In memoriam: Mons Pedro Porras Cabrera
Todo su ministerio sacerdotal lo ejerció en la parroquia de Santa Rosalía

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
El 4 de septiembre de 1985, hace exactamente cuarenta años, en la fiesta de Santa Rosalía de Palermo falleció en el mismo pueblo que lo vio nacer el 19 de octubre de 1903 en San Pedro de los Altos en los Altos Mirandinos, el segundo de siete hermanos, hijos de Pedro Juan Porras y Dolores Cabrera de Porras. Fue bautizado en la iglesia parroquial de su pueblo, donde transcurrió su infancia. A la edad de tres años enfermó gravemente y su abuela lo llevó a Caracas a la parroquia de Santa Rosalía para ofrecérselo a la santa para su curación. Su vida estuvo ligada a esta santa pues por 51 años ejerció como párroco de esta caraqueña parroquia.
En la Basílica de Santa Teresa se celebró durante estos días un novenario de misas en homenaje y recuerdo de sus antiguos alumnos y profesores del colegio parroquial fundado por él en 1941 en el que se formaron generaciones de muchachos que han dado lustre a la educación integral que recibieron en sus aulas. Tuve la dicha de presidir la celebración de la eucaristía en el marco de este novenario y recordar las muchas virtudes que adornaron a este diminuto hombre, pero de gran corazón y de entrega total a la feligresía que le fue confiada.
Terminó los estudios de bachillerato a los veinte años e ingresó al Seminario Mayor Santa Rosa de Lima de Caracas donde cursó los estudios de filosofía y teología, en el viejo edificio, entonces recién construido, en la calle Real de los Mecedores al pie del cerro el Ávila. Fue ordenado sacerdote el 19 de agosto de 1934 por el arzobispo Felipe Rincón González en la catedral metropolitana, y en Santa Capilla celebró su primera misa en homenaje a Jesús sacramentado, devoción que cultivó y difundió a lo largo de su vida.
Todo su ministerio sacerdotal lo ejerció en la parroquia de Santa Rosalía, primero como vicario de Mons. Pedro Pablo Tenreiro, a quien sucedió como párroco cuando fue elevado a la dignidad episcopal como obispo auxiliar de Cumaná en 1938. Así que como párroco interino permaneció en el cargo durante medio siglo hasta su muerte. En sus últimos años recibió el cuidado de su familia en su pueblo natal donde entregó su alma al creador.
El 8 de septiembre de 1940 fundó la escuela Santa Rosalía, pues tuvo interés y vocación por la formación integral de los niños y adolescentes para que fueran hombres de bien. Entre sus discípulos se cuenta con el P. Antonio Abeijon y con Mons. Ricardo Barreto actual obispo de Valle de la Pascua. Desprendido, todo lo daba con generosidad para la juventud necesitada y para las obras parroquiales. Cultivó la catequesis y la promoción vocacional tanto al sacerdocio como a la vida civil, dejando una estela de profesionales y hombres honestos y de bien. Deportista nato, escalador de las montañas caraqueñas hasta edad avanzada. Sirvió al arzobispo que lo ordenó, a Mons. Lucas Guillermo Castillo, Mons. Rafael Arias Blanco, Cardenal José Humberto Quintero y cardenal José Alí Lebrún. Gozó del aprecio del clero por su bonhomía, entrega y buen carácter. En Santa Rosalía resuenan todavía los ecos de su fecunda labor presbiteral.
En lo personal tuve la dicha de conocerlo desde mi infancia, pues él casó a mis padres y tuvo una amistad muy estrecha con mi bisabuela materna, Dolores Lovera de Cardozo quien vivía en la esquina del Sordo e iba a misa y a los oficios religiosos en dicha parroquia. De seminarista y sacerdote lo visité en varias ocasiones en las que recibí su atención y cariño sincero. Vale la pena la iniciativa de uno de sus alumnos y más tarde profesor en el colegio, del Prof. Gustavo Adolfo Chávez, discípulo e hijo espiritual de Mons. Porras quien está escribiendo la biografía de este digno sacerdote de la arquidiócesis de Caracas. Que su ejemplo sirva de estímulo para las nuevas generaciones y su memoria permanezca viva para bien de todos. Descanse en paz y desde el cielo interceda por esta tierra que amó y sirvió sin reservas.-