiene una imagen algo confusa de Rusia. Por un lado, se nos habla de una gran descristianización en el país, fruto de los años del comunismo, pero, por otra parte, a veces parece que Rusia defiende los valores tradicionales más que los países europeos occidentales. ¿Cuál es la realidad?
La realidad, desde mi opinión, es que Rusia hoy no se avergüenza de su fe ortodoxa en todos sus niveles y está dispuesta a defenderla, a pesar de los 75 años de comunismo ateo. Por otro lado, creo que es muy cierto lo que decía el gran escritor Alexander Solzhenitsyn en su discurso de Estocolmo al recibir el Premio Nobel de Literatura: sobre el proceso modernista ateo del mundo occidental, que combate contra Dios, su ley y la naturaleza, es un proceso de autodestrucción que ya lo sufrió Rusia y que no está dispuesta a repetir. Y Occidente, con su mentalidad, sufrirá también la destrucción y tendrá que reconstruirse desde los escombros para poder volver a tener a un Dios a quien servir, una Patria que defender y unos ideales por los cuales valga la pena morir.
Desde estas lejanas tierras rusas, quiero pedirles sus oraciones por los frutos de nuestra misión, por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por cada uno de los misioneros, para que podamos ser cada día el rostro, los brazos y los pies de Cristo, para que así muchos hombres conozcan el amor de Dios y el camino que lleva a Él.-
BM –
(InfoCatólica)