La familia: primera escuela para aprender a convivir
Es en la familia donde se crean hábitos, valores, para que se acepten y para que se defiendan, por ejemplo. También es en el hogar donde se fijan límites, deberes, que van haciendo costumbre

Luisa Pernalete:
“Salió, a su mamá, simpática y saludadora”. ¿Cuántas veces hemos escuchado, o inclusive pronunciado frases como la que hemos citado? ¡Muchas! ¿Verdad? Pero una corrección: no fue que “salió”, sino que fue educada en su hogar, para que fuera “simpática”, amable, saludadora. Y aunque no siempre la función de “educadora” de la familia, del hogar, es consciente, igual, la familia educa o maleduca.
Comencemos por recordar que, de 0 a 7 años, los niños y las niñas, aprenden por imitación. Si los padres le sonríen, ellos sonreirán, si los padres saludan a vecinos, por ejemplo, ellos aprenderán a hacerlo, ahora, si los padres se gritan entre sí, ellos serán gritones, y si los padres se insultan, ellos aprenderán que es “normal” que la gente se insulte.
Pero no todos los padres saben estas cosas cuando tienen sus hijos, y a veces se cometen errores por falta de herramientas, por desconocimiento, no porque sean malos, o porque los hijos no les importen. Incluso, hoy cuando en Venezuela, por la Emergencia Humanitaria Compleja – ya con unos años – cuando hay tantos problemas: deficiencia de los servicios básicos, por ejemplo, o la inflación y los bajos salarios de muchas familias, salarios que no garantizan el Art.91 de la CRBV – todo trabajador debe ganar lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia- hay hogares en donde se ha incrementado le violencia intrafamiliar, porque los padres no saben administrar sus emociones, y la angustia la pagan con los hijos. –
Es en la familia donde se crean hábitos, valores, para que se acepten y para que se defiendan, por ejemplo. También es en el hogar donde se fijan límites, deberes, que van haciendo costumbre: cooperar con las tareas del hogar, por ejemplo, ayudar a los hermanos menores… La disciplina del hogar, horas de levantarse –más temprano en tiempo escolar – momentos para jugar… Horas para irse a dormir…Las normas son necesarias y ayudan a la convivencia.
Los padres deben promover el “buen trato” entre los hermanos, aprender a respetarse, que no significa “aguantar que el otro me pegue o que moleste”. Todos tienen derecho al “buen trato”, y no porque lo diga la LOPNNA, aunque también lo dice, sino porque respetarse es básico para la convivencia pacífica. Y luego, lo sembrado en la familia debe ser reforzado en la escuela. Los maestros, aun sin conocer a bien a los padres de cada alumno, pueden saber mucho de ellos, viendo el comportamiento de los estudiantes.
Un elemento que poco se dice, que el” buen trato” no significa “permisividad”, todo el mundo necesita límites, hasta el Presidente de una nación, los Directores de las escuelas, los padres. Es una creencia muy difundida en estos tiempos lo de confundir “buen trato” con “dejar hacer lo que quieran”. Desde pequeños tienen que saber que no pueden hacer lo que quieran. Y si hacen algo que está mal, deben ser corregidos, eso si, con disciplinan positiva, como suelen recordar los compañeros de CECODAP, y además, por si no saben, la LOPNNA prohíbe los castigos físicos, en Venezuela es ilegal pegarle un niño para corregirlo. Aparte de que es contra producente. Recuerden lo que decía Gandhi: “la violencia trae siempre más violencia” y también “Si una victoria es conseguida por vía violenta, será una victoria pírrica, pues necesitará más violencia para mantenerse”. Si los padres les pegan a sus hijos para que no se porten mal, por ejemplo, con los otros hermanos, va a necesitar correa todo el tiempo.
Ligado a lo anterior, la importancia de corregir las conductas no adecuadas, no sanas de los hijos, y sabiendo que es normal que puedan surgir problemas de convivencia, resolver conflictos interpersonales de manera pacífica es muy importante. Recuerden las 5 C: calmarse, conversar, comprometerse, confiar y “caminar” juntos.
Una función de los padres, para que crezcan como personas los hijos, es sembrarles autoestima. Ello supone estar pendiente de lo que hacen bien, y decírselo, felicitarles, desde cosas pequeñas como recoger los juguetes, poner la mesa, pasando por algún dibujo bonito, y colocarlo en la cartelera familiar –o sea, la nevera -. Los que somos educadores sabemos que, frecuentemente, los líderes negativos en el salón, suelen ser chicos con baja autoestima.
Ayuda que se converse con los niños y con los adolescentes cuando ha habido algún hecho violento, ya sea en la casa, en la escuela o en la comunidad. Dedicar “tiempo de calidad” es muy importante en la educación hogareña. Y eso no es sólo para las mamás, también para los papás, recuerden que los dos son corresponsables de la crianza de los hijos. Por si acaso, la LOPNNA lo contempla también, léanse el art.5
Es verdad que hoy la familia tiene mucha competencia: las redes sociales, las pantallas de celulares transmitiendo mensajes, no siempre buenos. Les corresponde a los padres conversar sobre eso que ven, tener cerebro creativo para que el convivir en paz se vea como valor y no como cobardía, por ejemplo.
Todo lo anterior, para que sea eficaz la educación de esos valores que queremos transmitir, es la COHERENCIA, y lo ponemos en negrita y con mayúscula, porque sin coherencia los discursos, incluso las correcciones, caen en el vacío. “Mi vida es mi mensaje”, decía Gandhi, y “amar al prójimo como a ti mismo”, dice el segundo mandamiento de la Ley de Dios. Y no olvidemos, que cuando nos equivoquemos, en ese proceso de ensañar a convivir, que sepamos pedir perdón, eso también es muy importante.
Finalmente, ayuda a enseñar a convivir, que, tanto con los pequeños como con los adolescentes, ayudan los ratos de diversión en familia, y rezar, aunque sea un Padrenuestro, recordando que somos hermanos.-
Les dejo una estrofa: Enseñar a convivir/ es una cosa muy buena/ que comience en la familia/ es cosa importante y bella.