Opinión

Maduro y Cipriano Castro

Nada tiene que ver esta realidad con la que enfrentó Cipriano Castro. Conviene recordarle, a Nicolás, que en aquella ocasión las potencias no invadieron nuestro suelo porque los Estados Unidos de América  intercedieron, asumiendo la  Doctrina Monroe,  y el conflicto se resolvió mediante el derecho internacional

César Pérez Vivas:

Maduro manipula la historia para pretender presentarse como héroe, cuando en realidad es el villano en esta hora de tragedia que vive nuestra amada Venezuela. Compararse con Bolívar o con Sucre, símbolos de nuestra independencia, es un despropósito.

Intentar equiparar la actual situación de repudio nacional e internacional que él y su camarilla padecen —por la usurpación del poder y sus alianzas con carteles de la droga como el ELN y las FARC— con el bloqueo europeo de 1902, constituye una burda manipulación.

En 1902, la acción de las potencias europeas fue dirigida contra Venezuela. Hoy, en cambio, el rechazo mundial y las exigencias de justicia no son contra nuestra patria, sino contra Maduro, y su régimen. Ningún país ataca nuestra integridad territorial ni exige coercitivamente pagos de deuda o entrega de territorios. El problema es de Maduro y su camarilla. El no debe arrastrar al país en su caída, en su desgracia.

Nada tiene que ver esta realidad con la que enfrentó Cipriano Castro. Conviene recordarle, a Nicolás, que en aquella ocasión las potencias no invadieron nuestro suelo porque los Estados Unidos de América  intercedieron, asumiendo la  Doctrina Monroe,  y el conflicto se resolvió mediante el derecho internacional.

Lo que corresponde hoy es que usted actúe como no hizo Cipriano: liberar a los presos políticos, restablecer las garantías constitucionales y retirarse a la vida privada. Hágalo ya, señor Maduro. No siga maniobrando ni jugando a la guerra.

El único que mantiene al país en un estado de guerra es usted, que la ha declarado contra los ciudadanos que exigimos respeto al mandato popular expresado en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, mientras se dedica a insultar a las naciones que le piden cumplir la ley.

Obedezca el mandato ciudadano. Respete nuestra soberanía. Vete ya a la vida privada, enfrente la justicia internacional. Solo así habrá verdadera paz y prosperidad para Venezuela.-

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