Santos contemporáneos para inspirar a jóvenes
Este 7 de septiembre será canonizado Carlos Acutis, “el influencer de Dios”, el primer santo milennial

Luisa Pernalete:
Los jóvenes de hoy necesitan inspirarse para enfrentar la complejidad del mundo y transformarlo, humanizarlo, y no pueden sólo tener como “héroes” a deportistas, artistas, influencers que a veces no sabemos para qué quieren influir. Y hay jóvenes contemporáneos que pueden servir de ejemplo. Nos referimos a Pier Giorgio Frassati y Carlos Acutis, los cuales serán canonizados el 7 de septiembre. Poco conocidos con historias realmente conmovedoras, y de verdad, inspiradoras.
De Pier Giorgio Frassati no habíamos leído nada y quedamos gratamente impresionadas con lo que fuimos encontrando. Nació en 1901 en Turín Italia, y murió en 1925. De una familia acomodada, con muchos recursos, rígida. Desde su infancia sintió inclinación de ayudar a los pobres. Una vez, siendo niño todavía, tocó a la puerta de la mansión donde vivía, una señora que mendigaba con su hijo, que andaba descalzo, Pier vio la escena y se quitó sus zapatos y se los dio al niño. Muy joven entró a la Acción Católica y se fue ligando a obras de acción social, así como a organizaciones estudiantiles, cuando estudiaba en el Politécnico de Turín. Quiso ser ingeniero industrial, y quería ir a las minas para estar al lado de los mineros, muy pobres en aquel tiempo. Como estudiante, participó en manifestaciones en contra del fascismo, se opuso al gobierno de Benito Mussolini. En una de esas protestas fue arrestado. Participó en la política de su tiempo. Se indignaba antes las injusticias de entonces.
Cuando se graduó de ingeniero, su padre le propuso uno de estos regalos, un auto, o un fondo considerable de dinero. Eligió lo segundo, pero no para gastarlo en él, sino para darlo a obras de caridad. Y así siguió. Cuentan que a veces no tenía ni para el tranvía para regresar a su casa, porque hasta esas cantidades las regalaba a los pobres.
Sin embargo, no crean ustedes que sólo era trabajo y misa. Fue un gran deportista, ávido montañero, atleta, escalador, nadaba muy bien. Frecuentaba museos y teatros. Aprendió a bailar con gusto. Hablaba francés y alemán. Tenía pues una formación integral.
Todo eso, simultáneamente con ir creciendo como lo que hoy llamamos, un “laico comprometido”. En 1922, después de meditarlo mucho, ingresó a la rama laica de los dominicos. No fue religioso pues actuaba desde su cualidad de laico. ¿No resulta inspirador para muchos de nosotros?
Además, tenía muy buen sentido del humor. Eso nos encanta. Con sus amigos más cercanos, fundó un círculo denominado “Los tipos sospechosos”, que detrás de los intentos bromistas tenían el siguiente lema:” pocos, pero buenos como los macarrones”, ¿qué tal?
“Frassati, un enamorado de Cristo, con las manos en la masa”. Titula Religión digital una nota reciente. Llamaba a la vida “alegría a través de los dolores”, y continúan:” muestra que la paz y la esperanza, las auténticas, nacen de un enamorado que dice “si”, tenaz y escondido cada día inclinándose en Dios hacia el hermano”.
Frassati, como dijimos fue de la Acción Católica, y hoy jóvenes militantes de esta organización, desde muchos países, lo llaman hermano y maestro de la cotidianidad.
Murió joven, a los 24 años, contrajo una poliomielitis, probablemente en una de esas barriadas pobres a las que visitaba. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1990 y el 7 de septiembre será su canonización. Hay que difundir su fascinante biografía. Profesional, deportista, político, misericordioso a tiempo completo.
También este 7 de septiembre será canonizado Carlos Acutis, “el influencer de Dios”, el primer santo milennial. Nació en 1991, en Londres, de familia italiana. Al poco tiempo su familia volvió a Italia. En su breve vida, pues murió en 2006, murió a los 15 años, fue un chico como otro de estos tiempos, apasionado por el deporte, la naturaleza, los animales y mucha tecnología. Murió en el 2006, por una leucemia fulminante. De misa diaria. Utilizó la tecnología para ayudar a los más pobres, y también, con el uso de las nuevas tecnologías, trabajaba propagando la fe a sus contemporáneos.
Su madre, que vive todavía, comenta que Carlos quiso que compraran casa en Asís, para estar cerca de la naturaleza como San Francisco. Carlos fue un adolescente de su tiempo – de este tiempo –pero con corazón abierto a Dios. Muy devoto, hizo su primera comunión a loa 7 años, y empezó a ir a misa y rezar el rosario, pero también era muy abierto a los demás. Cuenta su madre que Carlos, a los 9 años, empezó a organizar una especie de Cáritas doméstica: llevaba comida, bebida, mantas y sacos de dormir a gente que vivía en la calle, y también ayudaba a chicos que sufrían de acoso escolar. ¡Un verdadero santo adolescente de nuestro tiempo!
Su trabajo de evangelización a través de internet fue sobresaliente, pues era muy bueno en informática. Es conocido como el “patrono de internet”. Su vida le dice a los adolescentes y jóvenes de hoy que es posible llegar a la santidad hoy, con alegría, siendo jóvenes sin drogas, sin alcohol. Carlos se vestía como los jóvenes hoy, su figura es cercana. De verdad inspirador su vida y que bueno que la Iglesia lo hará santo ya en un par de días. Siembra esperanza en el mundo no sólo de los jóvenes.
¿No creen que estas dos vidas deben ser difundidas en todas las parroquias, todos los liceos y universidades?
Y yendo más allá, en Venezuela también hay adolescentes y jóvenes haciendo cosas maravillosas a favor de otros, siendo felices haciendo el bien, como todos los chicos de la Organización juvenil Huellas, todos los estudiantes que hacen servicio comunitario y luego se quedan en esas comunidades trabajando. Hay que difundir no solo los problemas, que también los hay y muchos, y también hay que ver la bondad juvenil silenciosa de muchos chicos y chicas.
Bienvenidos al mundo estos dos santos jóvenes inspiradores de jóvenes.-